lunes, 7 de septiembre de 2020

Construir con el agua. Luis Barragán y Carlo Scarpa


¿Quién no ha sentido el placer de descansar al lado del curso de un riachuelo, de sentir la tranquilidad de las aguas de un estanque o de dejarse llevar por el constante murmullo de un manantial?

Desde las primeras sociedades claramente urbanas se incorporaron estas sensaciones en la arquitectura a través de los jardines y patios privados. La civilización romana primero y la árabe y japonesa posteriormente construyeron por doquier magníficos ejemplos que sirvieron de inspiración para muchos arquitectos modernos.

Palacio de Comares y Patio de los Arrayanes. Alhambra de Granada. (s. XIV) y Pabellón de Alemania. Barcelona (Mies van der Rohe y L. Reich. original: 1929. reconstrucción: 1983-86) (Fuente: wikimedia y R. Ramírez)

En pleno siglo XX dos grandes arquitectos, muy diferentes en sus planteamientos y obras, Luis Barragán (Guadalajara, México, 1902-88) y Carlo Scarpa (Venecia. Italia, 1906-78) utilizaron el agua como un elemento más en la construcción de sus obras. 

Mientras  el primero estuvo influenciado por las albercas mexicanas y los jardines andalusíes, el segundo encontró la motivación en la ciudad en la que nació y en su querencia por lo oriental.

Luis Barragán, arquitecto de planos y volúmenes, de luces y  colores, hace del agua parte de todo ello, definiendo sus tersas láminas que dotan de profundidad a sus arquitecturas. En las Colonias "Las Arboledas" (1958-63) y "Los Clubes" (1961-72), destinadas a amantes de la equitación, proyecta grandes estanques para el refresco de los animales (su profundidad está pensada, en palabras del arquitecto, "... para que al pasar el caballo, le llegara el agua a la panza"), componiéndolos formalmente con limpios muros de vivos colores.

Fuente del Bebedero en "Las Arboledas" y alberca en "Los Clubes". Aizapán. Ciudad de México (Fuente: Barragan Foundation)

La Fuente de los Amantes (1964) situada en “Los Clubes” se resuelve con una composición espacial, casi neoplástica, formada por gruesos muros de fábrica, que forman un pórtico de planos cruzados, por uno de los cuales discurre un canal con gárgola, y la propia superficie del agua.

Fuente de los Amantes. Fraccionamiento "Los Clubes". Atizapán. Ciudad de México (L. Barragán. 1964-69)

Con un carácter estrictamente privado, en las Casas Gálvez (1955) y Gilardi (1976), la presencia del agua transmite una agradable sensación de serenidad. En el primer caso un pequeño estanque, casi encerrado entre altos muros de color rosa, se abre a la entrada de la vivienda, produciendo a lo largo del día un variado mural de cambiante geometría.

El patio lateral a la entrada de la Casa Gálvez. Ciudad de México (L. Barragán, 1955) (Fuente: y Barragan Foundation)

En la segunda, “la alberca”, solicitada por los propietarios, ocupa un lugar privilegiado, compartiendo espacio con la sala comedor abierta al patio central de la casa. Su cuidado tratamiento con la introducción de un muro laminar, la utilización de colores contrastados y la tamizada entrada de luz cenital, que en ciertos momentos dibuja un rayo de sol, hacen de la presencia del agua un espacio dentro de otro creando una singular atmósfera.

La alberca en la sala comedor de la Casa Gilardi. Ciudad de México (L. Barragán, 1976. Fuente:Iluminet)


Por su parte C. Scarpa, arquitecto del detalle, en la conferencia pronunciada en Madrid en 1978 con el título “Mil cipreses” explicaba  “A mí me gusta mucho el agua, quizás porque soy veneciano…”  y en sus obras se aprecia su modelado como si fuese un ceramista o un escultor poniéndola en relación con su rica arquitectura.

En la reforma parcial y ajardinamiento del palacio sede de la Fundación Querini-Stampalia (1961-63) el eje longitudinal que atraviesa la sala de exposiciones pone en relación los dos espacios en los que el agua tiene protagonismo, il Portego de acceso en barca y el jardín posterior.

En el primero no introduce propiamente el agua, sino que inteligentemente permite su entrada en épocas de aqua alta, creándole un recorrido al separar las nuevas plataformas y peldaños de los muros del edificio.

La entrada a la Fundación Querini-Stampalia desde el Canal, Venecia (C. Scarpa. 1961-63) (Fotos: The rumbling y A.van Dieboet)

En el jardín, C. Scarpa despliega su geométrico lenguaje encadenando con un canal lineal un estanque de nenúfares, una pila en la que hace girar al agua, una pileta con un recorrido laberíntico y otros elementos, generando un sugerente recorrido visual y sonoro.

El agua en el jardín de la Fundación Querini-Stampalia, Venecia (C. Scarpa. 1961-63)

Bien diferente es su actitud en el Monumento a  la Partisana (1964-68). Aquí el arquitecto se apodera de un pedazo de la orilladle la Laguna de Venecia, haciendo que el agua recorra el laberinto que dejan entre sí las 83 piezas de piedra y hormigón sobre las que yace la escultura de A. Murer, que es periódicamente cubierta por las aguas.

Monumento a la Partisana. Venecia (C. Scarpa arqto y A, Murer escultor. 1964-68) (Fotos: T. Nemeskeri e Isever Venezia)

Por último, en el Complejo funerario para la familia Brion (1969-78) anexo al Cementerio de San Vito d´Altivole (Treviso) desarrolla, íntimamente ligado a una poética arquitectura de hormigón, un camino de agua evocador de la propia vida.

El agua pone en relación las tres piezas fundamentales del conjunto a través de un fragmentado canal que rodea y protege el Pabellón de Meditación y la Capilla, dejando el ámbito de la Tumba sin agua como expresión del poder de la muerte sobre a la vida.

Los estanques del Pabellón de Meditación y de la Capilla. Complejo funerario para la familia Brion. Treviso (C. Scarpa. 1969-78)

Arquitecturas todas ellas hechas para los sentidos, en las que se dibuja el recorrido del agua, dotándole de sonido y se modela su forma bajo la luz, que le incorpora los reflejos y el color.

3 comentarios:

  1. Qué inspirador. Y hacer las canalizaciones y tuberias del agua corriente limpia, transparentes y visibles en casas y espacios urbanos?. Siempre he soñado con ello.
    Maite S.

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  2. Dos arquitectos q hacen del agua un elemento constructivo con funciones y habilidades arquitectónicas tan ricas y sugerentes. Todo un placer para los sentidos. Que atrevidos y luminosos coloridos; que sensaciones de calma y serenidad.Me ha encantado edte viaje a dos continentes hermanada. Gracias dilettante y esforzado arquitecto. P.M.L

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  3. Gracias a tí, asidua compañera de La ciudad visitada.

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