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lunes, 22 de marzo de 2021

Paseando por la ciudad

 

Pocos espectáculos nos depara la ciudad tan atractivos como el que se percibe callejeando, caminando sin un rumbo determinado, abiertos a todo lo que a nuestro alrededor sucede y que por mucho que parece repetirse siempre es nuevo.

La calle es el escenario público por definición. Y durante siglos, salvo en contadas ocasiones, sus frentes de edificaciones más o menos alineados, arroparon relatos fundamentalmente religiosos, como si lo habitual fuera encontrarte por la calle con escenas de la vida y milagros de Jesús, María o los santos.

Su papel, más que de acompañamiento a la cotidianeidad, era el de ser una cualificada escenografía en la que se desarrollaba la acción.   

 

"El milagro del Beato Agostino Novello" (S. Martini. 1324) y "El milagro de San Zenobio" (D. Venenziano. c. 1440)

"San Pedro curando a los enfermos" (Masaccio. c. 1427)

Una magnífica excepción la constituyen los frescos del Palacio Ducal de Siena, la “Alegoría del Buen y Mal Gobierno” (P.y A. Lorenzetti. 1338-40) que nos ofrecen, dentro de su carácter alegórico, una imagen de la vida cotidiana de la ciudad con sus gentes en diversas actitudes por la calle. 
  
Detalle de "Alegoría del Buen y Mal Gobierno" (A. y P. Lorenzetti. c. 1338)

Ambas  maneras de describir la calle son un ejemplo de la dicotomía entre la representación teatralizada y el testimonio social, que continuará en los siglos siguientes con las citas a recepciones de embajadores, celebración de fiestas religiosas, etc., aunque finalmente se resolverá a favor de una pintura claramente realista.  

Fragmentos  de "Vista de una ciudad" (J. Vrel. 1654) y "La callejuela" (Vermeer. 1654)

Esta forma de ilustrarla que alcanzará su máxima expresión con el gran despliegue panorámico de las vedute obra de los italianos Canaletto, Belloto, Guardi, Carlevarijs o del holandés Gaspar van Wittel. En ellas se puede apreciar el detalle cotidiano de sus vecinos paseando.
 
Detalles de Riva degli Scavonni (Canaletto. c. 1728) y Veduta de Napoli (G. van Wittel. c. 1720)

La creación de la ciudad burguesa  y su nuevo orden en el siglo XIX recibirán el reconocimiento de los pintores de su época a través de la ilustración de efervescencia de movimientos en los bulevares y calles de los nuevos ensanches.
 
"Calle de París"(G. Callebotte. 1877) y "El Buevard Montmartre" (C. Pisarro. 1897)

Los comienzos del siglo XX alumbrarán nuevas y expresivas miradas sobre la calle reflejando la tensión de los cambios que se estaban viviendo o a punto de  producirse. Singulares personajes y forzadas perspectivas forman parte de la atmósfera de unos tiempos convulsos.  

New York (G. Bellows. 1911) y "Arquitectura II. El hombre de Potin" (L. Feininger. 1921)

"Día Gris" (G. Grosz. 1923) y "Escena en la calle" (E.L. Kirchner. 1926)

A la par la fotografía y el cine tomarán la alternativa en la representación de la vida en la calle, sin que por ello la pintura deje de mirar a la ciudad, incluso cuando artistas como R. Esches o A. López nos ofrezan sus silenciosas y precisas imágenes, en las que sin la presencia humana siguen resonando el pálpito de la cotidianeidad, temporalmente ausente. 

"Calle de París" (R. Ester. 1972) y "Gran Vía" (A. López. 1974-81)

A buen seguro un paseo como este puede ser el que cada uno quiera y detenerse donde le convenga. Sólo se requiere armarse de esa actitud un poco indolente, de quien no tiene prisa y se deja llevar por las calles del arte, de la historia y de los recuerdos, en fin por las calles de la ciudad que consideres tuya.

 

Si te apetece ver más sobre la relación entre la ciudad y la pintura puedes consultar

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2021/01/y-la-ciudad-al-fondo.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2020/12/pintando-la-ciudad-de-noche.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2020/08/arquitecturas-fantasticas-fantasticas.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2020/04/la-ciudad-pintada-en-el-trecento-y-el.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2019/09/la-ciudad-de-edward-hopper.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2018/09/la-ciudad-lejos-y-cerca.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2018/03/la-ciudad-metafisica.html

lunes, 9 de noviembre de 2020

A jugar a la calle

Hubo una época en que la calle era el espacio habitual de los juegos de los niños. 

Niños jugando Zennor Road. Londres (Foto: P. Kaye. 1960) y Rainham. Kent (Fuente: Rainham Memory)

En nuestra sociedad hoy esto parece casi imposible.

A ello han contribuido lógicamente las sucesivas transformaciones, en muchos casos positivas, en los hábitos sociales y de la propia ciudad.

La especialización del espacio según edades y usos y el aumento de tráfico rodado y peatonal por nuestras calles han contribuido a este cambio de  “paisaje”. Ahora en nuestras ciudades se juega en los parques infantiles, en los patios de los colegios, en las pistas y campos construidos  para  ello o en los polideportivos cubiertos, y las calles si no  están peatonalizadas son dominio del vehículo.

El uso de la calle para el juego en la actualidad ya sólo se da en los pueblos y en países con precarias economías o con situaciones más dramáticas.

Partido de baloncesto. Barrio de Manila

Juagando a la rayuela. Homs. Siria (fuente: el confidencial)


Los cambios tecnológicos han propiciado que en nuestra sociedad se juegue de forma diferente. Por ejemplo, los niños, y no sólo niños, “juegan” mucho en casa con el móvil, la tablet o el ordenador a la par que practican deporte a través de regladas actividades extraescolares.

