miércoles, 2 de enero de 2019

Una ciudad, dos ciudades ________________________________________________________

Según Aristóteles, cuando  Hipodamo de Mileto (498-408 a.C.) estableció las reglas geométricas para la ordenación de nuevas ciudades, ya contemplaba que en las mismas se daría una cierta estratificación social, “… en tres clases: una comprendía los artesanos, otra los labradores, la tercera los guerreros y gentes de armas. Dividía también el territorio en tres zonas, sagrada, pública y privada …” (Política. Siglo IV a.C.)


Planta ciudad de Mileto.s. V ac.  Hipodamo de Mileto. (Diseño de la ciudad. L. Benévolo)

Lo que no podía llegar a intuir era el imparable proceso de “urbanización” del planeta y las enormes diferencias sociales en su ocupación. Según la Agencia de la ONU en la actualidad más del 50 % de la población vive en ciudades.

El creciente desarrollo de los medios de producción vinculados al “hecho  urbano”, las continuas migraciones del mundo rural a la ciudad, los masivos desplazamientos de población entre  países son realidades que han construido un mundo de ciudades cada vez más grandes.

Ciudades en las que a su vez existen otras diferentes en su interior, sobre todo dos. Pegadas la una a la otra, colindantes, yuxtapuestas, pero siempre nítidamente separadas, a veces por una línea (un muro o una vía de tráfico) otras por un elemento geográfico natural, haciendo patente la eterna división, cada vez más dramática, regida por el dinero.

En el magnífico trabajo fotográfico de Johnny Miller, Unequal Scenes (Escenas desiguales), apreciamos el llamativo contraste de tramas edificatorias correspondientes a las distintas tipologías residenciales.

Detalle vista aérea Mumbai. India (Foto: J. Miller)

Tramas en las que se manifiesta nítidamente la desigual relación entre las edificaciones y el espacio libre (público-privado), cuando lo hay, y su nivel de urbanización.
 
Detalle vista aérea Nairobi. Kenia (Foto: J. Miller)

Edificaciones cuyos sistemas constructivos, precarios unos, de  calidad los otros, nos hablan de la diferencia de bienestar de sus moradores.

Vista aérea Favela Paraisópolis y Barrio Morumbi. Sao Paulo. Brasil (Foto: T. Vieira)

Y que en “un cara a cara”, aún en ausencia de sus habitantes, evidencian las escasas posibilidades de los que están “abajo” para romper la realidad en la que viven, y de la capacidad de seguir reproduciéndola, incluso mejorándola, de quienes están “arriba”.

Los que viven abajo y los que viven arriba.

Una ciudad, en fin, dos ciudades.





3 comentarios:

  1. Pareciera como si esas fotos fueran trucadas, para mostrar el fuerte contraste entre dos realidades sociales. Pero no; la realidad se muestra con total dureza, sin nigún escrúpulo ni pudor.

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    1. Más extenso se puede decir, más claro no. Gracias por tu compañía Jaime.

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  2. Cuando se dice que más del 50% de la población en el mundo es urbana, la línea divisoria entre lo urbano y lo que no lo es, es el millón de habitantes. Por lo tanto, los que vivimos en ciudades de tamaño inferior, no entramos dentro de los "urbanos" según dicha clasificación de la ONU. Da que pensar. Hacia donde vamos y cuál es el modelo que queremos.

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