Ha sido frecuente a lo largo de los tiempos que narradores,
escritores y pintores recrearan, incluso muchas veces crearan, un mundo arquitectónico
con sus sutiles lenguajes, dándole una cualidad y calidad bien diferente a las
que le proporcionan los sólidos materiales con las que habitualmente se
construye.
Considerada como la primera novela moderna, Genji Monogatari (Historia
o Novela de Genji) fue escrita en Japón hacia el año 1005 por una mujer,
Murasaki Shikibu (978-¿1014?), bastante antes
de que apareciesen sus equivalentes en la cultura occidental.
Los espacios y arquitecturas que
arropan la historia de un príncipe imaginario, Hiraku Genji, fueron
magistralmente trasladados a rollos de pergamino (emakis) y biombos por numerosos artistas entre los siglos XIII y
XIX, con la tradicional forma de representación japonesa en perspectiva
axonométrica, sin puntos de fuga, en
lugar de utilizar la perspectiva cónica, recurso que se mantiene a lo largo del tiempo.
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Detalles del Nezame Monogatari (Anónimo. s. XII) y del Genji Monogatari (Ebina Masao. 1950) |
Los numerosos pintores que
trabajaron sobre este texto supieron transmitir el encanto y serenidad que
posee la arquitectura de la antigua aristocracia japonesa, haciendo presente todo
el lenguaje de materiales y espacios que la caracterizan.
Para ello utilizaron soluciones como
cubrir la escena con doradas nubes que se abren dejando entrever escenas de la
narración, dando lugar a una lectura fragmentada de un relato que se intuye
completo en una primera mirada.
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"Escenas alrededor de la capital". Biombo Rakuchu rakugai zu (Anónimo. s.XVI) |
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Genji Monogatari (Kano Chikayasu. 1850) |
El uso de la perspectiva
axonométrica lleva implícito el hacer desaparecer los techos de las
habitaciones, técnica conocida como de los
"techos volados" (fukinuki
yatai), para poder introducirnos en ellas
y contemplar su actividad.
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Escena del Genji Monogatari (Anónimo Escuela Tosa. s. XVIII) |
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Genji Monogatari (Anónimo. 1660) |
De esta forma la nítida geometría
ortogonal de los espacios se hace más evidente, a la vez que se difumina la
relación entre el exterior y el interior al ser muy similar el tratamiento de
sus respectivos muros. Es como si las escenas se desarrollasen a la vez dentro
y fuera. |
Escena del capítulo Kiritsubo del Genji Monogatari (Anónimo. s. XVIII) |
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Detalles del Genji Monogatari (Tosa Mitsuki. s. XVII) |
Y al descender de escala, como si
estuviésemos mirando a través de un zoom,
vemos aparecer sus ligeras estructuras, las divisiones a base de paneles de
madera y papel japonés (washi), con
sus puertas correderas (shoji) o las persianas
enrollables de bambú (sudare).
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Escena del Genji Monogatari (Utagawa Hiroshige.1852) |
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Detalles del Genji Monogatari (Anónimo. Escuela Tosa. s. XVII) |
Y en esos diáfanos espacios los
muebles y objetos domésticos parecen ocupar una posición provisional, prestos a
ser movidos sin más lugar fijo que el armario donde se guardan. Mientras, los
personajes arropados con sus amplios kimonos introducen un sinuoso movimiento
en el espacio.
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Escena doméstica (Utagawa Kunisada. s. XIX) |
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Princesa del Genji Monogatari (Suzuki Harunobu. ca. 1766) y Escena del Capitulo 25 (Utagawa Kusinada. s. XIX) |
Descubrir a Murasaki Shikibu
es una placentera sorpresa, compartirlo un 8 de marzo es un obligado reconocimiento.
Me encanta. Gracias, gracias. El anterior confinamiento leí el Genji monogatari en Cádiz (traducido, claro). Tenía esas ilustraciones y me despertó curiosidad por la pintura japonesa; todavía no la he saciado. Precioso homenaje.
ResponderEliminarGracias M. S. eres una adelantada.
ResponderEliminarSutileza. Sensibilidad, delicadeza.
ResponderEliminarNo hacen falta muchas más palabras. Gracias Unknown.
EliminarGracias, de nuevo, José Miguel. Es un lujo estar suscrito a estas visitas a la ciudad. Genji Monogatari, además, nos enseña a ver el interior, que, desde luego, pertenece a las mujeres, hoy y desde 1005 por lo menos.
ResponderEliminarHola Javier, gracias a tí. En el reparto de tareas en las primeras sociedades, la conservación de la especie cayó (o fue asumida conscientemente) por las mujeres. No sé cómo hubiera sido de otra forma con la inconsciencia e inconstancia características del"macho".
ResponderEliminarGracias José Miguel. Has elegido una mujer emblemática creadora de una epopeya iniversal para un día simbólico en donde todavía tenemos que recorrer mucho camino para llegar a la igualadad entre hombres y mujeres.
ResponderEliminarMe ha encantado poder disfrutar de esta arquitectura japonesa, sutil, en donde la presencia humana enriquece estos bellos espacios tan abiertos. Tengo pendiente la lectura.y estoy muy animada en hacerlo lo antes posible.
Hola Pilar, debo reconocer que apareció en uno de mis paseos arquitectónicas por el mundo telemático y me pareció muy atractiva su historia personal, la "novela", y la constante recreación pictórica a lo largo de ocho siglos.
ResponderEliminarAcertado estudio para tan significativo día.
ResponderEliminarGracias Covier, el mérito de Murasaki Shikibu y todos los pintores que ilustraron su obra.
ResponderEliminarEncuentro cierta afinidad estética entre el neoplasticismo y las representación de arquitecturas japonesas, ambas expresan mejor que ninguna en axonometrica los conceptos de ligereza, efímeridad y dinamismo que caracterizan la mejor arquitectura moderna, donde la figura humana con su sinuosidad y sensualidad crea el contrapunto a los sencillos planos de la geometría euclídea.
ResponderEliminarHola Pablo, si bien los arquitectos modernos que más sintieron el atractivo y la llamada de Japón fueron Frank Lloyd Wright y Richard Neutra, la arquitectura japonesa, especialmente la de la villa imperial Katsura presente en diversas exposiciones internacionales llamó la atención de numerosos arquitectos entre ellos, como tú dices, los vinculados al movimiento De Stijl y de la Bauhaus.
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