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lunes, 16 de diciembre de 2019

Montar el belén. Logroño



La llegada del frío a nuestras latitudes anuncia la proximidad de las fiestas navideñas, y como viene siendo habitual en estas fechas nuestras ciudades, mejor dicho sus alcaldes, inician una carrera a ver cual se ilumina con más luces, planta el árbol más alto o coloca el belén más grande.

Parece ser que lo que importa en estas "fiestas" es el tamaño. Lo que importa es “crear” una atmósfera de falsa ilusión, felicidad, buenos deseos y compras, cuanto mayor mejor.

Yo también acudo a esta cita con ilusión, pues en la ciudad en la que vivo, hace unos años a una Corporación Municipal se le ocurrió que, en lugar de recrear el nacimiento de Jesús con figuritas de terracota sobre unas trabajadas perspectivas, era mucho más “atractivo y navideño” colocar unas figuras de buen tamaño, reproduciendo partes de edificios y lugares de Logroño y La Rioja en la Plaza del Ayuntamiento, delante del edificio proyectado por Rafael Moneo.

Pero, como cada año, el espectáculo realmente no es el belén. El verdadero espectáculo está en ver día a día como “se monta el belén”, que comienza cuando llegan los camiones y máquinas a descargar y “construir la navidad”.

Ese primer momento es digno de una película surrealista. La plaza se convierte  es una escenografía de fragmentos de arquitecturas entre los que puedes moverte libremente y que te dan ganas de montarlos aleatoriamente.

Llegan las arquitecturas para el belén ... Fragmentos de "la Iglesia de Sta. Mª de Palacio". Plaza del Ayuntamiento Logroño.
Foto: J. M. León

Al poco pondrán las vallas y después llegará la tierra y la moqueta verde para conformar  el “paisaje”, a la espera de las vides y palmeras, las instalaciones de luz y sonido, los detalles del atrezzo y por último las figuras

Y ya quedará listo para disfrute de niños y mayores, hasta que nuevamente se desmonte y traslade a los almacenes municipales hasta el año que viene.

Y empiezan las obras ... A la izquierda "Casa de Briones". Plaza del Ayuntamiento de Logroño. Foto: J. M. León
Y no faltará una portada o "portal" para el nacimiento ... "Portada de la Iglesia de San Bartolomé. Foto: J. M. León

Y un límite y una puerta para entrar ... "Puerta de Carlos V. Muralla del Revellín". Plaza del Ayuntamiento de Logroño.   Foto: J. M. León

Es una curiosa casualidad que el belén se re-inaugure cada año el 18 de diciembre, día de la Virgen de la Esperanza, patrona de la ciudad, lo que me da pie a no perder la “esperanza” de que al año próximo el responsable de esta tarea se haya olvidado de donde se guardaron las piezas y se acuerde del belén que se ponía en casa de  sus padres, recuperando la proporción de las cosas.

Porque repitiendo lo que escribí hace unos años, en estas fechas los árboles debieran estar en el bosque, el belén a su escala y las “luces” en la cabeza de los ciudadanos, pero sobre todo en las de nuestros llamados "representantes".

Sin comentarios. "Detalle de la torre-aguja de la Iglesia de Sta. Mª de Palacio". Plaza del Ayuntamiento de Logroño.
Foto: J. M. León


lunes, 29 de abril de 2019

Escenas urbanas ________________________________________________________


Acostumbrados a pensar que siempre está ahí, y que sigue siendo más o menos igual que el día anterior, ignoramos frecuentemente el gran teatro que es “la ciudad”.

Y así no nos damos cuenta de lo que constantemente pasa a nuestro alrededor, de cómo no sólo sus habitantes, nosotros, entramos y salimos de la escena; tampoco de qué manera los decorados van variando, algunas veces drásticamente, en general poco a poco, pero siempre asombrando por lo diferente a lo que uno podía imaginar.

