Nuevamente el verano ha llegado y una de las frases más oídas a partir
de ahora será “ten cuidado, vete por la
sombra que el sol muerde”.
En 1933 el escritor japonés Junichiro Tanizaki (1886-1965) nos regaló El elogio de la sombra, en el que dice “ …
creo que lo bello no es una
sustancia en sí sino tan solo un dibujo de sombras, un juego de claroscuros
producido por yuxtaposición de diferentes sustancias.
... de igual manera la belleza pierde su existencia si se le suprimen los efectos de la sombra.”
... de igual manera la belleza pierde su existencia si se le suprimen los efectos de la sombra.”
Seguramente la ciudad, sus
habitantes, hemos ido desarrollando a lo largo de la historia numerosas soluciones
arquitectónicas para paliar los rigores del sol, sin valorar en muchos casos la
calidad y cualidad de esos espacios sometidos a la tensión entre la luz y la
sombra.
Soportales de Garrovillas. Cáceres (Foto: J. M. León. 1980) |
Porches y galerías en Tembleque. Toledo (Foto: J. M. León. 1977) |
Espacios que en unos casos se encuentran en los propios edificios,
que contienen en sí mismo soluciones constructivas permanentes tan antiguas
como la propia ciudad, espacios de paso porticados o con soportales, que nos
protegen de la lluvia en una época y del sol en otra.
En otros casos las calles mercados, los tradicionales souks (zocos) árabes o las calles
especialmente transitadas en zonas de fuerte soleamiento se han cubierto provisionalmente
con materiales ligeros, convirtiéndose con el tiempo en soluciones permanentes que
se han ido reelaborando sobre sí mismas.
Zocos de Marrakech y Fez. Marruecos (Fotos J. M. León. 1977 y 2010) |
Incluso soluciones utilizadas frecuentemente como
signo de “ingeniosa modernidad” parecen olvidar su razón de ser y utilización desde
hace siglos.
Calles de Nerja . Málaga y Sevilla. (Fuente: Ayto .de Nerja y Postales antiguas de Sevilla. año 1920) |
Pero sin duda la solución que transmite mayor sensibilidad
en quienes la iniciaron y la fueron cuidando año tras año, es la que utiliza la
propia naturaleza domesticada. Desde las hermosas arboledas en paseos y bulevares
a los emparrados en estrechas calles, la presencia vegetal aporta además de
sombra los matices del verdor, la frescura de las hojas que se mueven con la
más mínima corriente y el olor de las plantas y flores.
Calles de Sevilla y Jerez de la Frontera. Cádiz (Fuente: Sevilla Press y Pinterest) |
En un momento en que todo el mundo especula con las medidas a tomar en la ciudad post-coronavirus, habría que recordar que propuestas tan sencillas y lógicas como la plantar árboles en nuestras calles y ampliar la anchura de sus aceras son iniciativas de sentido común, y si no se han hecho antes es porque quienes tenían la responsabilidad no lo han querido hacer, deslumbrados, como estaban, por obras que "vendían más".
Todos estos ejemplos y otros muchos que cualquiera conoce contienen en sí mismos, y nos ofrecen muchas veces sin darnos cuenta, la belleza del espacio, hecha como decía Tanizaki de múltiples claroscuros.
En relación con este tema puedes leer
https://laciudadvisitada.blogspot.com/2018/07/a-la-sombra_9.html
Luz, sombra o cambios de viento, así se atraviesan microclimas y rincones que cambian al compás de las horas en los paseos, ahora permitidos. Necesitamos decoradores urbanísticos, políticos cabales y "usuarios-votantes" responsables... tal vez así nuestra percepción vital fuera más "lúcida".
ResponderEliminarMaite S.
No pides casi nada, querida Unknown. Bueno, yo también.
EliminarFalta de sombra verde en muchos municipios, falta arbolado, y nos ponen cuatro macetas o pequeños árboles que dan poco trabajo y menos sombra. En ese aspecto Logroño me gusta, masa arbórea con su consiguiente sombra que en este tiempo se agradece.
ResponderEliminarGracias José Luis por tu compañía. Es verdad que Logroño desde la creación del Parque del Ebro y sus posteriores ampliaciones a lo largo de su ribera se ha ido dotando de masas arbóreas, pero hay cientos de metros de aceras necesitadas de amables sombras.
EliminarMe encanta este espacio de " la ciudad visitada". Como tengo mucho que aprender de ti, me gustaria que profundizaros un poco mas, con tu punto de vista profesional y personal. De momento para protección de la lluvia y del sol, en la ciudad postcovid-19, tenemos, para bares y restaurantes, las carpas e invasión de espacios públicos. Economía social, privada...
ResponderEliminarAcertada observación sobre el uso privado del espacio público. Vivimos en la sociedad de la contradicción. A la par que se nos llena la boca con el transporte público se aprueban planes "renove" para producir más automóviles. A la par que hablamos de una ciudad para los ciudadanos se fomenta descaradamente el consumo turístico de la misma bajo el pomposo nombre de que es una "enópolis".
ResponderEliminarQue sería del ciudadano q le gusta pasear sin la sombra en el verano?.
ResponderEliminarY al igual que hay optimistas que piensan que después esta pandemia seremos mejores ,vtambién los hay pesimistas como es mi caso; realmente observo como se está utilizando ese hábito urbano de la cerveza en la calle invadiendo las aceras y deshaciendo los aparcamientos en algo que resulta totalmente caótico y absurdo .
Por no hablar de la cúpula ostentosa que se está haciendo entre la nueva estación de autobuses y La ya antigua estación de tren desmesurada y desmantelada, inapropiado para Logroño y privincia con sus colinas ajardinadas para complacer a los megalomanos politicos, digo yo. ¿ Y por qué no se ha hecho una intermodal y todavía me preguntó por qué y no obtengo respuesta alguna
Responder a tus inquietudes daría para un curso de Arquitectura-Urbanismo-Urbanidad-Vida Social-etc.
EliminarDemasiado para "La ciudad visitada". Seguro que loe responsables municipales te lo contestan encantados.
Gracias Pilar.
¿Por qué no hay unos árboles en la plaza del Pilar de Zaragoza que protejan con su sombra al pobre paseante en verano?
ResponderEliminarLo mismo que la respuesta anterior cambiando en lo de los responsables municipales Logroño por Zaragoza.
EliminarEnhorabuena por este blog, es estupendo.
ResponderEliminarMuchas gracias "pm".
EliminarSe lo diremos a los canónigos y a la iglesia de Roma, q ha confundido las desmesuradas Farolas con los frondosos árboles aromáticos y floridos, como el magnolio, dispuestos a adornar y aromatizar a la tan popular Virgen del Pilar
ResponderEliminarRealmente está todo inventado, pero no parece que estemos por la labor, al menos hasta ahora. Quizá acabemos aprendiendo la lección.
ResponderEliminarUn abrazo a todos.
Siempre he pensado, que lo mejor del sol ,fuente de vida, es la sombra, fuente de reflexión porque es lo que nos permite ver las cosas. Las sombras rayan la luz cegadora definiendo las formas y en esta epoca del año además nos refresca. No se puede pedir más por menos. Apasionante tema.
ResponderEliminarHola Pablo, efectivamente esa frase que tan bien explicas a su vez explica el origen de la percepción arquitectónica. Y si no ¿cómo disfrutaríamos del interior del Panteón sin el juego del sol y la sombra?
ResponderEliminarHola José Manuel
ResponderEliminarManuel Saiz me abada de dar tu contacto.
Me interesan mucho tus observaciones, las hago mías.
un abrazo
Pablo Tomé, desde Santiago de Compostela y Vigo