lunes, 15 de febrero de 2021

El espacio arquitectónico en el cómic

 

La relación entre la arquitectura y el cómic va mucho más allá de la simple utilización de unos edificios para hacer verosímil una narración. Ilustradores y guionistas han creado con sus miradas un mundo arquitectónico propio que se cruza con el construido.

La composición de la página es ejemplo de ello. Las iniciales tiras de dibujos, directamente relacionadas con la secuencia de fotogramas cinematográficos, pasaron a ocupar toda su superficie formando una retícula de viñetas similar a la geometría de la ordenación de las manzanas de una ciudad, de la distribución de una vivienda con sus habitaciones separadas por espacios en blanco o de una fachada con sus ventanas.

Pero a su vez estas divisiones pueden reducirse hasta casi desaparecer creando una secuencia narrativa a modo de continuum como en Litte Nemo in Slumberland o haciendo de la página una viñeta de viñetas sutilmente compartimentadas en Gasoline alley y más contemporáneamente en Á la recherche dû temps perdu o en George Sprott: 1894-1975.


Litte Nemo in Slumberland (W. McCay. 1907)  y Gasoline alley (F. King. 1934)
Á la rechereche du temps perdu (M.A. Mathieu. 1993) y George Sprott: 1894-1975 (Seth. 2009)


En su organización ilustradores como P. Killofer o S. Kago superan los cánones de la distribución secuencial desarrollando una historia sobre singulares recorridos que generan inquietantes o imposibles escenarios al modo de M. C. Escher.


Ilustración de OuBaPo (P. Killofer) y Reproduction by mitosis and Other Stories (S. Kago. 2001)


Otros en cambio recurren a códigos propios de la representación arquitectónica utilizando la sección de un edificio como encuadre de las diversas viñetas, tal como aparecía en revistas de mediados del siglo XIX, o incorporan la representación en planta con las viñetas-habitaciones separadas por el espesor de sus divisiones-tabiques.


The Spirit. School for girls (W. Eisner. 1947) y Amazing Spiderman (M. Martín)

A la hora de ilustrar la narración, el libre empleo de la perspectiva y la referencia a montajes propios del mundo del teatro y del cine propiciarán un paso más allá de la estricta representación realista, haciendo desaparecer en ocasiones el techo o convirtiendo los suelos y techos en planos de vidrio para mostrarnos sus recursos escenográficos.

The Spirit (W. Eisner) y Les Terres Creuses  (L. y F. Schuiten. 1980)

Los puntos de vista utilizados son tan diversos como dibujantes e historias se cruzan, contribuyendo a lo largo de historia del cómic y de la novela gráfica a crear la tensión que la narración exige.



The Spirit (W. Eisner), La Cathédral (B. Mantlo y J.C. Gal), Tintín en Amérique (Hergé. 1931) y La fiebre de Urbicande (F. Schuiten y B. Peeters. 1985)


Para caracterizar el espacio arquitectónico se recurre a todo  tipo de referencias y artes que comparten un interés por el mismo. La configuración teatral de la ciudad en Les Murailles de Samaris o las calles que parecen plegarse sobre sí mismas y que permiten situar la historia sobre imposibles planos en The Private Eye son dos ejemplos de los muchos escenarios imaginados por los ilustradores.


Les murailles de Saramis (F. Schuiten y B. Peeters. 1983) y The Private Eye (M. Martín y M. Vicente. 2013) 

Pero sin duda uno de los recursos más acertados para la definición del espacio, resuelto con los mínimos medios, es el contraste entre la luz y la oscuridad.


Nadie como Will Eissner con su Spirit para construirlo con casi nada, sólo dando entrada a la luz en el papel y forzando su expresivo contraste. Esta forma de representación en los interiores define la ambigüedad de sus propios límites sugiriendo a la vez la continuidad de la acción más allá de éstos.
 


The Spirit (W. Eisner. 1948) y Taxista (Martí. 1984)

Y como todo cruce de miradas el lenguaje gráfico característico del mundo del cómic está presente a su vez en la manera de explicar y documentar la obra de múltiples arquitectos, desde el modo en que Le Corbusier en 1925 ilustra a la señora Meyer el proyecto de su vivienda o las imágenes del grupo Archigram, creado en los 60, a los contemporáneos estudios de Neutelinjs & Riedijk, OMA Office o BIG.



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11 comentarios:

  1. Me encanta pero para más ilustración consultar el catálogo (más bién pequeño estudio) de la exposición "ciutat & cómic" de un tal J.León y otro cual J. Lopez-Araquistain. No tiene desperdicio. Luego se disfruta más releyendo el TBO.

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  2. Gracias Mayte S.¡Qué buena memoria tienes!
    Sólo hace 24 años que organicé la exposició "Arquitectura y Cómic" para el Colegio de Arquitectos de La Rioja y otros Colegios de Arquitectos, y al año siguiente la de "Ciutat i Cómic" para el Centre de Cultura Contemporánia de Barelona con la colaboración de J. López Araquistain y J. García García.

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  3. No soy lectora de comics y siento q me estoy perdiendo una maravilla de creaciones, q en este articúlo, amigo, presentas con tantos y tan variados matices, mostrando su diversidad y fusión con otras artes plásticas y literarias. Graciae

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  4. Hola Pilar, gracias. Nunca es tarde para leer de vez en cuando un cómic o una novela gráfica. La Biblioteca Pública está bien surtida.

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    1. Lo haré con placer cuando volvamos a respirar sin mascarilla

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  5. Una gozada el tema, tus comentarios y los comics, enhorabuena Jose Miguél.

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  6. Gracias Victoriano, recuerdo cómo te gustó la exposición que hicimosen el COAR hace 24 años.

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  7. Ya ves que hay alguno que llega mas tarde. Como siempre, trabajo enriquecedor. Ahora toca sumergirme en las citas que haceis en el coloquio.

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  8. José Miguel: muchas gracias por llamarnos la atención sobre algo que es fundamental, pero que a los lectores se nos puede pasar.
    Un saludo

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