Sobre todo por descubrir que las cosas que acontecen en nuestro deambular son menos "causales" y más "casuales" de lo que pensamos. En muchos casos se deben al azar que nos ha colocado, o las ha colocado, en el sitio en el que se posa nuestra mirada, más que fruto de un propósito pensado por no se sabe quien.

Seguro que quien aparcó su vehículo no repararía en un primer momento que lo hacía delante de un local de “Pinturas y Decoración”, en cuya fachada un enorme bote de pintura parece derramar su contenido sobre el coche. 
Logroño (Foto A. León)

Ni tampoco quien, no teniendo un hogar para vivir, se puso a dormir delante del escaparate de una conocida franquicia comercial de “cosas” para el hogar, como la cama que exhibe en el escaparate.

Barcelona (Fuente: El País) 

O si no ¿cómo entender que al ir a fotografiar la “curiosa” fachada del edificio de servicios de una urbanización, recientemente ilustrada con una ingenua perspectiva, se levantase del banco más próximo el joven que estaba sentado, al que no conocía de nada, y se pusiese a andar delante de la cámara como si quisiese alcanzar el infinito? 

Laredo. Cantabria (Foto: J. M. León)

La ciudad del azar, siempre tan agradecida a la mirada.



lunes, 25 de marzo de 2019

Pequeñas reformas de fachadas ________________________________________________________

La semana pasada La ciudad visitada no acudió a su cita semanal. Problemas técnicos de su autor lo impidieron. Lo siento y os pido disculpas.
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En una ciudad hay tantas fachadas como edificios. Y seguro que en más de una ocasión nos hemos preguntado el porqué de su composición, de la disposición de sus huecos o de la presencia de ciertos elementos ornamentales o constructivos.

Por ello llaman la atención aquellos edificios en los que además se manifiestan, generalmente fruto de extrañas reformas, situaciones casi absurdas como las que muestran las fotografías de hace unos años de un edificio en Palma de Mallorca y otro en Logroño.

Palma de Mallorca. (Foto: J. M. L.)
¿Qué motivó al instalador que colocó la bajante de las aguas del tejado para pasarla por la mitad de las ventanas de fachada?, ¿Por qué no desplazarla al paño macizo de aquella?. Así para poder abrir hacia afuera las contraventanas “mallorquinas”, la bajante hace un doble quiebro, produciendo un absurdo sobre otro absurdo.

Y de tanto abrir y cerrar las contraventanas en una de estas le pega a la bajante, y ... problema resuelto. El agua de lluvia que discurre por la bajante aparece como un “chorro” delante de la ventana para ¿volver a meterse en la misma?.

En mi última visita a la ciudad comprobé, no sin cierta nostalgia por su imagen anterior, que el entuerto se había resuelto de  la manera  más  habitual.


Logroño. Foto: (J. M. L.)
En el segundo edificio, ¿qué pensaba quien anuló la puerta balconera dejando el balcón sin acceso, flotando en la fachada? Seguramente tendría sus razones, quizás la presencia del balcón le molestaba para apoyar un mueble.

Eso sí, no debió ser un problema aislado, porque no sólo lo hizo un vecino, y su solución “marcó  tendencia” en el edificio y de paso el hueco de al lado que también era un balcón sin vuelo se convirtió en una ventana.

En el caso de Logroño, la fachada no ha  sufrido en los últimos años más cambio que el del color de la pintura, y los balcones “imposibles” siguen esperando que alguien se asome a ellos.


¡Qué cosas tiene esto del uso (y abuso) de la arquitectura! 

lunes, 7 de enero de 2019

La ciudad literaria ________________________________________________________

Caminamos por la ciudad mirando absortos las pantallas de nuestros móviles y contestando a tanto mensaje insustancial, mientras nos perdemos la conversación de, y con, la ciudad. 

Porque además de la que vemos habitualmente, hay otra ciudad que nos susurra frases, sentencias, aforismos, etc.

