lunes, 30 de septiembre de 2019

Arquitecturas inacabadas


Acostumbrados a la inmediatez de nuestro tiempo, olvidamos con frecuencia lo complejo que ha sido en otros momentos el proceso constructivo de un edificio.

Muchas iglesias, por ejemplo, sufrieron dilatados recorridos con numerosas interrupciones o cambios de planteamiento debidos a problemas económicos o a las particulares decisiones de sus promotores, llegando a nuestros días totalmente terminadas con criterios imitativos o simplemente inacabadas.

Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia, Barcelona, en la 2ª mitad del s. XIX. (Fuente: tripadvisor) 

La fachada de la Catedral en la actualidad. (1887-1890. José Oriol Mestres). (Fuente: meet.barcelona) 

La fachada de la Basílica de San Lorenzo en Florencia (1422 – med. S. XVII. F. Brunelleschi, Miguel Ángel y otros) se presenta como un muro “en construcción”, con resaltadas hiladas de piedra que forman un potente estriado para facilitar la trabazón del frente que nunca llegó.


Fachada de la Basílica de San Lorenzo, Florencia (Foto: J. M. León)

En 1515 el Papa León X promovió un concurso para el diseño de la fachada del templo en el que participaron Rafael, Andrea y Jacopo Sansovino, Giuliano da Sangallo y Miguel Ángel Buonarroti , encargando a Miguel Ángel el proyecto de la misma. Pero en 1520 un fuerte desacuerdo entre ambos por el coste de las obras impidió su realización. Del trabajo del arquitecto y artista quedan varios croquis y una maqueta de la solución final.

Croquis 2ª solución y maqueta de la propuesta de fachada. (Miguel Ángel. 1515-20). (Fuente: Casa Buonarroti)
Esta situación perduró a lo largo de los siglos a pesar de la amplia respuesta arquitectónica a los concursos convocados en 1872 y 1900.

Hace cuatro años, con motivo del  5º centenario de la fecha del proyecto de Miguel Ángel, el alcalde de Florencia propuso a los ciudadanos acabar con las consecuencias de tal desencuentro construyendo la fachada según los planos de aquel.


Simulación digital de la propuesta de Miguel Ángel (studioDIM associati)

El resultado del debate primó la idea de mantener la fachada tal como está respecto a la posibilidad de rematar el edificio, argumentándolo por el valor del testimonio histórico y el respeto al “tiempo” del edificio y de cada época.

Sin menoscabo de la solución de construir la fachada, la decisión de dejar a la vista su inacabada y dura imagen actual, como en otros casos, permite una doble visión de la fachada: una real, en la que se puede reconocer la calidad plástica y expresiva de un muro cuya gran virtud radica en su rigor constructivo, y otra sugerida, que permite imaginar un abanico de soluciones de revestimiento.


Iglesia de San Marcuola, Venecia (Foto: J. M. León)


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