“,,,Y sucedió que
mientras estaban allí, le llegó el tiempo del parto a ella y dio a luz a su
hijo primogénito, le envolvió en pañales y le acostó en un pesebre, porque no
había sitio para ellos en la posada” (Evangelio Lucas. 2, 4-7)
"... El tercer día después del nacimiento del Señor, María salió de la gruta, y entró en un establo, y depositó al niño en el pesebre, y el buey y el asno le adoraron." (Evangelio apócrifo).
A partir de estas
escuetas reseñas extraídas del Evangelio de Lucas y de uno de los numerosos Evangelios apócrifos, el mundo
cristiano viene representando el nacimiento de Jesús de Nazaret, para ellos Dios
hecho Hombre, de múltiples maneras y con diversas estéticas .
Así, pintores del arte bizantino y de siglos posteriores ilustraron esas escenas, a partir de la interpretación literal de las
palabras “gruta-cueva, establo y pesebre”, en magníficos cuadros de ingenua
expresión en los que la gruta-cueva se manifiesta como el
primigenio espacio protector.
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Natividad (Guido de Siena. H. 1270) y (Taddeo Gaddi. 1325) |
Con el
desarrollo de la cultura renacentista en la Europa cristiana, a partir de los siglos XV y XVI, la
representación de la Natividad y de sus consiguientes Adoraciones de los Pastores y de los Reyes Magos se hizo
totalmente diferente.
En muchos artistas primó la identificación con el espíritu de su época frente a la literalidad del texto sagrado,
abandonando aquella “rústica” sencillez por el empleo de la “noble”
arquitectura clásica, encargando a ésta o a sus ruinas la tarea de acoger el singular relato, empleando para ello diversas de escalas.
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Adoración de los Magos (Lorenzo Monaco. 1420) y (S. Botticelli. H. 1470) |
En su representación se recurre a todo tipo de referencias incluyendo detalles dignos de atención como el sepulcro romano-pesebre de la obra de Ghirlandaio, acompañada a distancia por la presencia de “la ciudad”.
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Natividad (F. de Giorgio Martini. 1483) y (D. Ghirlandaio. 1487) |
De esta forma la escueta narración cristaliza, sin perder su carácter intimista, en una muy diferente escenografía basada en la presencia de lo construido, a veces con el simple testimonio del arranque de una columna como en el cuadro de Rubens.
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Natividad (A. Durero. 1503) y Adoración de los Magos (P. P. Rubens. 1628) |
Alguien
podría pensar, y no le faltaría razón, que ante la celebración de “lo divino”,
como en tantas ocasiones, “los humanos” acaban recurriendo a algo tan material, la arquitectura y la ciudad, que los identifican como seres sociales con historia.
Bueno, un poco más culto, pero en el fondo como el relato del portal de Belén que hace el agente de la Benemérita en el relato que te he enviado
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