Varea. Logroño. (Foto J. M. León)
Madrid. (Foto: J. M. León)

Particulares mensajes e imágenes con vocación de ser públicos, que todos juntos llegan a componer una especie de ciudad de microrelatos, poco mayores que un párrafo, simplemente una imagen o una frase.

Logroño (Foto: J. M. León)
Zaragoza (Foto: J. M. León)

Y no hace falta buscarlos obsesivamente, sólo hay que afinar un poco el oído y la vista. Te los encuentras mientras vas de un sitio a otro, en la parada del autobús o cuando te detienes ante un escaparate.
Palma de Mallorca (Foto: J. M. León)
Tlacotalplán. Méjico. (Foto: J. M. León)

En esta conversación, fruto de muchas voces anónimas, a veces nos encontramos con algunas que, sin destacar especialmente por su tono, nos provocan una sorpresa. Y nunca mejor empleado el término de provocar, porque algo o mucho tienen de provocación. 

Recomiendo, para quienes no lo conozcan, asomarse al trabajo  de la artista Amaya González. Recuerdo su exposición de "mensajes por palabras" en el Círculo de Bellas Artes de Madrid hace unos años.

Anuncio de la compañís TCM en una revista e Intervención de la artista Amaya González. Madrid.

Para quien no lo haya hecho nunca, le sugiero apunte en una libretita de bolsillo todas las frases que se va encontrado en sus desplazamientos habituales. Siempre hay que llevar encima una libreta y un lápiz o boli, el móvil no es lo mismo. 

Al poco tiempo tendrá entre sus manos un curioso testimonio de esa "ciudad literaria".

lunes, 23 de abril de 2018

Instalacciones con arte ________________________________________________________

Con el nombre de instalaciones siempre hemos entendido el conjunto de infraestructuras técnicas que facilitan a nuestros edificios los servicios de agua, electricidad, saneamiento, etc., haciendo nuestra vida más confortable y nuestras ciudades más habitables.

Aire acondicionado en edificio de Moscú y tendido eléctrico en calle de Saigón (Fotos J.M.L.)
En los edificios generalmente están ocultas, en las ciudades no todas, dando testimonio de nuevas necesidades no previstas, precariedades económicas o actuaciones poco reflexivas. Y en general forman parte de la imagen cotidiana de la ciudad.

Cuadro eléctrico en edificio de La Habana y bajante en una casa de Mercadal. Menorca  (Fotos J.M.L.)
En unos casos han sido motivadas por una desidia que parece entender que de lo único de que se trata es de "que algo funcione”, sin dedicar ni un segundo a si había una solución o posición alternativa a lo instalado. En otros, son fruto de una voluntad de ocultación, de camuflaje, cuyo resultado evidencia graciosamente su presencia incorporándolas en cualquier caso al anecdotario urbano.

Contadores eléctricos en  Puerto del Carmen. México y enganche eléctrico en Barcelona (Fotos:J.M.L.)
Y la mayoría responden a un proceso de acumulación, que cobran su verdadero "valor" puestas en contacto con cuidadosos detalles constructivos de otras épocas.

Logroño (Foto J. M. L.)
Abstraídas de su funcionalidad cotidiana hay quien las prefiere ver, haciendo un juego de palabras y con una clara intención provocadora, como instalaciones "artísticas”, ajenas, obviamente, a los planteamientos e intervenciones que con este nombre se empezaron a crear a mediados del siglo pasado.

   

lunes, 5 de febrero de 2018

Señales de tráfico

¿Qué tiene que ver la política del Ayuntamiento de Viena sobre la regulación del tráfico con la actividad del “artista callejero” Clet Abraham, cuya obra va extendiéndose por toda Europa?

Viena. 2016 (Foto J.M.L.)
En el año 2015 el Ayuntamiento de Viena cambió en más de cien semáforos las imágenes de las siluetas masculinas, paradas o en movimiento, por las de parejas de hombres o mujeres, acompañadas de un corazón, fruto de una campaña para fomentar la tolerancia y aceptación hacia las parejas del mismo sexo

Recientemente he comprobado que esta iniciativa se ha desarrollado parcialmente en Madrid.

