lunes, 29 de marzo de 2021

La ciudad en blanco y negro: dos novelas gráficas

 

Setenta años separan las novelas gráficas, La ville (1925) de F. Masereel (1889-1972) y Dropsie Avenue (1995) de W. Eissner (1917-2005), en las que las ilustraciones se apoderan de sus páginas hasta el punto de que en la primera no hay una sola palabra escrita, más allá  de su título y presentación, y en la segunda lo didáctico de los dibujos hace casi prescindible la presencia de aquella.

La ciudad (F. Masereel. 1925. Nordicalibros) y Avenida Dropsie (W. Eisner. 1995. Norma Editorial)

Ambas comparten la idea de explicar gráficamente la transformación de la ciudad moderna. Con argumentos distintos, lenguajes gráficos bien diferentes y un salto temporal nada desdeñable, una nos sitúa en el momento histórico en que se elabora mientras la otra ilustra un siglo de historia de un barrio.

La ville es como un gran retablo formado por múltiples páginas de un potente contraste en blanco y negro, cuyos originales fueron grabados sobre madera con el lenguaje propio del expresionismo artístico centroeuropeo, y que permite su lectura de forma aleatoria dado su homogéneo tratamiento.

Sus imágenes con masas de trabajadores, fábricas de humeantes chimeneas, apiñados barrios obreros, grandes edificios perforados de ventanas, luminosos anuncios de la diversión y del lujo al alcance de una minoría, etc. son flashes que componen un fondo continuo que habla de la violencia del sistema y del comportamiento del ser humano. 



Ilustraciones de La ville (A. Masereel. 1925)

Con el triunfo del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán y la instauración del Tercer Reich, La ville al igual que el resto de la obra de Masereel, fue considerada arte degenerado por los nazis y prohibida.

Avenue Dropsie forma parte de la trilogía A Contract Whit Good y narra la historia de una protagonista principal, la Avenida Dropsie, hipotéticamente ubicada en el Bronx (Nueva York) con múltiples y pequeños actores, sus habitantes que le acompañan y le dan sentido, desde 1870 hasta un siglo después.

Del comienzo y final de Dropsie Avenue (W. Eisner. 1995)

Realizada con el inconfundible estilo y maestría de Will Eissner sus ilustraciones estructuran las páginas de muy variadas formas, acentuando el dramatismo de la narración con múltiples composiciones de imágenes muy descriptivas en sus detalles.

 

Diversas composiciones y puntos de vista de Dropsie Avenue (W. Eisner. 1995)

La historia es la historia de cuaquier barrio de cualquier ciudad de cualquier lugar: la urbanización de un territorio y la progresiva y constante transformación de sus calles  y edificaciones en tiempos de crisis económicas, inmigraciones, guerras, desarrollos especulativos y empobrecimentos sociales.

La crisis del 29 y la Guerra del Vietnam en Dropsie Avenue (W. Eisner. 1995)

Y sobre todo es la historia de las gentes que van ocupando y abandonando el lugar, poniendo de manifiesto los sentimientos que les impulsan y mediatizan en sus pequeñas, o no tan pequeñas, historias cotidianas.

La vida cotidiana en Dropsie Avenue (W. Eisner. 1995)

El final en ambos casos deja ese sabor agridulce propio de la mezcla entre la ilusión y la realidad.    

lunes, 22 de marzo de 2021

Paseando por la ciudad

 

Pocos espectáculos nos depara la ciudad tan atractivos como el que se percibe callejeando, caminando sin un rumbo determinado, abiertos a todo lo que a nuestro alrededor sucede y que por mucho que parece repetirse siempre es nuevo.

La calle es el escenario público por definición. Y durante siglos, salvo en contadas ocasiones, sus frentes de edificaciones más o menos alineados, arroparon relatos fundamentalmente religiosos, como si lo habitual fuera encontrarte por la calle con escenas de la vida y milagros de Jesús, María o los santos.

Su papel, más que de acompañamiento a la cotidianeidad, era el de ser una cualificada escenografía en la que se desarrollaba la acción.   

 

"El milagro del Beato Agostino Novello" (S. Martini. 1324) y "El milagro de San Zenobio" (D. Venenziano. c. 1440)

"San Pedro curando a los enfermos" (Masaccio. c. 1427)

Una magnífica excepción la constituyen los frescos del Palacio Ducal de Siena, la “Alegoría del Buen y Mal Gobierno” (P.y A. Lorenzetti. 1338-40) que nos ofrecen, dentro de su carácter alegórico, una imagen de la vida cotidiana de la ciudad con sus gentes en diversas actitudes por la calle. 
  
