En las últimas décadas la idea del aprovechamiento ecológico y lúdico de
las cubiertas planas de los edificios ha ido cobrando cada vez más importancia en
nuestra sociedad, utilizándolas como pequeños jardines o huertos en las alturas.
La suma de las ventajas medioambientales de las “cubiertas
verdes” junto con la práctica de la “agricultura urbana” en aquellas ha dado
como resultado un panorama de pequeños, y no tan pequeños, cultivos en las
azoteas.
A la cubierta del Gary Comer
Yougn Center and College en
Chicago le separa de las del Proyecto del nuevo Mercat de la Vall d´Hebron en Barcelona o del complejo comercial Porte de Versailles, de 14.000 m2 en París, más de 10 años y la escala. En un caso vinculada a la actividad
formativa y alimenticia de los escolares y en los otros dos, de mucho mayor
tamaño, a una nueva forma de producción agrícola dentro de la ciudad.
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Gary Comer College and Young Center. Chicago (J. Ronan Architects. 2006)
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Reforma del Mercat de la Vall d´Hebron. Barcelona (BAAS arquitectos. P: 2013)
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Centro Comercial Porte de Versailles. París ( Valode & Pistre Architectes y Atlas AJN. En ejecución)
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El cultivo para autoconsumo
en las terrazas particulares, y en paralelo su aplicación en centros
escolares y hospitales, dio paso a iniciativas gestionadas por cooperativas o
empresas especializadas que actúan sobre edificios completos, comercializando
sus productos directamente o a través de los mercados de barrio. A este proceso se
incorporaron también hoteles y restaurantes dotando a sus establecimientos de un
nuevo “green glamour”.
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Brooklyn Grange. Nueva York (Izda. Fragmento foto A. Mclean)
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Ostergro. Copenhague
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| Azotea Hotel Wellington. Madrid y Restaurante Op Het Dak. Rotterdam |
Una variante, con gran repercusión en el paisaje visual que
no siempre percibimos, es la intervención en el interior de patios de manzana.
Las actuaciones de la empresa Mercadona transformando las cubiertas
de algunos de sus establecimientos situados en patios de manzana de Madrid o las iniciativas de Orto fra i cortili en Milán son un magnífico ejemplo de ello, y
suponen un cambio radical en la configuración de estos espacios introduciendo lo
“verde” en su interior.
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Cubierta Centro Mercadona. Barrio de Chamberí. Madrid (2015. Fuente: Mercadona)
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Azotea edificio Piuarch en patio de manzana Barrio de Brera. Milán (Orto fra i cortili. Foto D. Cavadini)
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Bien es verdad que sólo con medidas de este tipo no se resolverán los graves problemas medioambientales de nuestro planeta, y que en
algunos casos éstas responden a un interés estrictamente
comercial y publicitario, pero sin duda estos nuevos usos están contribuyendo, además de a otros beneficiosos aspectos, a crear singulares y atractivos espacios.
Yo llenaría tejados y rincones de minihuertos. Habría que construir o preparar tejados y "vecinos" para ello. Sería bello y útil como la buena arquitectura.
ResponderEliminarMaite S.
Bueno, hay mucha gente que ya lo está haciendo y por otra parte no se puede negar el valor estético de la arquitectura con sus cubiertas. Lo malo es cuando éstas se construyen sin ningún cuidado ni interés por conformar el espacio urbano.
EliminarGracias Josemi, una vez más. Yo estaría encantado conque todas las ciudades animarán los huertos urbanos, y los ciudadanos gozaran haciendo huertas jardín. De paso se quedaban en las ciudades y los de pueblo gozabamos también con nuestra soledad. Vivir en un pueblo es muy duro incluso con huerta. Mejor reivindicar huertas en las ciudades y que se queden ahí. Ya nos apañaremos.
ResponderEliminarAúpa
Salud
Emilio
Gracias Unknown Emilio. He tenido la suerte detener mi estudio profesional, hoy nuestra casa dando a un patio de manzana ocupado por la huerta de Godofredo Bergasa, huerta y jardín, con un guindo que estallaba de flores en primavera delante de nuestras ventanas.
EliminarQue bien nos vendría transformar el patio de manzana, que actualmente nadie utiliza, en una zona de usos verdes.
ResponderEliminarEfectivamente Miguel Ángel, y no "nos" podemos quejar porque se consiguió que el aparcamiento fuese en sótano y no apareciesen unas marquesinas para dar sombra a más aparcamiento en el patio de manzana ni se construyese en planta baja. Todavía recuerdo la alegación que presenté en ese sentido al Plan General de la ciudad hace años.
ResponderEliminarSólo hace falta una ordenanza adecuada y regular como mínimo el uso comunitario de una propiedad privada, que por cierto llevan años haciéndolo en Barcelona.
El pimer huerto que conocí fue en una terraza privada en Logroño, mas concretamente, Villamediana. Un montaje curioso pero muy práctico... y con buen producto.
ResponderEliminarLo has clavado Josemi.
Gracias Covier, lo que me resulta muy atractivo de estas iniciativas es cómo lo que empezó siendo una práctica particular se ha convertido en una iniciativa que implica a empresas, colectivos e instituciones con esa capacidad de transformar algunos espacios de la ciudad. Obviamente porque produce "beneficios" medioambientales, también económicos y de imagen.
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