lunes, 14 de octubre de 2019

Cambio de paradigma



La publicación en 1945 de Cristo si è fermato ad Eboli (“Cristo se detuvo en Éboli”), en la que Carlo Levi (1902-1975) cuenta sus recuerdos de la época que estuvo desterrado por el régimen fascista en la provincia de Matera (Basilicata, Italia), supuso un aldabonazo en la conciencia italiana.

La situación que sufría gran parte de la población de Matera con unas más que precarias condiciones de vida, ante la desidia de instituciones, autoridades y vecinos que miraban hacia otro lado para no verlas, recibió el nombre de vergogna nazionale  en palabras del líder comunista Palmiro Togliatti.


El Sasso Caveoso sobre el barranco. Matera (Fuente: TripAdvisor)

 “… Dentro de esos agujeros negros con paredes de tierra pude ver los miserables muebles, los trapos colgados. Perros, ovejas, cabras y cerdos yacían en el suelo. Cada familia generalmente tiene sólo una de esas cuevas y todos duermen juntos, hombres, mujeres, niños, bestias…” (Cristo si è fermato ad Eboli. C. Levi).


Interior de una vivienda-cueva (

Planta de un viccinato con la ocupación de personas y animales.

Las cuevas a las que se refería Carlo Levi constituyen un singular hábitat distribuido en dos barrios, los sassi, organizado en pequeños núcleos, viccinatos, con iglesias, cenobios, espacios productivos, sistemas de almacenamiento y distribución de agua, etc., todos ellos excavados en la roca de la ladera y el cortado, la gravina, que conforma el borde Este de la ciudad antigua y dispuestos unos sobre otros. Son los Sasso Barisano y  Caveoso.


Plano de Matera con la gravina a la derecha.

Sus orígenes y uso se remontan al Paleolítico, continuado en la Edad de Bronce, consolidada su arquitectura rupestre en la Baja Edad Media y fuertemente desarrollada en los siglos XVI, XVII y XVIII con piezas añadidas que prolongaban inteligentemente las viviendas e iglesias hacia el exterior construyendo así la fachada de las mismas (grotta lamione).


Planta de un conjunto de viviendas e iglesias excavadas. Matera

La excesiva presión demográfica y la ausencia de las mínimas condiciones  sociales y sanitarias  (pobreza, hacinamiento, falta de higiene y de todo tipo de servicios, foco de enfermedades, etc.) dieron lugar a la dramática situación denunciada a mediados del s. XX.

En 1952 los sassi fueron declarados inhabitables por ley y sus moradores evacuados a unos nuevos y modernos asentamientos (La Martella. Arqto. L. Quaroni y otros) que se construyeron en las aldeas vecinas, no muy bien aceptados por sus nuevos residentes, según un llamado  “Plan de Transferencia”,  convirtiéndose los sassi en el centro urbano abandonado más grande de Europa, con el consiguiente deterioro de las estructuras constructivas.

Proyecto de La Martella (1952. L. Quaroni)


Viccinato abandonado. 1991. (del libro Matera. I Sassi. A. Restucci. Ed. Einaudi )

Desde el año 1986 se han sucedido diversos Proyectos urbanísticos, Planes de “recuperación” y Programas de subvención a la rehabilitación constructiva, entre ellos el de 1992 con el objetivo de promover la “edificación residencial pública” y las posteriores declaraciones de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1993 o la de Capital Europea de la Cultura a lo largo de 2019.

Y como en tantos otros lugares históricos la inversión económica ha tenido más éxito en la promoción turística (en el año 2016 la ciudad antigua de Matera ya contaba con 482 establecimientos tipo bed & breakfast)  que en una verdadera recuperación social del lugar.

Aquatio  Cave Luxury Hotel & Spa. Matera (2018. S. Micheli)

Planta de acceso. Hotel Corte San Pietro . Matera (2012. D.Amoroso)

Sin desmerecer la importancia de esta actividad, deseable para la ciudad y el mantenimiento de su arquitectura, debiera ser en todo caso subsidiaria de la residencial, evitando el riesgo comprobado en otros lugares de aquella fagocite a la residencial.

Porque parece como si la sociedad no fuese, no fuésemos capaces de continuar de forma coherente el proceso de ocupación de la ciudad, y no quedase más remedio que ser meros turistas de un  itinerario urbano con “glamurosos” establecimientos, en lugar de curiosos visitantes de una ciudad habitada sobre un rico y complejo pasado.



Desde el Sasso Barisano. Matera (Foto: J. M. León)



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