Detalle de "Alegoría del Buen y Mal Gobierno" (A. y P. Lorenzetti. c. 1338)

Ambas  maneras de describir la calle son un ejemplo de la dicotomía entre la representación teatralizada y el testimonio social, que continuará en los siglos siguientes con las citas a recepciones de embajadores, celebración de fiestas religiosas, etc., aunque finalmente se resolverá a favor de una pintura claramente realista.  

Fragmentos  de "Vista de una ciudad" (J. Vrel. 1654) y "La callejuela" (Vermeer. 1654)

Esta forma de ilustrarla que alcanzará su máxima expresión con el gran despliegue panorámico de las vedute obra de los italianos Canaletto, Belloto, Guardi, Carlevarijs o del holandés Gaspar van Wittel. En ellas se puede apreciar el detalle cotidiano de sus vecinos paseando.
 
Detalles de Riva degli Scavonni (Canaletto. c. 1728) y Veduta de Napoli (G. van Wittel. c. 1720)

La creación de la ciudad burguesa  y su nuevo orden en el siglo XIX recibirán el reconocimiento de los pintores de su época a través de la ilustración de efervescencia de movimientos en los bulevares y calles de los nuevos ensanches.
 
"Calle de París"(G. Callebotte. 1877) y "El Buevard Montmartre" (C. Pisarro. 1897)

Los comienzos del siglo XX alumbrarán nuevas y expresivas miradas sobre la calle reflejando la tensión de los cambios que se estaban viviendo o a punto de  producirse. Singulares personajes y forzadas perspectivas forman parte de la atmósfera de unos tiempos convulsos.  

New York (G. Bellows. 1911) y "Arquitectura II. El hombre de Potin" (L. Feininger. 1921)

"Día Gris" (G. Grosz. 1923) y "Escena en la calle" (E.L. Kirchner. 1926)

A la par la fotografía y el cine tomarán la alternativa en la representación de la vida en la calle, sin que por ello la pintura deje de mirar a la ciudad, incluso cuando artistas como R. Esches o A. López nos ofrezan sus silenciosas y precisas imágenes, en las que sin la presencia humana siguen resonando el pálpito de la cotidianeidad, temporalmente ausente. 

"Calle de París" (R. Ester. 1972) y "Gran Vía" (A. López. 1974-81)

A buen seguro un paseo como este puede ser el que cada uno quiera y detenerse donde le convenga. Sólo se requiere armarse de esa actitud un poco indolente, de quien no tiene prisa y se deja llevar por las calles del arte, de la historia y de los recuerdos, en fin por las calles de la ciudad que consideres tuya.

 

Si te apetece ver más sobre la relación entre la ciudad y la pintura puedes consultar

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2021/01/y-la-ciudad-al-fondo.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2020/12/pintando-la-ciudad-de-noche.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2020/08/arquitecturas-fantasticas-fantasticas.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2020/04/la-ciudad-pintada-en-el-trecento-y-el.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2019/09/la-ciudad-de-edward-hopper.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2018/09/la-ciudad-lejos-y-cerca.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2018/03/la-ciudad-metafisica.html

lunes, 15 de marzo de 2021

A la conquista (y explotación) del espacio planetario


El pasado mes de febrero el planeta Marte fue noticia con motivo del envío de tres sondas desde China, Estados Unidos y Emiratos Árabes Unidos.

Parece que el interés por el planeta rojo ha desplazado el atractivo de la Luna, iniciado en 1957 con el envío del cohete soviético Sputnick 1, en 1958 con el norteamericano Explorer 1, y con la llegada del primer hombre a la Luna en 1969.

En los años 60 se lanzaron numerosas sondas a Marte con mayor o menor éxito, entre ellas la Mariner 4 que proporcionó en 1965 las primeras fotografías del planeta desde “cerca” (a más  de 9.000 km). 

