Mientras Francia ponía en
cuestión gran parte de sus principios en Mayo de 1968 el arquitecto Guy Rottier (1922-2013) trabajaba en la idea de una vivienda, y nunca mejor dicho, de uso temporal: la Maison en carton à brûler après usage (“la
Casa de cartón para quemar después de usar”) dentro de sus planteamientos por una arquitectura alternativa.
Maison en carton à brûler. (Guy Rottier, 1968) |
Crítico con el despilfarro
territorial que significaba la edificación de urbanizaciones de vacaciones que
sólo se utilizaban durante el verano y luego permanecían la mayor parte del
tiempo deshabitadas, su radical propuesta consistía en construir con materiales
ligeros para luego hacerlos desaparecer por el fuego purificador.
Fin de temporada: la casa en llamas. |
Si bien en nuestra
consideración medioambiental y social la idea del fuego no sería bien vista, su sustitución por el desmontaje y posterior reciclaje no mermaría la poética de sus
planteamientos y la validez de sus diseños.
Pensada para usar cuando se necesitase, plantea desde el principio una alternativa conceptual a la reproducción
casi mimética de nuestras casas y a la
forma de usar la residencia en periodos estivales.
Solución "casa" tipo 1 |
Para ello toma como punto de
partida un material, el cartón, que mediante un proceso de troquelado o plegado
y formando varias capas permitiría disponer de un paramento autoportante, aislante y maleable que podía adaptar variadas soluciones en planta configurando
diferentes espacios al doblarse.
Una ligera estructura autónoma
a base de postes de aluminio arriostrados y unidos por tensores permitiría,
extender un techo impermeable, poco más que un toldo, una cubierta de fibras vegetales o a base de placas desmontables, que pasaría
por encima de los muros de cartón creando una superficie protegida complementada con un suelo flotante, y que permitiría su agrupación con diferentes formas y tamaños.
Agrupaciones de diferentes tipos de "casas" distribuidas bajo una malla contínua de tensores. |
Una arquitectura orgánica
en su concepción, ligera en su materialización y efímera en su duración.
Un hábitat, en palabras del
arquitecto que pondría a disposición del usuario, “ … una estructura a modelar,
una especie de arquitectura-juego, más propicia a la expresión creativa … el
tiempo de un verano”. (Guy Rottier).
O parafraseanso el título de una obra de
W. Shakespeare, dado que nunca llegó a
construir ninguno de sus modelos, una arquitectura que durase “el sueño de una
noche de verano”.
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