El comienzo de este conocido trabalenguas infantil sirve para dar entrada a todo un rico mundo
constructivo –el del techo, "el cielo" en
sentido figurado- en el que el ladrillo, con sus diversos
formatos y disposiciones, no renuncia en nuestros días a su histórico protagonismo.
Las primeras décadas del siglo XX vieron la sustitución de las
técnicas tradicionales basadas en la madera y la cerámica por el hormigón
armado, que se convertiría a lo largo del siglo en el recurso estructural más
habitual.
Pero mientras ello ocurre la construcción de bóvedas y
techos en cerámica tiene en la obra de grandes maestros como Antonio Gaudí
(1853-1926) un magnífico y expresivo testimonio. Desde las Escuelas de la Sagrada
Familia, a la Iglesia de la Colonia Güell, desde la cubierta de la Casa Milá
(La Pedrera) a las salas de la Torre Bellesguard, Gaudí crea todo un
microcosmos de cubiertas, salas, pasillos y bajocubiertas hechas de ladrillo.
Planta bajo cubierta de La Pedrera (actual Espai Gaudí). Barcelona. A. Gaudí. 1906-10. (Fuente: La Pedrera) |
Pero no sólo él, otros menos conocidos como los Rafael
Guastavino, padre (1842-1908) e hijo, (1872-1950) dejarán en EE. UU. una amplia obra de luminosas bóvedas.
West Side Market. Cleveland. W. D.Benes y B. Hubbell arqtos. techo: R. Guastavino. (Fuente: cheseaisle.blogspot) |
Pero el desarrollo del hormigón no impidió que puntualmente surgiesen desde la modernidad artífices, unos revisitando la tradición constructiva, otros introduciendo nuevas soluciones técnicas a través de la cerámica armada y, más recientemente, como reivindicación de una forma de trabajar, fácil de asumir en sociedades sin apenas recursos.
La obra de los ingenieros Eladio Dieste (Uruguay, 1917-2000) y Guillermo González Zuleta (Colombia, 1916-1995)
son dos ejemplos de la capacidad expresiva de la arquitectura moderna
latinoamericana.
Gimnasio Colegio Don Bosco. Montevideo. 1983. E. Dieste.1983. (Fuente: Facultad de Arquitectura Montevideo) |
Iglesia San Cristóbal. Bogotá. González Zuleta. 1954. (Fuente: Rev. Informes de la Construcción) |
Pasarán años hasta que se presente una iniciativa tan potente, conceptual y funcionalmente, como el proyecto de Norman Foster de prototipo de una estación de drones para la recepción de material médico en Rwanda (2015). Un proyecto que parecía un canto al sol si no fuese porque recientemente los medios de comunicación daban cuenta de la funcionalidad real de este sistema.
Maqueta de prototipo de estación de drones. Rwanda. N. Foster. 2015. (Foto: J. M. León) |
Recreación de estación de drones. Rwanda. N. Foster. 2015. (Fuente: Plataforma Arquitectura) |
Una vez más la realidad nos pone ante la evidencia de que los “sabios” refranes tienen una doble lectura y bien podemos decir que “de aquellos polvos vienen estos lodos”, porque al fin y al cabo, polvos, lodos y barros están en la base de nuestra existencia.
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