lunes, 22 de febrero de 2021

Bajo el puente


La expresión “bajo el puente” siempre se ha identificado con el refugio de los que lo han perdido todo o no han tenido nada. La literatura, el cine y la fotografía nos han contado numerosas historias de marginación y violencia social que ocurrían en esos lugares.

O mejor dicho en esos “no lugares”, espacios desolados y abandonados, generalmente originados por grandes infraestructuras de transporte elevado construidas dentro de la ciudad para conseguir una menor interferencia con el tráfico doméstico.    

Y si bien en algunos casos formaban parte de una edificación desde su origen, lo habitual ha sido que el interés proyectual estuviese exclusivamente en el espacio superior mientras el “debajo del puente” parecía no existir para la ciudad.

Ocupados provisionalmente por personas sin hogar y por usos marginales, rápidamente se convierten en refugios permanentes ante la escandalizada mirada de la sociedad.  

Granada (fuente: Ideal. Foto: Pepe Marín)

Escuela bajo un puente: Nueva Delhi (fuente: teinteresa. Foto: Atul Vohra. EFE)

Incluso esa permanencia se ha llegado a formalizar con la construcción de sus viviendas fruto de un proceso de progresiva ocupación del espacio a poca oportunidad que se dé.   

Viviendas bajo el puente de la autopista. Villa 31. Buenos Aires (Fuente: agencia636.rssing. Foto: F. Frayssinet. IPS)

Para impedir su “inadecuado” uso, bien pensantes Administraciones preocupadas por la imagen de la ciudad adoptaron soluciones, claramente hostiles para sus posibles ocupantes, haciendo materialmente imposible cualquier actividad.

Guangzhou (Foto: sohu. Fuente: China.org.cn)

No obstante, en las últimas décadas se han producido diversas iniciativas, que podríamos llamar epidérmicas, vinculadas al Street Art, con llamativos colores y dibujos que si bien ofrecen una novedosa imagen generalmente desvirtúan el interés estructural y plástico de lo construido. 

Puente Escuela Militar. Santiago de Chile (Fuente: Plataforma urbana. Foto A. Manuschewich)

Afortunadamente cada vez son más las zonas transformadas a través de diseños que propician su uso, con pistas de skate, de deportes en equipo, juegos infantiles, exposiciones de esculturas (en Madrid existe desde el año 1972 el Museo de Escultura al Aire Libre de La Castellana bajo un paso elevado, mejorable en su tratamiento), etc. 

Ralambshovparken. Estocolmo (2011. Fuente:wikipedia)


Taman Park. Bandung. Indonesia (Shau Architects. 2014)

O en un paso más adelante con la construcción de pequeños equipamientos y servicios acondicionados a las características del lugar. 

Koog aan de Zaan. Holanda (NL Architects. 2003-6. Foto L. Kramer)

Centro Culinario La Morera. Ciudad de México (arqtos. Taller David Dana. 2015. Foto: LGM Studio)


Aunque siempre hay quien parece querer dar sentido a la expresión de “dormir debajo del puente” con propuestas que más parecen caricaturas de una cruel realidad que otra cosa. 

Opod tube housing (J. Law Cybertecture. 2017. Fuente designboom)

 
¡Si Carpanta levantase la cabeza!

 

(Nota: Carpanta era un popular personaje del tebeo español que vivía debajo un puente, creado por el dibujante Escobar en 1947 para “Pulgarcito”)





9 comentarios:

  1. Voto por "orientar" la utilización antes que "impedir" un determinado uso. He vivido mágicos momentos bajo el puente de hierro y el de piedra aquí, y mágicos bajo puentes en Roma y Paris... no siempre bajo la legalidad o la decencia pero siempre bajo mi punto de vista. Me temo que la realidad no es igual para todos...

    ResponderEliminar
  2. Muy 8nteresante la evolución en el uso del espacio q generan los puentes para disfrute de los ciudadanos. No creo q deban ser usados por los marginados para vivir en pésimas condiciones; La administración (Ayuntamiento) deberia
    b6scarles un alojamiento digno, y frenar las obras faraonicas para lucimiento de Egos insaciables.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Pilar, aunque parezca difícil de entender hay ciudadnos que prefieren la calle o bajo el puente que albergue (social o caritativo). Suponngo que habría que empezar, como en todo, por intentar resolver las causas de esa situación, que son bastante conocidas.

      Eliminar
  3. Curiosa e interesante evolución del uso y transformación de estos espacios.
    Qué levanté la mano el que después de una travesura, al menos en mi niñez, no recibía la amenaza "te vas a ir a vivir debajo del puente".

    ResponderEliminar
  4. Gracias Unknown, ¡menos mal que no hacían efectiva la amenaza!

    ResponderEliminar
  5. Sorprendentes fotos con todas las interpretaciones posibles. Por tratarse de la enseñanza, me llama la atención la escuela bajo el puente. Gran infraestructura por arriba y tercermundismo en lucha, por debajo. Para fotoforum.

    ResponderEliminar
  6. Realmente esa imagen es un ejemplo de un país, de uuna sociedad, de un sistema económico de contrastes extremos. Recuerdo haber visto en un viale por la India dar "una clase" sentados sobre unas esterillas en un espacio libre rodeado de derribos y escombros que seguramente habían apartado alumnos y profesores.

    ResponderEliminar
  7. "Vivir bajo el puente", curiosa expresión de situación de deshaucio que aún sería superada por "vivir sobre el puente" en la que ya ni siquiera tendrías un techo que te protejiese. Parece claro que el cobijo humano, además de un techo que sí se lo proporcionaría el puente, requeriría un rincón de privacidad que estás súper estructuras carecen por muy bellas y funcionales que puedan llegar a ser. Seguramente es cuestión de imaginación, como siempre, lograr habitar esos espacios que ahí están.

    ResponderEliminar