Un cuadro es como una ventana
figurada que nos abre el artista a su mundo. Y en ese mundo, en ocasiones, el
pintor representa otra ventana a través de la cual nos ofrece un fragmento del mundo que se supone que es de todos.
Así lo hicieron a lo largo
del siglo XV los llamados “primitivos flamencos” desarrollando una obra
artística, generalmente de contenido religioso, en la que aparecen ventanas o tribunas
que a modo de fondo escénico introducen la vista de la ciudad o del paisaje en
el cuadro.
Casi dos siglos más tarde J. Vermeer van Delft (1632-1675) producirá un cambio total en los motivos que pinta y especialmente en la valoración de la ventana y de lo que ella aporta (luz, sol, color, etc.).
Su presencia será de una absoluta discreción, apenas perceptible por su posición lateral, casi rasante a la mirada del espectador.
Fragmento de la parte exterior del "Políptico de la Adoración del cordero místico· (H. y J. van Eyck, 1432) |
Casi dos siglos más tarde J. Vermeer van Delft (1632-1675) producirá un cambio total en los motivos que pinta y especialmente en la valoración de la ventana y de lo que ella aporta (luz, sol, color, etc.).
Su presencia será de una absoluta discreción, apenas perceptible por su posición lateral, casi rasante a la mirada del espectador.
"Muchacha leyendo una carta" y "Mujer escribiendo una carta con su criada" (J. Vermeer, 1664 y 1670) |
En la obra de V.
Hammershoi (1864-1916) y otros pintores del Romanticismo, la silenciosa presencia
de la ventana dialoga con una figura femenina que parece mirar ensimismada a
través de aquella o aprovechar su luz para leer en una reconcentrada actitud.
“Las ventanas me han interesado siempre
porque constituyen el paso entre el exterior y el interior” decía Matisse, y con la llegada
de las vanguardias apreciaremos como se produce la incorporación del paisaje exterior al interior
o como éste se prolonga en aquel, desdibujando los límites entre lo cercano y
lo lejano.
Por un lado, se mantendrá ese juego entre la presencia humana en una habitación y el rectángulo que se abre a la luz y al paisaje.
"Mujer de espaldas a la ventana abierta" y "Naturaleza muerta con granadas" (H. Matisse, 1922 y 1947) |
Por un lado, se mantendrá ese juego entre la presencia humana en una habitación y el rectángulo que se abre a la luz y al paisaje.
"Figura de perfil" (S. Dalí, 1925) y "Busto de mujer de perfil" o "Mujer escribiendo" (P. R. Picasso, 1932) |
Por otro, la ventana tendrá un papel tan
importante como el resto de los elementos pintados formando parte o protagonizando, desde la síntesis, las composiciones representadas.
"Ventanas simultáneas" (R. Delaunay, 1912) y "Composición Nº VI" (P. Mondrian, 1915) |
Ambas miradas artísticas nos hablan en cualquier caso de la importancia de este elemento, que
con su presencia contribuye de forma fundamental a definir la calidad y
cualidad del espacio arquitectónico tanto el representado en el cuadro como el
del propio recinto o habitación donde aquel se cuelga.
Siempre me han atraído las ventanas como forma de encuadrar el espacio y ordenar el caos. La singularidad de la selección del espacio y el punto de vista determinan el contenido y forma de la obra de arte, sea cual sea el material empleado. Unos ejemplos fantásticos de la ventana como metáfora de las diversas formas de ver el mundo. Y de expresarlo.
ResponderEliminarhola Gloria, muy bonito tu comentario de la ventana como formar de ordenar el caos, como mínimo lo atrapa y contiene.
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