Si bien la arquitectura debe ser entendida como la
materialización de un complejo sistema de relaciones, desde las intelectuales a
las constructivas, desde las funcionales a las socioeconómicas, es normal que la identifiquemos a
través de sus fachadas.
La mayoría de las edificaciones se
presenten públicamente a través de aquellas, ejemplo de la expresión “la cara es el espejo del alma”. En su diseño sus
autores tratan de condensar la razón de ser de las mismas contribuyendo a la expresiva
configuración de la ciudad.
Y así el diseño de las fachadas se carga de reglas compositivas, proporciones geométricas, molduras y relieves, acabados diversos , etc. Todo ello generalmente con la pretensión de ser testimonio ¿eterno? de su momento.
Por ello resulta tan atractiva la imagen de esas otras fachadas,
en las que aquellos planteamientos, por humilde que sea su interpretación y
plasmación, desaparecen o se transforman en determinadas épocas del año.
Ahora que está tan en boga hablar de fachadas verdes, parece
que nadie se acuerda de en cuántos edificios sus propietarios propiciaron la
transformación exterior de su casa creando con la extensión de enredaderas una nueva envoltura, porosa, fresca y colorista.
Barrio Baba. Praga (Foto: J. M. León) |
Fachadas que en muchos casos mutan su colorido y textura con el cambio de estación según el tipo de planta que recubre el muro.
Con la recolección del pimiento rojo de sus huertas aparecen en las fachadas de muchas de sus casas unos sencillos artilugios, unos palos, para colgar de ellos las ristras de los citados frutos. Este curioso “revestimiento” a modo de cortinas vegetales, llena de un curioso color y textura los edificios mientras dura su secado al sol, transformando durante unos días la escena urbana.
Pueblo de la Ribera navarra y Quel. La Rioja (Foto: J. M. León) |
Ambas imágenes constituyen
un buen ejemplo de lo que podríamos llamar “fachadas de temporada”, que en
su papel de soportes de un añadido vegetal que cambia de color o desaparece
celebran el paso del tiempo, como los
balcones adornados en ciertas fechas con guirnaldas o luces de colores celebran los grandes acontecimientos y las pequeñas efemérides.
Nota: sobre "Fachadas" en La ciudad visitada puedes curiosear:
https://laciudadvisitada.blogspot.com/2019/06/solo-fachadas.html
https://laciudadvisitada.blogspot.com/2019/09/arquitecturas-inacabadas.html
https://laciudadvisitada.blogspot.com/2018/11/el-muro-y-el-hueco.html
https://laciudadvisitada.blogspot.com/2018/04/edificios-con-mensaje.html
https://laciudadvisitada.blogspot.com/2018/03/edificios-asimetricos.html
https://laciudadvisitada.blogspot.com/2018/03/agregaciones-en-buena-compania.html
https://laciudadvisitada.blogspot.com/2018/02/mas-muros-cuzco-y-taquile.html
https://laciudadvisitada.blogspot.com/2018/01/dos-intervenciones-historicas.html
https://laciudadvisitada.blogspot.com/2017/12/de-muros-florencia.html
Me encanta el artículo y me identifico con esas fachadas mutables. Nos hablan de los ciclos, el ritmo de la vida, de esa espiral ¿con sentido?. Y los pimientos (cascadas corales) y la ropa tendida;me fascinan de siempre. El arquitecto proyecta, crea, con acierto ó no pero el usuario transforma, con razón ó sin ella y de esta simbiosis resulta la ciudad, la civilización. Y antenas, placas solares, aires acondicionados...Qué pensar de ellos.
ResponderEliminarMaite.
Qué bonita expresión la de "cascadas corales". Para próxima vez te la tomaré prestada. Gracias Maaite S.
ResponderEliminarSi es muy agradable contemplar la fusión de naturaleza vegetal colorista con las fachadas. Tiene su encanto pictórico q agradecemos los paseantes. Introduzcamos el bosque en nuestra vida aunque debamos para ello compartir un mundo onírico y fantasioso
ResponderEliminarLa ciudad y la arquitectura también están hechas de sueños y fantasías. Gracias Pilar
ResponderEliminarAlgo más elaborado, aunque en la misma línea (la naturaleza como piel de la construcción) se encuentra el edificio de Caixa-Forum en Madrid y la ampliación del Museo San Telmo en San Sebastián.
ResponderEliminarGracias Miguel Ángel. La diferencia es que los ejemplos que citas son edificios "proyectados" y los del artículo los edificios "proyectados" están debajo, y en el primer caso responden al deseo de sus usuarios y en el segundo a la utilización de la fachada como parte de una economía doméstica agraria.
EliminarSiempre me ha parecido que tienen, algo de bucólico estas fachadas. (excepto la de los pimientos..)
ResponderEliminarGracias por tu compañía "estimada" Unknown. Es verdad que hay algo de romanticismo en ese dejar que las hiedras crezcan por la fachada, aunque con un cierto control.
ResponderEliminar¡ Que chulada tener la opinión de un profesional! Recientemente, me ha llamado la atención ver cómo dan ¿ una seguna oportunidad ? a los edificios casos de Colindres y Laredo con el dibujo de sellos, en gran dimensión, en la pared mas visible. En el caso de Laredo han ido un poco más allá y le han añadido colorido a gran parte del resto del edificio, me pareció que de forma muy original.
ResponderEliminarGracias Covier. A mi entender el tema de los murales o "intervenciones artísticas" merece una amplia reflexión. No niego el valor a las mismas ni mucho menos. La historia de la arquitectura da testimonio de su interés, pero en estos últimos años estamos viendo una abundante producción que no deja pared sin pintar.
ResponderEliminarMe gustaría saber si en general previamente a ellas se ha entendido el carácter y expresión de la arquitectura y se ha sabido ponerla de manifiesto, desde una tapia a un medianil, desde un faro a un silo.
Si las arrugas de la cara expresan la vida del espíritu que hay detrás dándole a esta profundidad interés y riqueza expresiva, las intervenciones en las fachadas de un edificio me interesan cuando no son simplemente "cosméticas", que generalmente empeoran el original, sino cuando son expresión de la sincera utilización y vida de sus usuarios como espléndidamente reflejan las fachadas apimentadas de Navarra y Quel, entonces se convierten en pura "estética".Interesante.
ResponderEliminarGracias Pablo, otro ejemplo de fachada con vida, es la imagen de muchas ciudades italianas donde la ropa se tiende la calle, ya que es ropa limpia. Otra cosa son los "trapos sucios"
ResponderEliminar