lunes, 18 de noviembre de 2019

Subir y bajar con A. Jacobsen



Podría parecer que la escalera por su evidente razón de ser, comunicar diferentes niveles  entre sí, es el elemento funcional que menos hay que explicar.

Pero a la vista de tantas maneras de resolver situaciones bien distintas, de las escaleras se puede hablar, o escribir, y mucho.

Y no sólo de sus trazados, construcción o tamaños también, y especialmente, de los espacios creados para alojarlas, ya que aquellas y estos no serían los mismos sin la presencia del otro.

La obra del arquitecto danés Arne Jacobsen (1902-1971) es un buen exponente de este interés proyectual.

En el Ayuntamiento de la ciudad de Aarhus, realizado en colaboración con Erick Moller e inaugurado en 1941 su doble carácter, como sede del gobierno municipal por un lado y de la gestión social y administrativa del día a día por otro, se resuelve con dos espacios distribuidores sensiblemente diferentes con sus correspondientes escaleras.

Un diáfano vestíbulo recibe al visitante ofreciéndole visualmente dos recorridos inmediatos, descender desde la planta baja a través de la escalera circular que recorta el pavimento, permitiendo que la luz penetre en el distribuidor inferior, o utilizar la escalera recta, de un solo tramo, que accede a la galería superior donde se ubica la Sala de Plenos y otras dependencias públicas.

Escalera en vestíbulo. Ayuntamiento Aarhus. Dinamarca (1941, A. Jacobsen y E. Moller)
La relación entre ambas escaleras supera el papel estrictamente funcional de las mismas, produciendo un diálogo entre dos piezas, casi escultóricas, una construida y otra vaciada en el sólido plano horizontal.

Planta baja. Ayuntamiento de Aarhus. Dinamarca (1941, A. Jacobsen y E. Moller)

El Banco Nacional de  Dinamarca en Copenhague (realizado en dos fases entre 1965 y 1978) es una obra que Jacobsen sólo llegó a ver terminada su primera fase (1971), concluyéndola años después, siguiendo su proyecto, sus colaboradores y socios H. Dissing y O. Weitling.

Desde su discreta entrada, situada en la fachada que da al paseo marítimo Havnegade, se accede a un espacioso vestíbulo de planta trapezoidal, de casi 20 metros de altura  libre, al fondo del cual se dispone una escalera sutilmente suspendida de la estructura del techo, dando acceso por sus rellanos a cinco plantas de oficinas elevadas.

Vestíbulo y escalera. Banco Nacional de Dinamarca. Copenhague (1965-78, A. Jacobsen, H. Dissing y O. Weitling)

La manera en cómo ésta se “apoya” en el pavimento, el cómo se dibuja en toda su altura reproduciendo el perfil quebrado de los peldaños, la utilización de vidrio como barandilla junto con la, casi inapreciable, estructura sustentante conforman una gran y ligera escultura que se confronta al singular y vacío espacio del vestíbulo. 

Detalle escalera del Ayuntamiento de Rodovre similar a la del Banco. Dinamarca (1952-56, A. Jacobsen)

El interés por cualificar la presencia de las escaleras en estos dos edificios de Arne Jacobsen, preocupación común en la obra de muchos otros arquitectos a lo largo de los siglos da lugar a un rico repertorio de soluciones, que constituyen, de alguna manera una particular historia de la Arquitectura, que se entiende subiendo y bajando sus escaleras.

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