Estos días, los balcones y ventanas, los pasillos y rincones de nuestras casas se han apoderado de nuestra mirada. Por ello sin duda resulta diferente, y seguramente atractivo, contemplar otros espacios, otros detalles.
El arquitecto Alvar Aalto (1898-1976) fue el maestro de la incorporación de “lo orgánico” a la arquitectura racional dando lugar a un nuevo lenguaje conceptual y formal.
El arquitecto Alvar Aalto (1898-1976) fue el maestro de la incorporación de “lo orgánico” a la arquitectura racional dando lugar a un nuevo lenguaje conceptual y formal.
En su obra el tratamiento de los techos fue objeto de especial atención, ya estuviesen supeditados a la
rigidez de un forjado horizontal o dispusiesen de la libertad de ser el plano
de separación con el exterior. Todos eran para Alvar Aalto el cielo de sus
edificios.
En la Biblioteca de Vyborg (1933-35) en Rusia (anteriormente
Viipuri, Finlandia) los techos de sus salas responden a la geométrica
funcionalidad lumínica en un caso y al organicista diseño del acondicionamiento
acústico en otro.
En el Ayuntamiento de Saynatsalo (Finlandia, 1949-52), un
pequeño paso previo, con su techo bañado por la luz rasante, sirve de acceso a
la Sala de Plenos con su magnífica estructura de madera protagonista del techo.
El techo del distribuidor central del edificio de oficinas Rautatalo
(Helsinki, 1953-33) repite el esquema de nube de claraboyas circulares, en este
caso con iluminación artificial desde el exterior para continuar con el efecto luminoso
al anochecer, mientras en el Instituto
Nacional de Pensiones (Helsinki. 1954-57) el espacio central se cubre con unos lucernarios
lineales que dan una silueta quebrada al techo.
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Vestíbulos-distribuidores de los edificios Rautatalo y del Instituto Nacional de Pensiones |
Salvando sus diferentes escalas y usos, en la Iglesia de las Tres Cruces (Imatra. Finlandia, 1955-58) y en la Maison Louis Carré en Bazoches-sur-Guyonnes (Francia, 1959), Alvar Aalto muestra el carácter organicista de su obra utilizando unas expresivas geometrías onduladas.
Un caso singular lo constituye el techo-cubierta del Salón de Actos de la Escuela
Politécnica (Otaniemi, Finlandia. 1961-64), en el que las soluciones estructurales
y de iluminación natural configuran un gran espacio unitario. En la Librería Universitaria
(Helsinki. 1962-69) la idea de los lucernarios sobre el espacio central se retoma con tres grandes piezas
poliédricas cristalinas que bañan de luz el espacio.
A esta breve relación se podían añadir más iglesias,
bibliotecas, centros culturales y auditorios para con todos ellos disfrutar de un hermoso paseo por los cielos
de Alvar Aalto.