Decir que la historia es la gran hacedora de la ciudad es algo obvio.
A lo largo de los años las construcciones de todo tipo se reforman,
amplían, cambian de propiedad y uso, derriban y otras nuevas las sustituyen
total o parcialmente.
El pequeño recinto amurallado de Fregenal de la Sierra
(Badajoz) y el conjunto de edificaciones que ocupan su interior sobrepasando a veces su
trazado constituye un espléndido ejemplo de este proceso.
Vista aérea del conjunto urbano (Fuente: thegalleria) |
El Castillo es obra del siglo XIII y perteneció a la Orden del Temple, aunque para algunos estudiosos se construyó sobre fábricas anteriores. En esa misma época a él se adosa la Iglesia de Santa María, que será profundamente
reformada en los siglos XVII y XVIII, y
que en siglo XX ampliará sus dependencias con la construcción de la Casa Parroquial con frente a la plaza.
Así mismo la fortificación, al perder su sentido defensivo,
se va abandonando paulatinamente hasta que a finales del siglo XVIII el concejo
municipal vende parte del espacio interior para construir una Plaza de Toros
(1784), que se ampliará a principios del siglo XX (1903).
En 1913 se edificará la Plaza de Abastos, derribando parte de la muralla.
La Plaza de Toros inserta en el recinto amurallado con la Iglesia de Santa María sobresaliendo por encima (Fuente: porsoleá) |
La relación entre las
diferentes piezas con el espacio delimitado por la muralla se resuelve con
absoluta libertad, buscando el máximo aprovechamiento superficial, su
específica funcionalidad y significando el carácter de cada elemento.
Aunque el templo y el mercado municipal tienen sus accesos
principales con frente a la Plaza Mayor, todo el conjunto tiene una entrada
común por la puerta situada en la Torre del Homenaje, dando paso a un espacio
longitudinal que actúa de vestíbulo-distribuidor al aire libre.
Situado a espaldas del edificio religioso conecta con éste,
a la derecha por el corredor lateral de la iglesia, a la
izquierda con la plaza de toros y al fondo con el mercado municipal.
Planta y maqueta del conjunto con la Torre del Homenaje abajo a la izda. (Fuente: publicación Plazas de Toros) |
Esta sencilla pieza, juega un importante, pero ignorado, papel en la forma en cómo se articulan los
nuevos usos y edificaciones más allá del proceso histórico de colmatación del
espacio del antiguo Castillo, dando lugar a un complejo y rico fragmento de
ciudad.
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