Neil Armstrong pisa la Luna (Fuente: NASA. 1969) y Marte desde la Mariner 4 (Fuente: NASA. 1965) 

Sin duda la película 2001: A Space Odissey (S. Kubrick, 1968) influyó en las diversas iniciativas empresariales que en la primera década del siglo XXI lanzaron sus propuestas de “hoteles galácticos”, por supuesto sólo accesibles económicamente a un muy reducido número de “turistas”.  Alguna como el Galactic Suite Space Resort diseñado por el arquitecto  Xavier Claramunt para la empresa Gateway Foundation tenía previsto entrar en funcionamiento en 2012 o en 2027. 

Recreación de los “hoteles espaciales” Galactic Suite Space Resort (Fuente: NeoTeo) y Voyager Class Station (Fuente: CNN. Gateway Foundation)

Pero han sido las agencias espaciales de diferentes países (NASA, ESA, UAE Spacial Agency, etc.) las que han promovidos, en las dos últimas décadas, diversos proyectos y concursos para investigar las condiciones de uso y “explotación” de ambos planetas.

Los problemas a resolver son importantes: atmósferas hostiles, falta de oxígeno, excesiva radiación, temperaturas extremas, dificultades para transportar pesos elevados o producir recursos de todo tipo, etc.

Por ello son varias las ideas que parten del envío de unos ligeros módulos desplegables o hinchables y de pequeños equipos robotizados con tecnología de impresión-3D que irían recubriéndolos con el material suelto del propio suelo del planeta, el regolito.

Entre las propuestas elaboradas, Foster & Partners buscan minimizar las formas arquitectónicas creando el menor volumen semienterrándolo, 

Propuesta de Foster + Partners. Concurso LUNAR HABITATION. ESA. Agencia Espacial Europea (Fuente F+P. 2012) 

Y Liquifer Systems Group diseña un sistema de pequeños módulos conectables. 

Inflatable Modular Habitat, propuesta de Team Gamma. Concurso 3D PRINTED HABITAT. NASA (Fuente: T.G. 2015)

O el estudio AI Space Factory  plantea dejar una impronta arquitectónica a base de unas piezas en altura, autónomas, 

Marsha, propuesta de AI Space Factory. Concurso NASA CENTENNIAL CHALLENGER (Fuente: AISF y Plomp. 2018)

mientras Search Y Clouds AO aprovechan el hielo localizado bajo su suelo para crear, también mediante robots 3D, la capa protectora e introducir así una luz difusa en su interior. 

Mars Ice House, propuesta de Space Exploration Architecture y Clouds Architecture Office. Concurso 3D PRINTED HABITAT. NASA (Fuente: S.E.A. y Cl.A.O. 2015)

Las consultas han buscado también contrastar ideas para la creación de una nueva ciudad. En unos casos bajo grandes cúpulas, tal como proponía el arquitecto B. Fuller en los años 60, permitiendo albergar diversos usos.

Between Red Mountains, propuesta de Max Rymsha. Concurso MARS HOME PLANET. HP Inc y NASA (Fuente: M.R. 2017)


En otros organizándose en agrupaciones, contínuas o no, de distintos espacios funcionales, en general con imágenes próximas a las de los postuñados futuristas de la segunda mitad del siglo XX.

Algi, propuesta de M. Monteserín y alumnos VRLab del IED. Concurso MARS HOME PLANET. HP Inc y NASA (Fuente: M.M. y VR Lab. 2017)

Incluso haciendo un guiño con su artificial regularidad a las plantas  de las ciudades renacentistas.

Ideacity, propuesta de InnSpace. Concurso MARS COLONY PRIZE (Fuente: IS. 2019)

En un nivel más abierto, concursos como MOONTOPÍA (2016) y MARSTOPÍA (2018), cuyos nombres ya dan idea de su carácter, motivaron propuestas que sin duda responden a un esfuerzo imaginativo bastante ajeno a la realidad. 

Platinum-City, propuesta de S. Th. Allen. Concurso MOONTOPÍA 2016. Eleven Magazine (Fuente: S.Th.A. 2019)

Pero mientras llega el momento de ver qué se construye, y el tiempo y la lógica van depurando ciertas “alegrías” proyectuales, siempre quedará en nuestro imaginario un mundo de fantasía hecho de viajes al espacio y de ciudades de ciencia ficción que tantas obras literarias, películas, cómics, ilustraciones y proyectos nos adelantaron. 

