lunes, 27 de abril de 2020

Bajo los cielos de Alvar Aalto


Estos días, los balcones y ventanas, los pasillos y rincones de nuestras casas se han apoderado de nuestra mirada. Por ello sin duda resulta diferente, y seguramente atractivo, contemplar otros espacios, otros detalles.

El arquitecto Alvar Aalto (1898-1976) fue el maestro de la incorporación de “lo orgánico” a la arquitectura racional dando lugar a un nuevo lenguaje conceptual y formal.

En su obra el tratamiento de los techos fue objeto de especial atención, ya estuviesen supeditados a la rigidez de un forjado horizontal o dispusiesen de la libertad de ser el plano de separación con el exterior. Todos eran para Alvar Aalto el cielo de sus edificios.

En la Biblioteca de Vyborg (1933-35) en Rusia (anteriormente Viipuri, Finlandia) los techos de sus salas responden a la geométrica funcionalidad lumínica en un caso y al organicista diseño del acondicionamiento acústico en otro.

Las salas de préstamo-lectura y de conferencias (Biblioteca de Viipuri-Vyborg)

En el Ayuntamiento de Saynatsalo (Finlandia, 1949-52), un pequeño paso previo, con su techo bañado por la luz rasante, sirve de acceso a la Sala de Plenos con su magnífica estructura de madera protagonista del techo.


Techos del Ayuntamiento de Säynätsalo (Finlandia)

El techo del distribuidor central del edificio de oficinas Rautatalo (Helsinki, 1953-33) repite el esquema de nube de claraboyas circulares, en este caso con iluminación artificial desde el exterior para continuar con el efecto luminoso al anochecer, mientras en el  Instituto Nacional de Pensiones (Helsinki. 1954-57) el espacio central se cubre con unos lucernarios lineales que dan una silueta quebrada al techo.

Vestíbulos-distribuidores de los edificios Rautatalo y del Instituto Nacional de Pensiones

Salvando sus diferentes escalas y usos, en la Iglesia de las Tres Cruces (Imatra. Finlandia, 1955-58) y en la Maison Louis Carré en Bazoches-sur-Guyonnes (Francia, 1959), Alvar Aalto muestra el carácter organicista de su obra utilizando unas expresivas geometrías onduladas.

Iglesia de las Tres Cruces y la Maison Carré

Un caso singular lo constituye el techo-cubierta del Salón de Actos de la Escuela Politécnica (Otaniemi, Finlandia. 1961-64), en el que las soluciones estructurales y de iluminación natural configuran un gran espacio unitario. En la Librería Universitaria (Helsinki. 1962-69) la idea de los lucernarios sobre el espacio central se retoma con tres grandes piezas poliédricas cristalinas que bañan de luz el espacio.

Salón de Actos de la Escuela Politécnica de Otaniemi y espacio central de la Librería Universitaria

A esta breve relación se podían añadir más iglesias, bibliotecas, centros culturales y auditorios para con todos ellos disfrutar de un hermoso paseo por los cielos de Alvar Aalto.   





lunes, 20 de abril de 2020

Las esquinas de la ciudad



Confinados en nuestras casas, desde la ventana o el balcón vemos la esquina de enfrente como si fuese la primera vez.

Las esquinas son parte indisoluble de la ciudad.

La ciudad se organizó a partir de una clara relación entre los edificios y las calles, y la arquitectura se encargó de darle forma en todo tipo situación, entre otras cuando se cruzan dos calles.

Esquina de las calles Diagonal Norte y Suipacha, Buenos Aires. (H. Coppola, 1936)

En palabras del arquitecto y urbanista Manuel  Solá-Morales (1939-2012) “la ciudad siempre ha sido una ciudad de esquinas”, bien diferente a los nuevos crecimientos del siglo XX, sean a base de bloques lineales aislados o de viviendas unifamiliares en serie, donde resulta imposible identificar una esquina “urbana”.

Vista aérea del ensanche de Barcelona y de la urbanización de Killeen, Texas.

En unos casos las esquinas han sido reguladas por la disciplina de un plan pensado para crear  espacios urbanos altamente cualificados.

 I quattro canti. Palermo (arqto. G. Lasso y M. Smiriglio, c.1620) y Piazza de Sant´Ignazio. Roma (arqto. F. Raguzzini, 1727) 

En otros, avanzan hacia la calle con geometrías redondeadas que parecen contradecir el propio significado de la esquina (“Arista, parte exterior del lugar en que convergen … las paredes de un edificio”. Diccionario de la R. A. E.), a la par que enfatizan su posición.

"La Pedrera". Barcelona (A. Gaudí, 1906-12) y "Edificio Capitol". Madrid (V. Eced y L. Mtnez. Feduchi, 1931-33)

En ocasiones responden a singulares edificios que en su concepción y diseño ofrecen un atento detalle al lugar.

Esquinas "Casa Planells". Barcelona (J.Mª Jujol, 1924) y "Neue Nationalgalerie". Berlín (M.v.d. Rohe, 1968)


Mientras que la transformación de la ciudad en muchas  ocasiones hace convivir forzosamente la escena urbana preexistente con nuevos edificios ajenos a la misma.

Vista aérea de Pruitt-Igoe. St. Louis. Missouri (Foto: Junkyardsparkle) y "Corso Italia" (Foto: M. Intrioni)

Pero las esquinas no son sólo un elemento arquitectónico, son también lugares de encuentro (“quedamos en la esquina”) y desencuentro (“te  acompaño hasta la esquina”).


