No es habitual la presencia del color en nuestras ciudades,
más allá de alguna llamativa fachada por su atrevido cromatismo o de un conjunto fruto de una política de embellecimiento.
Desde la arquitectura clásica y a lo largo de la historia, el
color ha sido un elemento fundamental en la caracterización expresiva de aquella. Lamentablemente nos han llegado escasos testimonios, a veces simples
restos desvaídos, de lo que fueron. No obstante en numerosos edificios de las
últimas décadas se ha recuperado el interés y la atención por el
tratamiento colorista en sus fachadas, utilizando tanto soluciones tradicionales como las
posibilidades que ofrecen nuevos materiales y técnicas.
En cualquier caso estos edificios no dejan de ser
aislados hitos brillantes y luminosos, en medio de la suave atonía ciudadana.
Por eso resulta sorprendente cuando te encuentras
inmerso en un espacio urbano en el que el color es el protagonista, imprevisto o planificado.
Imprevisto, no en el sentido de falta de previsión, sino en
el de ausencia de un plan preconcebido, como es el caso de los tianguis (mercados callejeros) de la
ciudad de Méjico y de otros muchos lugares, desarrollados a lo largo de sus
calles y que se montan y desmontan constantemente.
Tianguis de la Colonia San Felipe de Jesús. Cudad de Méjico. (Fuente: mxcity) |
En ellos, previendo la posibilidad de lluvia o
para atenuar los rigores del sol, cada puesto despliega sus toldos y lonas
creando un ligero techo compuesto de coloristas retales que cubre toda la calle. El paso tamizado de la luz genera una particular atmósfera que transforma el espacio público atrayendo la atención hacia el techo, como sino existiese el suelo.
Ciudad de Méjico (Fuente: mxcity. Foto:Geoogle Street View |
Interior Tianguis Ciudad de Méjico |
En uno de los barrios de Copenhague, el diseño del parque Superkilen, obra de los arquitectos Bjarke Ingels Group (BIG), junto con
el estudio Popoket 1 y el colectivo Superflex, convirtió con la ayuda del color un desangelado espacio en un amable y vivo lugar para disfrute de los vecinos en 2012.
Vista aérea del Parque Superkilen. Copenhague. (2012. BIG + Popoket 1 + Superflex). (foto D. Luft) |
La continuidad del tratamiento que cubre todo el pavimento,
a base de múltiples fragmentos en diversos tonos cálidos, que incluso sube por
algunas de las paredes de los edificios que lo delimitan, produce la sensación
de transitar por un complejo espacio, construido virtualmente sobre un vibrante plano, cuyo techo es el propio cielo.
El pavimento continuo hecho de fragmentos de colores. (Foto: I. Baan) |
Parque Superkilen. Copenhague. (Foto: I. Baan) |
Así ambos espacios se configuran, con muy diferentes calidades y
cualidades, como difusas "construcciones" monumentales que atraen nuestra atención hacia su luminoso techo o hacia su colorista suelo.
Me encanta seguir
ResponderEliminarGracias Pilar, y a mí me encanta sentirme acompañado.
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