lunes, 25 de mayo de 2020

Andando por los tejados ...


Esta entrada se completará con otra que se titulará "... y por las azoteas", constituyendo una doble mirada sobre los dos grandes tipos (pero no los únicos) de cubiertas: los tejados (inclinados) y las azoteas (planas).

El tejado es la inteligente solución tradicional de cubrir un edificio y echar fuera las aguas de lluvia, evitando la entrada de las mismas a su interior. Ello le proporciona, a pesar de la dificultad para moverse por sus pendientes o quizás por ello mismo, el atractivo del riesgo que supone acceder a él. "El más difícil todavía".


Siena y Brujas (Fotos: J.M. León)

El valor expresivo de los tejados es plasmado y realzado en la película Das Cabinet des Dr. Caligari (1920, R. Wiener) obra paradigmática del cine expresionista, en la escena en que Cesare, el sonámbulo ayudante del doctor, escapa con Jane desmayada por los planos de imposibles cubiertas. 

Das Cabinet des Dr. Caligari (R. Wiener, 1920)

Lo mismo podemos decir de la secuencia entre Denis e Irene en La nuit fantastique (1942, M. L´Herbier) que se desarrolla en un "fantástico" paisaje de tejados. Rodeados por cubiertas de chapa y chimeneas la intensa luz de la luna crea una irreal atmósfera que contrasta con la precisa definición de los personajes.

La nuit fantastique (1942, M. L´Herbier)

La emocionante persecución por los supuestos tejados de la mansión La Croix des Gardes, en la Riviera francesa, en To Catch a Thief (“Atrapa a un ladrón”. 1955, A. Hitchcock) o la dramática escena de amor en el tejado-cubierta de la Catedral de Milán en Rocco ei suoi fratelli (1960, L. Visconti) son otros dos magníficos ejemplos que nos ha trasladado el cine de este singular paisaje de alturas.

To Catch a Thief (“Atrapa a un ladrón”. 1955, A. Hitchcock)
Una escena del rodaje de Rocco ei suoi fratelli (1960, L. Visconti)

La fotografía tiene ejemplos como el de André Kertsetz (1894-1985) que realizó durante años una serie denominada Rooftops, en la que como un voyeur cualquiera se fijaba en la relajada actividad que en ellos se producía. 

Pero también los tejados sirven de dramáticos refugios en caso de inundaciones o como lugar desde el que llamar la atención de la sociedad con motivo de la revuelta en un establecimiento penitenciario.

Rooftops (A. Kersétz) y Motín en la cárcel de Milán (Foto EFE)

Después de años en los que parecía que la narración se había trasladado a lugares menos arriesgados, las azoteas por ejemplo, el mundo de la moda nos sorprendió con el desfile de las modelos de la casa Chanel por los tejados parisinos en el año 2019. ¿Por los tejados? Sí, pero por unos tejados construidos para la ocasión bajo la cubierta acristalada del Grand Palais de París.

Desfile modas Chanel en el Grand Palais.París. (Fuente: Chanel)

En estos días que nos está tocando vivir ha aparecido una nueva imagen. Ante las medidas de confinamiento que impiden a los fieles acudir a los templos, siempre hay algún voluntarioso sacerdote que se “sube al tejado” para celebrar la misa, como si fuese una escena de una película surrealista o un nuevo “violinista en el tejado”.

Redován. Alicante (Fuente: diario Información)


lunes, 18 de mayo de 2020

El "detrás" de los cuadros


Hoy 18 de mayo se "celebra" el Día Internacional de los Museos". Soy poco amigo de estas celebraciones y creo que el mejor museo es la ciudad, todas las  ciudades.

Pero después de saberlos cerrados durante estos meses, laciudadvisitada quiere pasear por ellos hoy mirando a algunos de sus protagonistas, ciertos cuadros.

Lógicamente los cuadros no se suelen ver por detrás, puesto que están pensados para ser colgados o apoyados sobre una pared o en todo caso sobre un caballete, y se supone que su cara trasera no tiene ningún interés.

Ello es así excepto casos como los trípticos medievales con sus laterales que se pliegan formando otro cuadro, algunas "divertidas" pinturas como el “Retrato del enano Morgante” (c. 1553. Galleria degli Uffizi), de Agnolo Bronzino, o cuando se descubre que un lienzo ha sido reutilizado guardando su reverso el recuerdo de otros intentos artísticos.