Fragmento fotografías de F. Scianna y J. Meyerowitz. 


Son pequeños lugares donde siempre sientes la duda de lo que te encontrarás al otro lado (“al doblar la esquina”), pero también sabes que en ellas te espera un refugio seguro (“el café o la tienda de la esquina”).

Fragmento fotografía  (Sin título. H. Rivas, 1980) y esquina de París.

En cualquier caso, esquinas que en su diversidad y complejidad responden al mismo motivo, tal como expresa la graciosa y popular adivinanza,

¿Qué le dijo una pared a  otra? En la esquina nos vemos.




lunes, 13 de abril de 2020

"African Canvas". Lienzo africano.


Tradicionalmente las imágenes más conocidas de la arquitectura popular de Burkina Faso son las de sus edificios con los muros pintados con geométricos dibujos de color blanco o negro sobre el ocre o tierra de la arcilla.

La escasez de recursos queda compensada con el sistema que trata de preservar su conservación, puliendo cuidadosamente con finas piedras cada color por separado y recubriendo el conjunto con un barniz vegetal.

Casa en Tiébélé. Burkina Faso (foto: R. Willaert) 
Detalles fachadas de casas en Tiébélé. Burkina Faso

Por ello es sorprendente descubrir la presencia de vivos colores en el libro African Canvas: The Art of West African Women (“Lienzo africano: El arte de las mujeres del Oeste de África”,  1991, Rizzoli International Publications) obra de la reportera gráfica Margaret Courtney-Clarke.

Del libro African Canvas (Foto: M. Courtney-Clarke)

En el mismo se documenta el creativo trabajo de las mujeres africanas, un arte popular que ornamenta sus casas, fruto de lo que sin duda es mucho más que una actividad doméstica, como muy bien explica la autora “… Estas imágenes retratan una tradición única de África, una celebración de una cultura rural indígena en la que las mujeres son las artistas y el hogar su lienzo”.


Buanch. Mautitania (Fotos: M. Courtney-Clarke)

Siguiendo esquemas que son tan antiguos como la propia civilización (líneas quebradas u onduladas, tramas sencillas en damero o geometrías concéntricas), que seguro encierran un significado oculto a nuestra mirada, la conservación de sus coloridos dibujos dura hasta que llega la temporada de lluvias, y acabada ésta vuelta a comenzar.


Nri. Nigeria y Djajibinni. Mauritania (Fotos: M. Courtney-Clarke)

El resultado es un atractivo y singular contraste entre lo básico del soporte, las construcciones de barro y paja, lo dinámico del gesto de la mano femenina, que a modo de pincel dibuja sobre aquel, y la incorporación del color que aporta una luminosa y brillante atmósfera a su austero hábitat.









lunes, 6 de abril de 2020

La ciudad pintada en el Trecento y el Cuattrocento



Con Giotto (c. 1267- 1337), la pintura del Trecento y del Cuattrocento fue progresivamente desarrollando un nuevo sistema de representación tridimensional, desde la ingenuidad de quien no domina la técnica de la perspectiva hasta llegar al rigor que emana el tratado de L. B. Alberti, De Pictura (1435) un siglo más tarde.

"La expulsión de los demonios en Arezzo" (Giotto, c. 1300) y "Anunciación" (Francesco del Cossa, 1470)

A la par se incorpora con nitidez el espacio arquitectónico presentando y reivindicando la sociedad urbana como algo propio.

El ejemplo paradigmático es la obra Allegorie ed effetti del Buono e del Cattivo Governo in città e nel contado de los hermanos P. y A. Lorenzetti (1290-1348). Con un formato y sentido más allá de los límites del cuadro y del protagonismo de una figura central, los múltiples detalles de la ciudad representada nos ilustran con profusión y detalle sobre la arquitectura y los usos y costumbres en el siglo XIV. 

Fragmento de "Alegoría del buen y mal gobierno" (P. y A. Lorenzetti, 1348)

Por ello merece la pena detener la mirada en los pormenores dentro de la obra de tantos artistas, con la idea de abstraer un fragmento de la narración mostrándolo independiente de su papel original.

En su nuevo formato muchas arquitecturas se representan como construcciones autónomas, como elementos de un catálogo de artefactos o edificios casi metafísicos.

Detalle de "La renuncia a los bienes". Vida de san Francisco (Giotto, c. 1297)
Detalle de "La liberación del hereje Pietro". Vida de san Francisco (Giotto, c. 1297)
Detalle de "Lapidación de san Esteban" (Paolo Uccello, 1435)

En cambio, la referencia urbana aparece como un conjunto denso y abigarrado de múltiples planos recortados por tejados, almenas y pináculos, en los que los detalles no cobran importancia frente al movimiento de volúmenes. 

Detalle de "La curación de los ciegos" (Duccio, 1308)
Detalle de "Milagro del Bto. Agostino Novello" (S. Martini, 1324)
Detalle de "Descubrimiento y prueba de la Vera Cruz" (P. della Francesca, 1460)
Detalle de "Martirio de san Sebastián" (L. Signorelli, 1498) 

Geometrías arquitectónicas y urbanas que trasladadas por un momento de su papel de fondos escenográficos al de protagonistas absolutas sorprenden por su "modernidad".