La llegada del frío a nuestras latitudes anuncia la
proximidad de las fiestas navideñas, y como viene siendo habitual en estas fechas nuestras ciudades, mejor dicho sus alcaldes, inician una carrera a ver cual se ilumina con más
luces, planta el árbol más alto o coloca el belén
más grande.
Parece ser que lo que importa en estas "fiestas" es el tamaño. Lo que importa es “crear” una atmósfera de falsa ilusión, felicidad, buenos deseos y compras, cuanto mayor mejor.
Yo también acudo a esta cita con ilusión, pues en la ciudad
en la que vivo, hace unos años a una Corporación Municipal se le
ocurrió que, en lugar de recrear el nacimiento de Jesús con figuritas de terracota sobre unas trabajadas
perspectivas, era mucho más “atractivo y navideño” colocar unas figuras de buen tamaño, reproduciendo
partes de edificios y lugares de Logroño y La Rioja en la Plaza del Ayuntamiento, delante del edificio proyectado por Rafael Moneo.
Pero, como cada año, el espectáculo realmente no es el belén. El
verdadero espectáculo está en ver día a día como “se monta el belén”, que
comienza cuando llegan los camiones y máquinas a descargar y “construir la
navidad”.
Ese primer momento es digno de una película surrealista. La
plaza se convierte es una escenografía
de fragmentos de arquitecturas entre los que puedes moverte
libremente y que te dan ganas de montarlos aleatoriamente.
Llegan las arquitecturas para el belén ... Fragmentos de "la Iglesia de Sta. Mª de Palacio". Plaza del Ayuntamiento Logroño. Foto: J. M. León |
Al poco pondrán las vallas y después llegará la tierra y la moqueta verde para conformar el “paisaje”, a la
espera de las vides y palmeras, las instalaciones de luz y sonido, los detalles del atrezzo y por último las figuras.
Y ya quedará listo para disfrute de niños y mayores, hasta que nuevamente se desmonte y traslade a los almacenes municipales hasta el año que viene.
Y ya quedará listo para disfrute de niños y mayores, hasta que nuevamente se desmonte y traslade a los almacenes municipales hasta el año que viene.
Y empiezan las obras ... A la izquierda "Casa de Briones". Plaza del Ayuntamiento de Logroño. Foto: J. M. León |
Y no faltará una portada o "portal" para el nacimiento ... "Portada de la Iglesia de San Bartolomé. Foto: J. M. León |
Y un límite y una puerta para entrar ... "Puerta de Carlos V. Muralla del Revellín". Plaza del Ayuntamiento de Logroño. Foto: J. M. León |
Es una curiosa casualidad que el belén se re-inaugure cada año el 18
de diciembre, día de la Virgen de la Esperanza, patrona de la ciudad, lo que me
da pie a no perder la “esperanza” de que al año próximo el responsable
de esta tarea se haya olvidado de donde se
guardaron las piezas y se acuerde del belén que se ponía en casa de sus padres, recuperando la proporción de las cosas.
Porque repitiendo lo que escribí hace unos años, en estas fechas los árboles debieran estar en el bosque, el belén a su escala y las “luces” en la cabeza de los ciudadanos, pero sobre todo en las de nuestros llamados "representantes".
Sin comentarios. "Detalle de la torre-aguja de la Iglesia de Sta. Mª de Palacio". Plaza del Ayuntamiento de Logroño. Foto: J. M. León |
Me gustaría intentar de nuevo dar mi opinion sobre este belen desmesurado
ResponderEliminarMostrándome toralmente de acuerdo con el punto de vista de José Miguel y la idea de su desaparició
ResponderEliminarGracias Pilar por tus palabras. Al final he conseguido recuperar la posibilidad de contestar los comentarios. A veces "se mueve" o "muevo algo" en el ordenador y voy como perdido por el mundo (digital).
EliminarQué graciosos estos representantes! Tiene razón Obelix : " Están locos estos..."
ResponderEliminarSe ve que les sobra "tamaño" y les falta "detalle".
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