Pocos años separan la construcción de los edificios
presentes en la fotografía, y sin embargo sus fachadas corresponden a dos
concepciones bien diferentes del tratamiento de unos muros tan importantes, que
vienen a ser como la tarjeta de presentación de ambos.
Florencia. Foto: J. M. L. 2004 |
En el otro, a la derecha, su autor juega con las cualidades
expresivas del acabado de sus piezas. El grueso apiconado del frente de los
sillares se suaviza individualizando su presencia con un tratamiento de
almohadillado.
Ambos muros se juntan sin solución de continuidad,
maclándose una fachada con la otra, a la par que la presencia de sus diferentes
dibujos y texturas las independiza.
La operación de construir un banco continuo a lo largo de
las fachadas supone además de una sabia solución, enlazando formalmente ambos
muros y dando continuidad constructiva a un tramo de la calle, una atención a
quien por ella transita ofreciéndole un lugar para el descanso momentáneo, aún
a costa de sacrificar su visión a quien allí se detiene.
Felicidades por tan sabia decisión, querido amigo.
ResponderEliminar¡Por fin un blog en el que el que escribe sabe de lo que habla!
¡Ánimo!
Gracias maestro!
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