No es muy frecuente encontrar en la Historia del Arte clásico
representaciones artísticas relacionadas con el uso de una piscina.
Sólo en la ocasional narración de algún mito o milagro se incorpora como fondo escénico de los mismos. Como ejemplo de lo primero destaca
la recreación que hace Lucas Cranach el Viejo de la “Fuente de eterna juventud”
(1546), mientras que testimonios de lo segundo lo constituyen las diferentes
versiones de “La curación del paralítico” realizadas en los siglos XVII y XVIII.
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La fuente de la eterna juventud (Lucas Cranach, el Viejo. 1546)
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La probática piscina (L. Massari. 1606) |
Pero hasta el siglo XX la piscina no será objeto de la
mirada artística, fundamentalmente porque su divulgación y práctica social nace
al incorporar la natación a los Juegos Olímpicos a finales del siglo XIX.
Y pronto el mundo de la ilustración gráfica se hará eco de
ello con atractivos carteles que publicitan las piscinas y casas de baños
públicos.
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Carteles publicitarios de las piscinas del Lido. Venecia (años 30) y de Las Arenas. Valencia (J. Renau. 1935) |
Quizás fuese el año 1952 cuando se produjo el encuentro entre el arte moderno y las piscinas con
categoría de obra artística. Mientras estaba alojado H. Matisse en el Hotel Regina
de Niza comentó “voy a
hacer mi propia piscina”. Para ello utilizó la técnica por él denominada como “dessiner avex ces ciseaux”, recortando con
una tijeras una serie de figuras en papel azul que posteriormente colocó a la
altura de la vista sobre las paredes de la sala de su habitación.
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La Piscine. Suite del Hotel Regina. Niza (H. Matisse. 1952. Foto: H. Adant) |
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La Piscine restaurada y exhibida en una exposición temporal. MOMA (2014. Foto: J. Muzikar) |
D. Hockney en las décadas de los 60 y 70 popularizó la
imagen de la piscina con una amplia serie de coloristas pinturas en las que
refleja el status y el relajado ambiente de parte de la sociedad californiana a
la que él pertenecía, incorporando en algunas de ellas referencias literales a
momentos de su vida.
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Portrait of an artist -Pool with two figures- (D. Hockney. 1962) |
La querencia por este tema finaliza con su intervención en la piscina
del Hotel Hollywood Roosevelt en 1988, pintando un
pequeño universo de geométricos paréntesis que cuando alguien se baña y mueve
el agua cobran vida. En un primer momento la autoridad administrativa ordenó que
se borrasen por incumplir la normativa de seguridad de las
piscinas. Afortunadamente la aprobación de una modificación de la ley permitió
su conservación.
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D. Hockey pintando la piscina (1988. Fuente: The Hollywood Roosevelt Hotel) y Detalle piscina (Fuente: Twitter. S. Martin) |
En las últimas décadas se han sumado a la silenciosa obra de Hockney
nuevas miradas de artistas que han hecho de la piscina y el baño el motivo de
sus trabajos.
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Obras de Ana Popescu (2016) y de Jessica Brilli (2017) |
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Salto a la piscina de P. Maeso |
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Salt al 8 (M. Rabal. 2010) y Dolce vita (Moi. 2021) |
Más allá de la representación pictórica, la piscina ha sido también
utilizada en instalaciones artísticas. Desde el sugerente tratamiento lumínico
de J. Turrell a la sorpresa de encontrar una piscina en el desierto de Mohave
la actitud de diversos artistas va más allá de los códigos de representación a
los que estábamos acostumbrados, trasgrediendo su más o menos convencional
función y representación.
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Baker Pool (J. Turrell. 2008) |
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Intervención de Silvie Fleury en la Villa Emslieb. Salzburgo (2009. Foto: U. Ghezzi) y de J. Macchi en |
Inhotim. Brasil (2009) |
Piscina Parque Lage. Río de Janeiro (Penique Productions. 2015. foto: J. Duayer)
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La obra de A. Barsuglia Social Pool consiste no sólo en la construcción de un objeto, una piscina cerrada en el desierto. Su disfrute era la recompensa a aquellos que se aventurasen a realizar el viaje para descubrirla con la simple referencia de sus coordenadas geográficas, haciendo de todo el proceso (preparación-localización y baño) el objetivo de la instalación artística.
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Social Pool. Desierto de Mohave. San Bernardino. California (A. Barsuglia. 2014-2016. Fuentes: MAK Centre dor Art and Architecture y vimeo A.Barsuglia) |
Lamentablemente la
experiencia tal como la había concebido su autor tuvo un doble
final. Por un lado con el acceso a las fuentes de información tipo Google Maps
se conoció cómodamente su ubicación en el Condado de San Bernardino
(California) perdiéndose parte del carácter iniciático de la preparación del
viaje. Por otro en el año 2016 fue objeto de actos vandálicos que la dejaron
fuera de uso.
Qué gozada me encanta. La de Hockney sigue siendo mi favorita y las de Fuenmayor, la hípica y cantabria en Logroño los "lagos Mareotis"de mi infancia. VIVA EL VERANO.
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