El cine juega con el espacio y el tiempo. Y por supuesto con
el espectador.
Entre las películas Das Cabinet des Dr. Caligari (R. Wiene. 1920) y Parásitos (B. Joon-ho. 2019) ha transcurrido casi un siglo, y los espacios interiores filmados han
ido reflejando la evolución de las corrientes estéticas en el terreno de
lo doméstico.
En los años 20 del siglo pasado muchas películas siguieron las pautas de un radical expresionismo, con forzadas perspectivas y planos plegados sobre los que se pintaban los efectos de la luz y la sombra buscando un dramático efecto.
Otras respondieron a un glamuroso art-decó llenando las casas de la burguesía de muebles, objetos y rotundas geometrías creados por directores artísticos, arquitectos, artistas y diseñadores.
A caballo de ambas corrientes artísticas, se desarrolla la emblemática Metrópolis (F. Lang, 1927) con su ciudad futurista, el expresionista mundo subterráneo de los obreros y los ambientes art decó de las casas de los poderosos.
La presencia
del purismo moderno en las escenas de los años 30 es mucho más escasa, quizás por su radical militancia
y austera formalización, incorporando a la escena paredes de vidrios
traslúcidos, escaleras metálicas y ligeros muebles de tubo.
En los años 40 y 50 el tratamiento de los espacios interiores oscilará entre
ambientes domésticos de carácter conservador y el nacimiento de una modernidad
funcionalista que será objeto de la crítica de Jacques Tati en Mon oncle.
The Fountainhead (“El Manantial”. K. Vidor. 1949) y Mon oncle (“Mi tío”. J. Tati. 1958) |
En las décadas siguientes los directores artísticos utilizarán con frecuencia edificios significativos de la arquitectura moderna y contemporánea como escenarios reales donde rodar determinadas escenas.
A clockwork orange (“La naranja mecánica”. S. Kubrick. 1971) y
la Skybreak House. Radlett (Team 4. Su Brumwell, N. Foster, W. Cheesman y R. Rogers. 1965) |
Igualmente, los geométricos planos de hormigón y piedra de las obras del arqto. J. Lautner, comparten protagonismo con los personajes cinematográficos en varias películas.
El gran Lebowaky (E. y J. Cohen. 1998) en la Sheats-Goldstein House. Los Ángeles (J. Lautner. 1962) |
En una de ellas, la Elrod House (1968), se filmó Diamons Are Forever ("Diamantes para la eternidad". G. Hamilton. 1971) con el recién fallecido Sean Connery en el papel de James Bond.
Los directores de cine también dirigirán su mirada a las vanguardistas arquitecturas del siglo XX de limpias geometrías y sugerentes espacios interiores.
L. A. Confidential (C. Hanson. 1997) y la Lewell House. Los Ángeles (R. Neutra. 1929) |
El vecino de al lado (G. Duprat y M. Cohn. 2009) en la Casa Curutchet. Buenos Aires (Le Corbusier. 1950) |
A single man ("Un hombre soltero". T. Ford. 2009) en la Shaffer Residence. Los Ángeles (J. Lautner. 1949) |
Where the Truth Lies ("Donde la verdad se esconde". A. Egoyan. 2005) en la Case Study House 22 Los Ángeles (P. Koening. 1960) |
En otros casos desarrollarán la acción en edificios de total contemporaneidad, de lo que es un magnífico ejemplo Match Point, con escenas en la Tate Modern (Herzog & de Meuron, 2000), en el edificio de oficinas Mary Axe (N. Foster. 2004) en el edificio de apartamentos Parliament View Apartments, todos ellos en Londres.
O incluso recreando esa imagen de
modernidad arquitectónica con escenografías “construidas” en los estudios o en espacios naturales.
Ghost Writer (“El escritor”. R. Polanski. 2010). Decorados interiores y falsa fachada de W. Knoll. |
Este recorrido por arquitectónicos interiores domésticos se cierra (de momento) con Parásitos (B. Joon-ho. 2019), donde la lujosa vivienda de la familia Park es en realidad una suma de decorados, toda “una casa de cine”, mientras la de la familia Kim es tan real como las numerosas banjihas de Seúl, viviendas que ocupan sótanos no pensados para tal uso.
Parásitos (B. Joon-ho. 2019). Casas de los Park y los Kim. |
Como ejemplo dos
películas de las que son deudoras muchas otras. Una, Aelita: Reina de Marte (Y. Protázanov.1924), con
una estética entre futurista y constructivista poniendo en tensión oscuros y
geométricos planos y otra, 2001: A Space Odissey (S. Kubrick.1968) en la que Kubrick con la
colaboración de H. Lange, que había sido diseñador de la NASA, crearon un luminoso
y aséptico lenguaje estético.
Pero “100 años de …” no es más que un título, y afortunadamente el
cine y la arquitectura nos seguirán convocando para disfrutar de este juego de
apariencias y realidades.
Una delicia. Gracias
ResponderEliminarGracias a tí, por tu madrugadora compañía.
ResponderEliminarMuchas gracias otra vez J Miguel
ResponderEliminarQué capacidad de relacionar las cosas y que bien comunicado
Tú que me quieres jasape, ahora que no nos oye nadie. En serio muchas gracias por tu compañía.
EliminarInteresante, como todo lo que vas incluyendo. Detalles y puntos de vista en los que difícilmente nos fijamos.
ResponderEliminarGracias José Luis. Lo mejor del blog es sentir que compartimos un trocito de ciudad.
ResponderEliminarPrecioso viaje por los espacios del cine. Gracias, Josemi.
ResponderEliminarHola Gloria, encantado con el comentario de una cinematógrafa como tú.
ResponderEliminarMe encanta seguir descubriendo la arquitectura en el importante escaparate cinematigráfico, mostrando una rica y variada evolución.El arte y el cine conviven para disfrute del espectador. Gracias por esta variada y matizada mirada Josemi
ResponderEliminarGracias a tí Pilar.
ResponderEliminar....de cine.
ResponderEliminarY nunca mejor dicho. Gracias Covier
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