"La Adoración del cordero místico" (H. y J. van Eyck, 1432) y "Retrato del enano Morgante” (A. Bronzino, 1553) 

En el Museo de Saô Paulo (1958-68), magnífica obra de la arquitecta Lina Bo Bardi, los cuadros se presentan ocupando de forma aislada y casi ingrávida todo el espacio.

Apoyados en los “caballetes de cristal”, que diseñó la arquitecta, al circular entre ellos se ve, entre reflejos, la parte posterior de los cuadros expuestos donde se identifica y explica la obra.


Los "caballetes de cristal" en el Museo de Sâo Paulo (Lina Bo Bardi, arqta.)

En el año 2008 el artista Vik Muniz presentó en la galería Sikkema de Nueva York su serie Verso (Revés) que reproducía los reversos de diversas obras pictóricas famosas tratando de transmitir su azarosa vida a través de las huellas de propiedad, traslados y reparaciones.

Un paso más allá lo dio el Museo Berggruen de Berlín en el año 2018 al exponer bajo el nombre “Biografías de los cuadros. Proveniencias del Museo Berggruen” algunas de sus obras más famosas colocadas con la imagen contra la pared.


Exposición "Verso" (V. Muniz, 2008) y “Biografías de los cuadros. Proveniencias del Museo Berggruen” (2018)

Cuando el año pasado nuestros amigos Jorge y Ana nos enseñaron el Museo de BB. AA. de Santa Cruz de Tenerife descubrimos que el restaurado “Tríptico de la Natividad de Nava y Grimón” (1546, Pieter Coecke), colocado exento, presentaba en su parte posterior además de las pinturas que cierran el mismo el magnífico trabajo de reparación de la tabla central.


Triptico de la Natividad de Nava y Grimón (P. Coecke, 1546)


Su configuración constructiva, con la geométrica disposición de los refuerzos y cuñas de madera, constituye en sí misma una moderna “partitura” artística en relieve que convive y dialoga desde la abstracción con los motivos religiosos renacentistas pintados en los laterales.


Parte posterior de la tabla central y laterales del Tríptico de la Natividad de  Nava Y Grimón.

Un "detrás" que se convierte bajo la mirada curiosa del visitante en un sorprendente "delante".



lunes, 11 de mayo de 2020

Peligro: Arquitecturas en ruina



La Arquitectura de las ruinas o las ruinas de la Arquitectura han tenido siempre el atractivo de evocar tiempos pasados, de testimoniar la fragilidad de la obra del hombre frente al paso del tiempo, pero también de invitar a soñar.
  
Antes de que su representación invadiese, a partir del siglo XV, las pinturas sobre la Natividad sugiriendo el triunfo de la cristiandad sobre los poderes terrenales paganos, Masso di Banco (¿?-1348) pintaba la capilla Bardi de la Santa Croce en Florencia.

El interés de uno de sus frescos, el Miracolo di san Silvestre che chiude le fauci del drago e resuscita due maghi uccisi dall'alito del mostro (c. 1340) radica tanto en ser la primera vez que aparece el motivo de las ruinas dentro del cuadro, como por la rotunda forma de representar los elementos arquitectónicos.

"Milagro de san Sivestre ..." (Maso di Banco, c.1340)

A lo largo de los tres siglos siguientes numerosos artistas recrearán, incluso con cierto preciosismo, tanto los restos de grandes y nobles edificios en paisajes cuya vegetación se va apoderando paulatinamente de ellos como la fantasía del momento de la destrucción.

Tempus edax rerum ("Paisaje con ruinas antiguas". H. Posthumus, 1536)
"Rey Asá de Judá destruyendo los ídolos". (François de Nomé, conocido como "Desiderio Monsu", 1624) 

En el siglo XVIII  la obra gráfica de G. B. Piranesi (1720-1778) refleja una nueva y singular sensibilidad sobre este tema. Sus abundantes grabados ofrecen un preciso y documentado testimonio de lo que quedaba de la antigua Roma, que a su vez modifica, reinventa, cambia su escala y altera sus elementos y relaciones constructivas, creando un imaginario de “nuevas” ruinas.

Veduta ideale della Via Appia (G. B. Piranesi, 1756)

Desde la segunda mitad del siglo XX a nuestros días la forma de relacionarnos con la ruina arquitectónica se ha ido haciendo múltiple. Ya no se trata tanto de representar “un tiempo pasado”, como de interpretar la ruina contemporánea, la debacle de una sociedad que se enfrenta al futuro creando constantemente sus propias ruinas y su propia ruina.

