lunes, 21 de junio de 2021

La ciudad del futuro vista desde el siglo XX

 

Durante muchos siglos la representación de la arquitectura imaginaria fue tarea casi exclusiva de los pintores, que disponían de la libertad que les proporcionaba el carácter estrictamente ilustrativo de su trabajo.

Pero en el siglo XX los arquitectos, en teoría sometidos a la disciplina de la construcción, se incorporaron decididamente a ese mundo proyectando sorprendentes construcciones con las que elaboraron sus propuestas para la ciudad del futuro.

Curiosamente en las primeras décadas del s. XX coincidieron arquitectos que fundamentalmente sólo dibujaban, entre ellos los futuristas italianos A. Sant´Elia y V. Marchi, con artistas constructivistas soviéticos, como  V. Tatlin o El Lissitzsky, autores de novedosas propuestas arquitectónicas.

Cittá nuova (A. Sant´Elia. 1914) y Wolkenbügel (El Lissitzky. 1923)

En 1928 preocupado por la sobreexplotación del planeta el arquitecto ruso Gueorgui Krutikov presenta La ciudad voladora, cuyas viviendas se desarrollaban flotando sobre órbitas aéreas, dejando la superficie de la Tierra para el ocio y la actividad productiva, y unos años después Frank Lloyd Wright concebía una extensa Broadacre City (1932) con grandes parcelas ajardinadas y agrícolas entre altos edificios y cuyos habitantes se desplazaban en pequeños vehículos voladores como respuesta a La ville radieuse (1924) de Le Corbusier. 

Ciudad voladora (G. Krutikov. 1928)

Broadacre City ( Frank Lloyd Wright. 1932)


A lo largo de la segunda mitad del siglo XX serán frecuentes las propuestas de un crecimiento alternativo, fruto de la optimista visión de que todo podía hacerse realidad, con grandes megaestructuras elevadas que se extenderían por encima de los núcleos tradicionales.

En palabras de sus autores el objetivo era la creación de nuevas ciudades sin los condicionantes de las existentes, liberando y protegiendo el territorio y quedando aquellas como testimonio de un pasado superado.

Las megaestructuras de Yona Friedman o de los metabolistas japoneses y los compactos edificios-ciudad de Paolo son algunos testimonios de una nueva filosofía en la que el edificio es una ciudad en sí mismo.


Ville spatial (Yona Friedman. 1958)

Ciudad en el aire (Arata Isozaki. 1961)

Arcología Babelnoah (Paolo Soleri. 1960-70)

A la par el grupo británico Archigram  hacía patente su apuesta por la tecnología y el lenguaje maquinista proyectando ciudades que se podrían desplazar, la Walking City (1964) o crecer según las necesidades, la Plug-in-City (1964), mientras el equipo italiano Superstudio con su lenguaje metafísico proponía la extensión de una abstracta y rotunda arquitectura en The Contínous Monument (1969).

A walking city (Peter Cook. Archigram. 1964)

Monumento Continuo (Superstudio. 1969)

 
En esta línea de desarrollo elevado C. Nieuwenhuys propugnaba con New Babylon la creación de una estructura de relaciones y desplazamientos, más que una ciudad, para una nueva sociedad que habría superado el trabajo y la vivienda permanente.

Y Alan Boutwell diseñaba en 1969 una gran plataforma urbana lineal construida a 100 m de altura con diferentes niveles que cruzaría el país uniendo San Francisco con Nueva York.

New Babylon en Amsterdam (C. Nieuwenhuys. 1963) y The continuous city (A. Boutwqll. 1969)

En los años 90 Lebbeus Woods escribe “No me importa mucho la construcción de edificos. Me importa construir ideas” y fallece sin haber ejecutado ninguna de sus singulares construcciones para el Berlín del Muro, Sarajevo o La Habana Vieja, mientras el estudio holandés MVDRV, atraído por la idea de la ciudad elevada, en su libro Costa Ibérica. Hacia la ciudad del ocio propone como alternativa a la ocupación del litoral su concentración en una nueva Benidorm elevada.

Propuesta de edificio en La Habana (L. Woods. 1994) y Fotomontaje de Costa Ibérica. Haccia la ciudad del ocio. Benidorm ( estudio MVRDV. 2000) 


En las últimas décadas, la apuesta por explorar nuevas formas de edificios y en diferentes localizaciones ha dado lugar a elaboradas y fantasiosas representaciones de la ciudad del futuro. El papel y la pantalla del ordenador lo aguantan casi todo.

Proyecto Lilypad recereado  en Mónaco (V. Callebaut. 2008)


Superstart. Star City (MAD architects. 2008) 

Con estas imágenes las nuevas propuestas arquitectónicas parecen fundirse peligrosamente con las caprichosas recreaciones diseñadas para el mundo de los videojuegos, sobrepasándolas en lo que parece una carrera por el “más difícil todavía”, poniendo a la arquitectura en una posición puramente especulativa.


Si quieres ver más sobre Arquiteturas fantásticas puedes entrar en:

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2020/12/inocentes-fotomontajes.html

https://laciudadvisitada.blogspot.com/2020/08/arquitecturas-fantasticas-fantasticas.html










8 comentarios:

  1. Fantasear con un nuevo concepto del espacio a usar o con un nuevo diseño del mundo que habitamos, sí relaja y nos da alas, pero somos tan limitados los humanos... Al final lo que queda es el estribillo de aquella canción de Los Chichos:" todo lo que piensas tú son ilusiones...🎼🎻" Perdonad tengo un día un poquito blue.

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    1. Hola Maite S., muy oportuna la referencia de Los Chichos, pero que sería de nosostros sin las ilusiones que intentamos hacer realidad.

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  2. La fantasia deshumanizada la llamaria yo. Aunque haya originalidad en los proyectos, no me parecen hagan más atractivo y habitable el planeta azul

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    1. Hola Pilar, gracias por tu comentario.Sin duda las imágenes del artículo son difíciles de digerir, pero en el fondo de lo conocido o establecido late el rescoldo de muchas propuestas que en su día fueron utópicamente rompedoras.

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  3. Las nuevas utopías del urbanismo, con un nuevo enfoque y bienvenidas, final de la pobreza, hambre cero, salud, igualdad de género, bienestar, educación, agua, saneamiento etc... responsabilidad de todos.

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    1. Gracias Unknown, como bien dices la "construcción" de la sociedad más justa y solidaria es tarea de todos. Los arquitectos con sus propuestas tratan de provocar el debate sobre su formalización.

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  4. La ciudad es el voluminoso libro escrito por los humanos donde se expresa todo lo que somos, nuestras luces y sombras, sueños y ambiciones. Creo que soñar es la actitud más humana que existe ya que construir también lo hacen los animales y vegetales y en algunos casos incluso mejor que nosotros, pero soñar en crear una realidad distinta que trate de mejorar la existente es solamente exclusivo de nuestra especie. No todas las propuestas o sueños son siempre acertados, son de tal complejidad que las probabilidades de acierto total son casi imposibles pero todos tienen algún acierto parcial que se llega a hacer realidad. Nuestra naturaleza es así, millones de espermatozoides tratan de fecundar el óvulo y solo uno, el más adecuado lo consigue surgiendo asi una nueva vida pero todos lo ambicionan. Es la garantía de la supervivencia de la vida. Soñar sigue siendo la actitud humana fundamental.

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    1. Muchas gracias Pablo. Tus interesantes comentarios deberían dar origen a un blog.

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