Así que tantos lugares y paredes que fueron tan apreciados para jugar perdieron esa actividad o han desaparecido. De otros queda una difuminada huella tal como muestra el fotógrafo M. Kirkham en su trabajo Urban Goals.

Urban Goals. Toxte. Liverpool ( Foto: M. Kirkham)

Por ello me llama la  atención encontrarme con unos críos que han tomado momentáneamente una plaza, “desmonumentalizándola”, y utilizando como simbólica portería la reja de la portada de la iglesia.

Plaza del Mercado. Logroño (Foto: J. M. León)

Afortunadamente desde hace unos años se está reivindicando desde diferentes lugares, y de formas muy diversas, la recuperación de la calle como espacio de juego.

En unos casos con campañas que ponen en práctica asociaciones de vecinos y colectivos educativos con el acuerdo del ayuntamiento que cierra provisionalmente al tráfico alguna calle dejando sin efecto la aplicación de la “ordenanza cívica” correspondiente. 

Jugando en la calle . Waterville. Maine (Fuente: nescbwi) y (Fuente: genteyold)

En otros a través de la intervención de artistas urbanos como Florian Riviére o Benedetto Bufalino que, con una carga de ironía surrealista, llaman nuestra atención al utilizar elementos cotidianos fuera de su contexto y función. Con un reducido presupuesto y una gran creatividad llaman “al juego” en la ciudad como un nuevo placer.

No pay, play. Estrasburgo (F. Rivière. 2011. Foto: J. Roth) 

Tras basquet 1. Estrasburgo (F. Riviére. 2011)

Le terrain de fot. Pau (B. Bufalino. 2017)

En cualquier caso, imágenes todas ellas que traslucen el deseo de hacer realidad nuevamente aquella expresión de “¡Hala, a jugar a la calle!”, desaparecida hace tiempo del lenguaje familiar. 



lunes, 24 de septiembre de 2018

Scala illuminata _______________________________________________________

Las calles permiten la comunicación, el contacto literal entre los diversos edificios que componen una ciudad y los habitantes que en ella residen.

Pero cuando además tienen que adaptarse a una compleja topografía o enlazar lugares de diferentes condiciones topográficas, sus soluciones suelen ser unos magníficos ejemplos de  arquitectura urbana. No sólo los edificios que la bordean pueden ser, o son, arquitecturas, la calle construida también lo es.

Escalera de Santa María del Monte. Caltagirone. (Foto: J.M.L.)
Es el caso de la escalinata que une la Piazza Municipio con la Chiesa di Santa María del Monte en la ciudad de Caltagirone (Sicilia), salvando el desnivel existente con 142 escalones dispuestos sin interrupción ni descanso.

Tal condición, sin duda genera incomodidades y molestias a sus vecinos, pero haciendo “de la necesidad, virtud”, desde hace siglos los habitantes de  Caltagirone celebran sus grandes fiestas adornando este lugar con flores o miles de pequeñas lámparas de aceite, coppi, envueltas con papeles de colores.

El encendido de la Scala Iluminata. (Foto: vía informasicilia.it) 
Estas últimas, durante unas horas -las que tardan en consumirse las velas- hacen de la noche su aliada para componer vibrantes y brillantes alfombras de luz y color con el parpadeo de las diminutas llamas de aquellas.

Scala Illuminata. Caltagirone (Foto: G. Cosentino)
Al día siguiente de la celebración desaparecen los colores y luces hasta el próximo año, pero la escalera no por ello deja de mantener su dignidad -quizás sea menos espectacular, nunca menos impresionante- como corresponde a una magnífica obra de arquitectura proyectada en 1606 por Giandomenico Gagini, aunque reformas posteriores le dieron su actual pendiente y formalización.

La escalera, que diariamente utilizan sus vecinos y visitan numerosos turistas, combina así su esforzada funcionalidad con el papel de gran decorado ornamental, dando solemnidad a las fiestas.

jueves, 8 de febrero de 2018

La calle activa

Las calles de la ciudad constituyen un inmenso catálogo de situaciones en las que se mezclan el deambular con el trabajo, el tráfico con el ocio, el comercio con la fiesta, etc., generando, a pesar de las posibles dificultades de relación entre usos, una de las características que definen a la ciudad, la relación social entre sus habitantes.

Saigón. Foto J. M. L. (2009)
Saigón era hace unos años una de las ciudades con mayor número de bicicletas, motocicletas y motos, hasta convertir sus calles en un denso “continuum” de aquellas, sobre las que se transportaban todo tipo de enseres, y a veces varias personas en un difícil equilibrio circense.

Ante un río de ciclomotores, una joven ha establecido su puesto de venta, su propia motocicleta, en el borde de la acera. Sentada en un alcorque ofrece su mercancía, bonitos peces de colores que nadan en improvisados acuarios hechos con bolsas de plástico.

Abstraída en la lectura permanece completamente ajena al intenso tráfico y a la curiosidad de los transeúntes, como si su objetivo no fuese tanto el vender sus peces, como el de leer parapetada detrás de su puesto de venta.

Ahmedabad. Foto Aurora León (2008)
En Ahmedabad (India), un afanado sastre ha encontrado en la plataforma porticada de acceso al edificio situado a su espalda un adecuado espacio para su labor.

La cuidada arquitectura enmarca y acompaña su precisa labor. Le presta cobijo si llueve y la seguridad de poder dejar su máquina de coser “atada” a una de las columnas. Y su presencia, tres peldaños elevada sobre la calle, le permite convertir su imagen en una económica forma de publicidad. 

En ambos casos la ensimismada tranquilidad que transmiten ambos personajes, atentos a sus quehaceres y a la vez coexistiendo con la intensa vida de la calle, forma importante parte de la actividad social de la misma.