Novela De la Terre à la Lune. Trajet direct en 97 heures (J. Verne.1865) y película Le Voyage dans la Lune (G. Mèliès. 1902)

Fragmento de la portada de City on the Moon (M. Leinster. 1958) y portada de The Martian Chronicles (R. Bradbury. 1950)

A City on Mars, contraportada de Amazing Stories (F. R. Paul. 1940) y película “El milagro de Marte” (H. Horner. 1952)


lunes, 8 de marzo de 2021

Desde el Lejano Oriente


Ha sido frecuente a lo largo de los tiempos que narradores, escritores y pintores recrearan, incluso muchas veces crearan, un mundo arquitectónico con sus sutiles lenguajes, dándole una cualidad y calidad bien diferente a las que le proporcionan los sólidos materiales con las que habitualmente se construye.

Considerada como la primera novela moderna, Genji Monogatari (Historia o Novela de Genji) fue escrita en Japón hacia el año 1005 por una mujer, Murasaki Shikibu (978-¿1014?), bastante antes de que apareciesen sus equivalentes en la cultura occidental.

Los espacios y arquitecturas que arropan la historia de un príncipe imaginario, Hiraku Genji, fueron magistralmente trasladados a rollos de pergamino (emakis) y biombos por numerosos artistas entre los siglos XIII y XIX, con la tradicional forma de representación japonesa en perspectiva axonométrica, sin puntos de  fuga, en lugar de utilizar la perspectiva cónica,  recurso que se mantiene a lo largo del tiempo.

Detalles del Nezame Monogatari (Anónimo. s. XII) y del Genji Monogatari (Ebina Masao. 1950)

Los numerosos pintores que trabajaron sobre este texto supieron transmitir el encanto y serenidad que posee la arquitectura de la antigua aristocracia japonesa, haciendo presente todo el lenguaje de materiales y espacios que la caracterizan.

Para ello utilizaron soluciones como cubrir la escena con doradas nubes que se abren dejando entrever escenas de la narración, dando lugar a una lectura fragmentada de un relato que se intuye completo en una primera mirada. 

"Escenas alrededor de la capital". Biombo Rakuchu rakugai zu (Anónimo. s.XVI)

Genji Monogatari (Kano Chikayasu. 1850)

El uso de la perspectiva axonométrica lleva implícito el hacer desaparecer los techos de las habitaciones, técnica conocida como de los "techos volados" (fukinuki yatai), para poder introducirnos en ellas y contemplar su actividad.

Escena del Genji Monogatari (Anónimo Escuela Tosa. s. XVIII)


Genji Monogatari (Anónimo. 1660)

De esta forma la nítida geometría ortogonal de los espacios se hace más evidente, a la vez que se difumina la relación entre el exterior y el interior al ser muy similar el tratamiento de sus respectivos muros. Es como si las escenas se desarrollasen a la vez dentro y fuera. 

Escena del capítulo Kiritsubo del Genji Monogatari (Anónimo. s. XVIII)

Detalles del Genji Monogatari (Tosa Mitsuki. s. XVII)

Y al descender de escala, como si estuviésemos mirando a través de  un zoom, vemos aparecer sus ligeras estructuras, las divisiones a base de paneles de madera y papel japonés (washi), con sus puertas correderas (shoji) o las persianas enrollables de bambú (sudare). 

 Escena del Genji Monogatari (Utagawa Hiroshige.1852)

Detalles del Genji Monogatari (Anónimo. Escuela Tosa. s. XVII)

Y en esos diáfanos espacios los muebles y objetos domésticos parecen ocupar una posición provisional, prestos a ser movidos sin más lugar fijo que el armario donde se guardan. Mientras, los personajes arropados con sus amplios kimonos introducen un sinuoso movimiento en el espacio. 

Escena doméstica (Utagawa Kunisada. s. XIX)

Princesa del Genji Monogatari (Suzuki Harunobu. ca. 1766) y Escena del Capitulo 25 (Utagawa Kusinada. s. XIX)

Descubrir a Murasaki Shikibu es una placentera sorpresa, compartirlo un 8 de marzo es un obligado reconocimiento.






lunes, 1 de marzo de 2021

La ciudad fotografiada desde el cielo

Desde que el dibujante y fotógrafo “Nadar” (G. F. Tournachon. 1829-1910) en 1858 fotografiase montado en un globo el Valle del Briêve y que J. Wallace Black (1825-96) obtuviese en 1860 la primera imagen de Boston desde el cielo, la fotografía aérea, tomada desde un globo o un satélite, desde un avión o un dron,  constituyó y constituye una magnífica herramienta para la comprensión de la forma y tamaño de nuestras ciudades.

