La ciudad es un gran edificio con vecinos de todo tipo y, al
igual que en aquel, a veces se dan incómodas cercanías, discrepancias
sustanciales, silenciosos encuentros o escandalosos desencuentros. Pero también
hay curiosas relaciones entre los diferentes, acuerdos fluidamente negociados o
simplemente fáciles coexistencias.
Venecia. Foto: J. M. León. 2009. |
Porque la ciudad, que es el espacio construido donde se
gestan y manifiestan las desigualdades económicas y confrontaciones sociales,
es fundamentalmente un gran foro de contrastes y debate. Es el lugar de la
reivindicación y la lucha, pero también un banco de pruebas para el acuerdo,
siempre difícil.
Es posible, casi seguro que hace años una imagen como la que
nos acompaña era poco frecuente. De ello ya se hubiesen encargado fervorosos
inquisidores religiosos o disciplinados militantes revolucionarios, es decir
exaltados integristas de uno u otro tipo.
La ciudad, como reflejo de la sociedad en cada momento,
puede ser un infierno para muchos, pero difícilmente será un cielo para otros.
De momento algunos nos conformamos que sea, cada vez más, un
espacio para lo que le es sustancial, lo común y conseguir ampliar su ámbito a
quienes quieren y tienen derecho a vivirlo.
Buenisssssimo
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