lunes, 31 de agosto de 2020

En penumbra



Quien visite el templo de Karnak en Egipto y dirija con atención la mirada hacia lo alto podrá descubrir los restos que quedan de las celosías de piedra e imaginar ese espacio con la luz cenital tamizada.

Interior y detalle del Templo de Amón Ra. Karnak (2.200-300 a.c.)

Se trata de una solución ampliamente utilizada en el mundo árabe y la India, desde la arquitectura popular hasta la más sofisticada.

Detalles de celosías en Ahmedabad y Fatehpur Sikri. India (Fotos:A. León)

No fue así en la arquitectura occidental, con la excepción en el arte visigótico y prerrománico asturiano y en aquellos edificios que hacían de la privacidad casi su razón de ser, los conventos por ejemplo, o en otros vinculados al uso doméstico en los que es evidente la influencia árabe de las “mashrabiyas” y que se desarrolló en la arquitectura colonial.

Detalle del Convento M. Agustinas Mirabel (Teruel) y balcón en Icod de los Vinos. Tenerife

La celosía, por naturaleza es una solución propia de lugares sometidos a gran radiación solar, de la que protege, asegurando además una ventilación permanente.

Una solución que crea espacios de intimidad, donde la actividad se desarrolla ajena a la mirada ajena.

Una solución que se recrea sobre sí misma, redibujando la tupida trama que la configura.

Detalles de celosías en Fathepur Sikri. India (Fotos: A. León)

La celosía es como una piel porosa que se caracteriza por la densidad, geometría y repetición de su dibujo y que configura una sutil separación entre el exterior y el interior.

La arquitectura vanguardista de las primeras décadas del siglo XX, con algunas excepciones, rechazó la solución de la celosía, que fue recuperada por la modernidad, especialmente en Latinoamérica en los 50 con el empleo de piezas cerámicas y bloques de hormigón.

Edificio de viv.  Eiffel. Saô Paulo (O. Niemeyer. 1953-56) y Universidad Central. Caracas (C: R. Villanueva. 1954)

Su carácter abstracto le ha permitido integrarse plástica y funcionalmente en la arquitectura contemporánea, a la par que el desarrollo de la tecnología, sin renunciar al empleo de materiales tradicionales, y la utilización de nuevos lenguajes arquitectónicos han dado lugar a potentes y sutiles edificios.

En unos construyendo una fachada de curiosos objetivos que se abren y se cierran.
 
Instituto del Mundo Árabe. París (J. Nouvel. 1987)
  
En otros apilando piedras que en su irregularidad filtran la luz y dejan pasar el aire.

Bodegas Dominus. California. (Herzog y Meuron. 1995-98)

A veces envolviendo con una piel continua todo el edificio.


The Lantern. Hanoi (VTN architects + Takashi Niwa. 2016. Fotos: H. Oki y T. Chien)

Siempre creando sugerentes atmósferas.


Interiores del Centro Cultural en Cuernavaca. México (F. Escobedo.A 2010. Foto: F. Gamo) y Casa Cobogó. Saô Paulo (M. Kogan. 2011. Foto: N. Kon)




13 comentarios:

  1. Gracias Manuel por tus palabras y tu compañía. Obviamente el tema tiene más enjundia, pero sirva lo escrito como lo que es, una "entrada" al mismo.

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  2. Tamizar la luz... allí donde la hay claro. Pero esas "soluciones" de -celosiaocultatendedero- siempre me han parecido una aberración; más en el norte claro. Filtrar es un arte y como tal no al alcance de utilidades por decreto.
    Maite S.

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    1. Por eso se dan en el sur y en los trópicos, no en el norte Mayte S.

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  3. Respuestas
    1. Gracias Miguel Ángel. Siempre es más fácil y atractivo escribir-describir lo bien resuelto.

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  4. Que bellas las celosías misteriosas, cubriendo con sutileza notables edificios, encajes de piedra,q adornan y filtran sabiamente la luz solar...Tanta belleza por redescubrir y tanta para contemplar gracias a tí, amigo

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  5. Poco, nada, puedo añadir a tu comentario. Gracias a tí, Pilar, por visitar la "La ciudad visitada"

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  6. Aunque aquí en el Norte de Europa, imagino que no tiene sentido "tamizar" la escasa luz que nos llega, me encanta que se pueda jugar así con la luz en una estancia. Gracias por tus post siempre didácticos Josemi.

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  7. Gracias Alex por tus palabras. Sentí que no nos pudiésemos ver cuando pasásteis por aquí.

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  8. Tras mi viaje teledirigido a Egipto, cogí afición a los documentales sobre esa tierra, y en algunos lugares (los que el turismo nacional permite), despues de ver los mencionados documentales, suelo reprocharme no haberme enterado de lo que estaba viendo. Bueno, pues con las celosias, me ha vuelto a ocurrir. Gracias Josemi. Nunca es tarde si la dicha es buena.

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  9. Gracias a tí Covier por tu compañía. Viajar es una actitud mental. Pero es mejor si la complementas con el desplazamiento a los sitios porque hay que tocar las cosas olerlas, paladearlas. Y sin duda a la vuelta a casa sigues viajando.

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