Según la R. A. E. “trama” es el "Conjunto de hilos que, cruzados y enlazados con los de la urdimbre, forman una tela” y “tejido” es la "textura de una tela”, utilizándose por analogía ambas palabras, trama y tejido, para denominar la ordenación de la ciudad.

Las imágenes adjuntas tratan de explicar, aunque sea de forma incompleta y esquemática, algunos de los modelos planificados que a lo largo de la historia han pautado la forma de los núcleos urbanos.

Si bien los primeros asentamientos debieron responder a esquemas entre intuitivos y mágicos en torno al  fuego o al tótem, las excavaciones arqueológicas han sacado a la luz los restos de importantes conjuntos que evidencian el interés de las antiguas civilizaciones de Mesopotamia y Egipto por dotar a sus ciudades de un orden geométrico.

Deir el-Medina. Egipto (Fuente: Google Earth)

Los planteamientos de Hipódamo de Mileto (498-408 a.C.) en la antigua Grecia configuraron un instrumento regulador. Su importancia se reconoce en el nombre dado al modelo de ciudad ortogonal así concebida, la ciudad “hipodámica”.

Olinto. Calcídica. Grecia (Fuente: Viragas Mansion)

El Imperio Romano desarrolló este planteamiento a partir de una retícula con sus ejes principales: cardo y decumano, cuyo trazado fue absorbido por posteriores crecimientos en numerosas ciudades.

Timgad. Argelia (Foto: G. Steinmetz)

La caída de Roma conllevó una crisis general de lo urbano. Pocos siglos después una nueva religión, el Islam, se expandió desde el norte de África configurando un modelo urbano, de traza laberíntica.

Fez. Marruecos (Foto: G. Gerster)


El resurgir de la ciudad en la Europa medieval vino de la creación de nuevos asentamientos a lo largo de los caminos para controlar militar y económicamente el territorio. Así nacieron entre otras las ciudades camino, las bastidas y otros núcleos fortificados.  

Santo Domingo de la Calzada. La Rioja. España (Fuente: Google Earth)


En el Renacimiento novedosas teorías y modelos sobre “La ciudad ideal” influyeron en la construcción de geométricos núcleos fortificados y en la transformación de ciudades ya existentes con la apertura de nuevos ejes.

Palmanova. Friuli-Venecia Julia. Italia (Fuente: digitalglobe)

Aunque la gran tarea de urbanizar las Américas se hizo desde postulados más pragmáticos, con la planta en cuadrícula con su límite amurallado, que con al derribarse se convertiría en una importante vía perimetral.

Trujillo. Perú 

En los siglos posteriores el auge de la economía europea, en base a las riquezas de los territorios colonizados y el papel del poder real y de la nobleza, propició el desarrollo de la ciudad barroca que utilizó la perspectiva para enfatizar su orden.  

Karlsruhe. Baden-Wutemberg. Alemania (Fuente: blogsturismo)

La Revolución Industrial confirmó en el siglo XIX el protagonismo de la burguesía, que entendió la necesidad de un instrumento ordenador y de gestión económica del suelo, y así nacieron los Planes de Ensanche. 

Barcelona. Catalunya. España (Fuente: digitalblobe)

A la par que por diferentes motivos, desde los de orden público a los puramente especulativos, se abrían nuevas calles transformando la ciudad existente.

París. Francia,

En pleno siglo XX, los postulados de Le Corbusier sobre la ciudad como algo “abierto” con grandes edificios de  viviendas y amplios espacios públicos entre ellos dio lugar a la creación de nuevos barrios que pusieron de manifiesto la distancia entre la teoría y la realidad.

Barrio de Pruitt-Igoe. Saint Louis. EE. UU. (Foto: Junkyardsparkle wikimedia) demolido en 1972.
 

El progresivo crecimiento de “lo urbano” refleja en nuestros días los tremendos contrastes que se producen, cada vez mayores, entre países y grupos sociales, entre formas de ocupar y habitar la ciudad, preveyéndose que en el año 2050 el 70 % de la población “vivirá” en ciudades.

Mumbai. India (Foto: J. Miller)

Las comparaciones (dicen) son odiosas.