Durante siglos pintar la ciudad de noche no suscitó el
interés de los artistas. Es lógico, ¿qué iban a pintar?, ¿La oscuridad, apenas
matizada por la luz de las antorchas o de la luna?
Aunque la famosa obra de Rembrandt “La ronda de noche” (c.
1642) no corresponde en realidad a una escena nocturna, determinados pintores de los siglos XVIII y XIX utilizaron frecuentemente y de diferentes
formas el contraste entre la luz y la oscuridad, dejándonos notables ejemplos de la ciudad dibujada entre tinieblas.
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Los fusilamientos del 3 de mayo (Fco de Goya. 1813)
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View of Dresden by Moonlight (J. C. Dahl. 1839) |
La llegada de la luz artificial, fuese con
lámparas de gas (a partir de principios del siglo XIX) o eléctricas (en las
últimas décadas del mismo siglo) supuso una gran transformación socioeconómica,
pero también un radical cambio en la vida cotidiana y en la imagen de la ciudad que
los artistas percibieron y mostraron a la sociedad.
Una nueva ciudad pautada por la secuencia de las farolas que
reproducía, regularizando, el trazado de calles y paseos propiciando su uso, o
por lo menos el de los barrios iluminados.
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Reflections on the Thames, Westminster (J. Atkinson Grimshaw. 1880)
| Boulevard Montmartre, Effet de nuit (C. Pisarro. 1897) |
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Salpicada por el resplandor que salía de los cafés y otros locales, pequeños y cálidos refugios, que
alumbraban sus alrededores como grandes fanales.
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Terrasse de café la nuit (V. van Gogh. 1888) y Bleeker and Carmine Streets (G. Lucks. c. 1915) |
Una ciudad que en general parece vacía y oscura, casi
dormida como sus moradores, pero que resplandece en la oscuridad creando un difuso
halo luminoso a su alrededor.
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Picadily Circus (G. Hyde Pownall. c.1919) y The city from greenwich village (J. Sloan. 1922) |
Que sigue viviendo al anochecer en los espacios que crea
con las luces y las sombras, a veces salpicados de farolillos, otras enmarcados
por la dramática luz de una farola.
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Le bal Mabille (J. Béraud. 1880) y Le Louvre la nuit (A.
Gierymski. 1891) |
En unas obras en las que se refleja la tensa e intensa vida que se desarrolla
en ella con los fuertes colores de la pasión o los fríos tonos de la angustia.
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Metropolis (G. Grosz. 1916) y Die Strasse (J. Steinhardt. 1918) |
Una
ciudad en la que las farolas, las ventanas de los edificos y los faros de los
vehículos componen una auténtica sinfonía lumínica.
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Le Pont Neuf, la nuit (A. Marquet. 1935) y New York Night (G. O´Keeffe. 1929) |
Y en la que ni la oscuridad ni la iluminación artificial son
los únicos protagonistas, como nos lo recuerdan algunos artistas recuperando el
simbolismo de la primigenia iluminación nocturna, la luna.
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Die Srasse (G. Grosz. 1915) City In Moonlight (L. Feininger. 1916)
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Cold City. Fragmento (P. Klee. 1921) y City Night (H. Brodsky. c.1940) |
El de Lucks y el de Gierymski son de mis favoritos. La noche misteriosa y atractiva, asequible en el lienzo pero impenetrable en la realidad. Muy buena selección. Me gusta tu visión nocturna.
ResponderEliminarGracias Mayte S. Debe ser que cuando era joven salía mucho "de noche". Jé, Jé, Jé.
ResponderEliminarUna interesante presentación de la llegada de la luz artificial a la mirada del artista que permite seguir disfrutando de los encantos de la ciudad, sus misteriosos rincones se hacen más visbles.
ResponderEliminarMe gusta el inteligente recurso narrativo con el q inicias el relato a hacer su aparición la luz en la ciudad y el desenlace , mostrando el poder lumínico de la luna, q tanto protagonismo ha tenido en maravillosas obras pictoricas
Gracias Pilar. Tu segundo párrafo lo dice todo.
ResponderEliminarMe has iluminado... en la obscuridad.
ResponderEliminarGracias Covier, pero exageras. Todos somos un poco "iluminados"
ResponderEliminarAdmirable selección pictórica que desarrolla la evolución de los movimientos artísticos de los dos siglos que nos preceden, al mismo tiempo que plasma, pasando por el filtro de cada autor, el ambiente nocturno de la ciudad. Al final del recorrido pictórico se aprecia cómo los pintores ensueñan cada vez más la realidad, alejándose del realismo fotográfico para recrearse en la abstracción plástica y la subjetividad, que valoran el objeto cuadro en sí mismo por encima del paisaje original que inspira el proceso plástico. Gracias JoséMi, feliz Navidad 2020.
ResponderEliminarMuchas gracias Carlos. Que en el 2021 podamos disfrutar de "la ciudad de noche".
ResponderEliminarBuenos días y felices fiestas a todos. El día y la noche, la claridad y la oscuridad, el bien y el mal, la dicha y el dolor....
ResponderEliminarGracias desconocido Unknown. Pero lo mejor del arte y especialmente de la vida es que se pueden intercambiar los términos, in cluso se podría decir el día y noche, la claridad y el bien, la dicha y .....,
ResponderEliminarLa luz del día nos hace percibir la materialidad de los objetos, la luz de la noche ilumina el alma de las cosas, la vida interior, energía interior, que solo la noche es capaz de mostrar. Estos cuadros que tan bien expresan está circunstancia, me recuerdan los cráteres activos expulsando esos ríos de lava luminosa, pequeña muestra del núcleo incandescente que nos indican que nuestro planeta está vivo. Que la luz de la noche siga iluminando nuestras vidas.
ResponderEliminarSalud y suerte para el presente y futuro.
Gracias Pablo. Muy bonita omparación la del núcleo incandescente, no en vano la llegada de la bombilla incandescente cambió la escena urbana nocturna.
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