Nápoles. 2015 (Foto J.M.L.)
Desde el 2010 aproximadamente, Clet Abraham va dejando su impronta en numerosas ciudades “interviniendo” las señales de tráfico, con una actitud sutilmente provocadora y crítica sobre  lo establecido en nuestra sociedad. 

Su obra ha ido acompañada en muchos casos de multas por subvertir, según las autoridades,  la seguridad de peatones y automovilistas.

Logroño (Foto J.M.L.)
El artista urbano logroñés de nombre de guerra ”Patata”, y cuya obra se caracteriza por dibujar unas caritas “apatatadas” que se asoman en cualquier rincón de la ciudad, nos dejó ya hace años un delicado testimonio de su trabajo, aprovechando en este caso también la señalización vial. 

El Ayuntamiento de Logroño tiene penalizada esta iniciativa dentro de la Ordenanza Municipal de Fomento de la Convivencia Pública.

A diferencia de la primera iniciativa considerada por la autoridad "políticamente correcta", las otras dos manifestaciones tienen entre sus virtudes, desde su incorrección, la de trastocar la rigidez de los códigos habituales y abrir nuestra mirada a lo diferente, mientras esbozamos una sonrisa. 

Aunque sólo sea durante el tiempo que tardan los empleados del Ayuntamiento correspondiente en despegar los adhesivos o borrar el graffiti de las señales manipuladas.

lunes, 1 de enero de 2018

Dos intervenciones históricas

La calle Portales de Logroño, uno de los espacios urbanos más significativos de su Casco Antiguo, está enmarcada por dos curiosas intervenciones históricas.

Logroño. Foto: J. M. L.
Al comienzo de la misma, la antigua Casa Palacio de los Jiménez de Enciso, hasta hace dos décadas Ayuntamiento de la ciudad, y hoy sede del IER, fue construida en el siglo XVI con muros de piedra de sillería, habiendo sido objeto de múltiples modificaciones hasta nuestros días.

Seguramente hacia finales del s. XIX, la potencia y sinceridad constructiva que hacía gala en sus fachadas ya no “se llevaba” y primaba el “buen gusto” de lo perfectamente delineado, por lo que la propiedad encarga el picado de las mismas redibujando con precisión geométrica una nueva fachada de falsos sillares rectangulares, perfilando sus siluetas mediante el rehundido de las líneas de separación. Pero si uno observa con atención el muro podrá percibir cómo debajo de tal dibujo sigue “respirando” el despiece original.

Logroño. Foto: J. M. L.

Al final de la calle, el Museo de La Rioja está ubicado en un magnífico caserón barroco, tradicionalmente denominado Casa Palacio del General Espartero. Al fallecer su esposa y él sin descendencia, el edificio es adquirido por el Estado para destinarlo a Palacio Episcopal y Tribunal Eclesiástico.

Con tal motivo se pretendió dotar a la futura sede del Obispo de unas nuevas señas de identidad, es decir incluir el escudo del Obispo, del que todavía no se tenía noticias ni se conocía su nombre.Nuevamente los canteros se ponen en funcionamiento y “borran” el interior del espléndido escudo barroco, para inccorporar en su interior las armas del futuro ocupante.

Ante el desconocimiento de las mismas, “sólo” puede realizar el ornamento exterior de un ridículo (por su tamaño) escudete, compuesto por el sombrero en la parte superior, dos juegos de borlas a los lados y el báculo por detrás del escudito. 
Al final el Obispo no se traslada a la capital y el palacio barroco se queda sin su escudo.

Resulta llamativo, incluso irónico, y seguramente escandaloso para algunos, cómo los  esfuerzos por “mudar de piel”, en el primer edificio  y por “adecuar su identidad”, en el segundo, se hayan integrado sin problemas en la imagen de la ciudad, dotando a ambos edificios de una nueva referencia urbana.