Hace poco más de 25 años, en 1994, el suplemento EL SEMANAL de EL PAÍS publicaba un extra con el título “Retrato del mundo. Familias de 30 países nos descubren todos los secretos de sus vidas” en el que nos mostraba a sus componentes, de diferentes lugares y distintos niveles económicos y sociales, con sus muebles, enseres y objetos delante de sus casas, acompañados de una descripción y su inventario.
En las imágenes de “Retrato del mundo” los objetos oscilan entre lo estrictamente funcional y lo claramente decorativo, pero todos ellos, o muchos de ellos a buen seguro, eran imprescindibles para cada familia en el momento de la fotografía.
|
Página Familia Skeen. Pearland. Texas. EE.UU. (SUPLEMENTO. EL PAÍS. Foto P. Ginter y P.Menzed) |
|
Página Familia De Frutos. Segovia. España (SUPLEMENTO. EL PAÍS. Foto J. M. Navia) |
|
|
Página Familia Saleh-Alí. Bagdad. Irak (SUPLEMENTO. EL PAÍS. Foto A. Boulat) |
Desde la acumulación compulsiva de cualquier familia de clase media del llamado primer mundo a las escasas propiedades de una familia de la India o Guatemala, el conjunto de imágenes nos hablaban de mucho más que de sus disponibilidades económicas, descubriendo en los rostros de los fotografiados su actitud ante la vida con sus satisfacciones, aspiraciones y resignaciones.
|
Familia Pfitzner y sus cosas. Colonia. Alemania. (SUPLEMENTO. EL PAÍS. Foto P. Ginter)
|
|
Familia Yadev y sus cosas. Abraura Village. India (SUPLEMENTO. EL PAÍS. Foto P. Ginter)
|
|
Familia Qampie y sus cosas. Soweto. Suráfrica. (SUPLEMENTO. EL PAÍS. Foto P. Menzel)
|
Su contemplación, un cuarto de siglo después, se entrelaza con el recuerdo de la instalación "Waste Not". (“No desperdicies”) de Song Dong en el MOMA de Nueva York, que A. Muñoz Molina explicaba en un artículo de BABELIA (11.07.09).
En ella se mostraban múltiples objetos que acumuló la madre del artista a lo largo de décadas de su vida en la República Popular China, rememorando de alguna forma la vida de aquella, pero sobre todo la propia vida de las cosas, o como dice el escritor "en las cosas".
|
Waste not. "No desperdicies" (S. Dong. MOMA NY. 2009) |
Esta idea del valor de las cosas y las casas abre la puerta a imaginar, como si se tratase de un ejercicio de “actualización” dadas las profundas transformaciones que ha vivido la sociedad en este último cuarto de siglo.
|
Detalle Familia Natoma. Koualourou. Malí. (SUPLEMENTO. EL PAÍS. Foto P. Menzel) |
|
Detalle Familia Ukita. Tokio. Japón (SUPLEMENTO. EL PAÍS. Foto P. Menzel)
|
|
Familia Cakoni. Burrell. Albania. (SUPLEMENTO. EL PAÍS. Foto L. Psihoyos)
|
Porque ¿de qué forma habrán evolucionado estas personas?, ¿seguirán vivas?, ¿cómo vivirán?, ¿qué habrá pasado con sus casas y sus cosas y cuáles serán ahora? ... ¿habrán alcanzado sus sueños?.
Es un artículo muy nostálgico y con una reflexión implícita -"hacia donde voy?. Sirve algo para algo?
ResponderEliminarMaite S.
Gracias Mayte, Lo importante es hacerse y hacer preguntas. Las respuestas también, pero no tanto. Y desde luego no seré yo quien te las conteste (no sé).
EliminarTotalmente de acuerdo con Maite
ResponderEliminarGracias J Miguel por hacernos pensar
No me creo capaz de tanto Javier. Mi única intención es compartir mis dudas y querencias, sabiendo que en gran parte son comunes con las de los que leéis "La ciudad visitada".
EliminarLas cosas de las que nos rodeamos son también un lenguaje que explica quiénes somos. Sus reglas, cambiantes e indefinidas como la naturaleza humana, revelan, quizá, quiénes hemos sido.
ResponderEliminarHola Gloria, efectivamente somos en gran parte lo que nos rodea y nos rodeamos de lo que somos.
EliminarMuy bien traído Josemi. Una demostración visual de lo que consideramos necesario y accesorio para la vida. Donde se puede comparar que los rostros de felicidad no son directamente proporcionales al volumen y sofisticación de sus pertenenecias.
ResponderEliminarSiempre se ha dicho que la cara es el espejo del alma, pero no sé yo, ...
EliminarEs interesante, a este respecto, este libro "El imperio de las cosas", todavía no traducido al castellano. Cuenta la historia de como el mundo se inundó de objetos manufacturados.
ResponderEliminarhttps://www.theguardian.com/books/2016/feb/09/empire-of-things-frank-trentmann-review
Seguro que es muy interesante. Transcribo una frase de la presentación que hace la editorial Penguin Books Limited del libro "... Las economías avanzadas viven o mueren por su capacidad para estimular y mantener altos niveles de gasto ..." Más clarro, agua.
ResponderEliminarEsa mirada retrospectiva hacia el variado grupo humano q conforma una familia en nuestro planeta, me resulta muy interesante. Surgen muchas preguntas sobre lo necesario e imprescindible en el hábitat de cada grupo,sobre el número de hijos, etc.. y no me atrevo a dar respuesta alguna sobre como habrán discurrido sus vidas. Inquietante pregunta q resolverán historiadores, sociólogos y tb escritores, sin duda
ResponderEliminarMuy interesante. Difícil respuesta.Me gustaría q la diversidad se acompañara de respeto y una vida más igualitaria para disfrutar de los pequeños placeres de la efímera vida
ResponderEliminarGracias Pilar por tus comentarios.
ResponderEliminarComo las cicunstancias hacen que me incorpore tarde, tengo la suerte de que el campo que abres, lo veo ya enriquecido por los comentarios.
ResponderEliminarEn el tema de esta semana, quizás tambien tenga cabida el " por si acaso " que casi nunca llega pero sirve para acumular objetos, por si acaso. Su aplicación puede tener varios matices, incluso contradictorios.
Hola Covier, debo decir que soy, o he sido, un ejemplo característico del acumular cosas, motivado porque a todo, a lo necesario, a lo accesorio o al capricho, le encuentro un atractivo, el material, la forma, su función, etc, todo habla de quienes los han hecho manualmente o con máquinas.
EliminarHola, buenos días a todos. Me gustaría pensar que la familia más feliz es la Cakoni, de Albania, por aquello de evitar las necesidades, pero....
ResponderEliminarHola Unknown, me temo que nunca lo sabremos. En general todas las familias sonríen más o menos abiertamente ante la cámara. La familia Cakoni la que más.
ResponderEliminar