En La grande allée du Chateau d´Oiron (2008) el artista C. Gayllard rehizo el acceso al castillo utilizando como pavimento los escombros triturados provenientes del derribo de un  edificio de viviendas sociales HLM (Habitations à Louer Moderée) en la localidad francesa de Issy-Les-Moulineaux, poniendo literalmente a los pies de la historia los "errores" de la arquitectura moderna.

Escombros del derribo de un edificio HLM  utilizados en  La grande allée du Chateau d´Oiron (C. Gayllard, 2008) 

La arquitecta Julia Schulz-Dornburg publicó en el año 2012 el libro “Ruinas modernas, una topografía del lucro” documentando fotográficamente muchos de los ejemplos de la realidad y del fraude inmobiliario que vivió España en los años anteriores.

Fotografía del libro "Ruinas modernas, una topografía del lucro" (Foto J. Schulz-Dornburg, 2012)

Dos miradas de las muchas con las que los artistas llaman la atención sobre una sociedad que consume suicidamente su territorio como si éste y sus recursos no tuviesen fin.

lunes, 4 de mayo de 2020

Elogio del balcón


Hay quien cree que los balcones son unos espacios residuales donde los vecinos colocan el aparato de aire acondicionado o los trastos que no saben donde guardar (la bicicleta, la bombona de butano, etc.).

Ante la falta de espacio o espacios la gente recurre a lo más inmediato. 
Por ello no tiene sentido castigar a los balcones por el uso que de ellos hacen quienes no tienen otra solución o no les preocupa la calidad formal de sus edificios o de la escena urbana.

Balcones en Logroño (Foto: J.M. León) y Madrid

La ciudad, la calle no se podría entender sin los balcones. Junto con las ventanas son los elementos fundamentales en la formalización arquitectónica de los edificios a través de su composición y ritmo.

París (Fuente: Creative Commons Zero)  y la Bauhaus. Dessau (W. Gropius 1925)
El balcón es un espacio intermedio entre la casa y la calle, pero no es un espacio neutro. Amplía el interior como si aquella desease asomarse a la ciudad y a la vez introduce ésta en nuestras habitaciones.

"Interior con estuche de violín" (H. Matisse, 1918) y Balcón en Logroño (Foto: J.M. León)

Una de las virtudes del balcón es que permite a sus usuarios asomarse, haciendo gala de su posición elevada, a curiosear el movimiento que se desarrolla a sus pies, saludando a quien conoce o le reconoce.


La strada entra nella casa (H. Boccioni. 1911) y Vecinos asomados al balcón (Foto: F. Soldevilla)

Desde el balcón uno se siente observador privilegiado del espectáculo cotidiano  o actor de una minúscula interpretación hacia la calle (el origen semántico del "palco" de los teatros es el balcón). Desde el balcón simultáneamente uno ve y es visto. 

L´Homme au balcon (G. Caillebotte, 1880) y "Maja y celestina al balcón" (F. de Goya, 1808)
               
A poco que el tiempo lo permita, a pesar de su reducido tamaño, hay quien se asoma al balcón a tomar el aire, leer un poco o saca una silla para beber un vino tranquilamente, lo que contribuye a que la ciudad sea más diversa.

On reading  ("En la lectura". A. Kertesz) y Tomando un vino. Logroño

Los balcones forman parte del día al día, pero desde algunos de ellos se han emitido condenatorios sermones o exaltado golpes de estado. Menos mal que también hemos disfrutado de magníficos discursos de “la autoridad competente”.

Foto de sermón (Fuente: Magnum Photos) y Franco saluda subido a un escabel. Plaza de Oriente (Foto: D. Ortiz)
Fotograma de "Bienvenido Mr. Marshall" (L. García Berlanga. 1953)

Estos días pasados parecía que no existiesen los balcones. Desaparecido el pálpito habitual en la calle, el silencio se ha apoderado de ellos, excepto cuando los aplausos y los saludos entre vecinos invaden momentáneamente la ciudad.

Paulatinamente la vida se irá recuperando en los comercios, oficinas, talleres y colegios, y con ellos en la calle, y su rumor se elevará hasta llegar a nuestros balcones.