Agosto ha llegado y quien más, quien menos, se relaja y busca el agua para paliar el calor. Por ello “La ciudad visitada” te propone durante este mes pasear por piscinas y playas refrescándote visualmente con artículos nuevos o revisitando alguno de los publicados hace unos años.
Entre la imagen pintada en el techo de la Tumba del Nadador en
Paestum (c. 470 a. C.) y el chapuzón en la piscina del cuadro A Bigger Splash de D. Hockney (1.967) median
casi 2.500 años durante los cuales, y antes y después de los mismos, la escena
del baño se viene repitiendo como un ritual.
Tumba del Nadador. Poseidonea Paestum. Italia (c. 470 a. C.) |
Bigger Splash ("El gran chapuzón". D. Hockney. 1.967) |
Y si bien se han encontrado manifestaciones de arte rupestre
representando el ejercicio de natación con más de 10.000 años de antigüedad en
la “Cueva de los Nadadores” (Desierto del Sáhara. Egipto), se considera que la
primera piscina de la que se tiene testimonio constructivo está en la ciudad de
Mohenjo-Daro (Pakistán) y corresponde al tercer milenio a. C., aunque los
estudiosos dudan sobre si su función era estrictamente religiosa o comprendía
un uso más público.
Cueva de los Nadadores. Meseta de Gilf Kebir. Egipto (c. 8.000 a. C. Fuente: Clarín) y Baños Mohenjo-Daro. Pakistán (III milenio a. C.. Fuente: Bharatkalyan97) |
Representaciones con figuras nadando aparecen en relieves asirios o en pinturas egipcias, pero no será hasta las grandes civilizaciones griega y romana cuando la práctica del baño empiece a tener su reconocimiento tanto como una actividad deportiva como lúdica y social en las palestras o piscinas de las grandes termas.
Crátera del dios Helios (430 a. C. Fuente: Natación Progresiva) y Termas romanas Bath. Reino Unido (s. I-III d. C. Fuente: koniko360) |
A partir de aquí se sucede toda una historia de prohibiciones y de disfrutes privados que culmina a comienzos del siglo XIX en Londres y que a lo largo del siglo pasado tiene una gran aceptación popular como nos muestra la arquitectura, la fotografía y el cine en curiosas coincidencias.
Así poco después de que G. Sidney rodara las magníficas coreografías acuáticas de Bathing Beauty (“Escuela de sirenas”. 1944) en una piscina realizada exclusivamente para ello, se estaba construyendo la Loewy House (A. Frey. 1946) en Palm Springs, con su singular piscina que penetra en el interior de la vivienda.
Bathing Beauty ("Escuela de sirenas". G. Sidney. 1944) y piscina de la Loewy House. Palm Springs (A. Frey. 1946. Foto J. Schulman) |
Piscinas de Leça da Palmeira. Matosinhos. Portugal (A. Siza. 1966) |
The graduate (M. Nichols. 1967) y The Swimmer (S. Pollack. 1968) |
Pero también la piscina ha sido ocasionalmente el lugar de la reivindicación. En 1964 un grupo de ciudadanos americanos de color se metieron en la piscina “only for whites” del Monsor Motor Lodge (Saint Augustine. Florida), siendo difundida por todo el mundo la imagen de un empleado del hotel vertiendo ácido para obligarles a salir.
Empleado del Monsor Motor Lodge vertiendo ácido en la piscina del hotel contra antisegregacionistas. San Agustín. Florida (1964. Fuente: Getty Images) |
En otras ocasiones la realidad y la ficción se funden bajo la mirada del artista haciéndonos dudar de la primera y creer en la segunda como nos propone Leandro Erlich con su obra Swimming Pool (proyecto 1999) expuesta permanentemente en el 21st Century Museum of Contemporary Art de Kanazawa (Japón).
Swimming Pool. 21st Century Museum of Contemporany. Kanazawa. Japón (L. Erlich. 1999. Fuente: Japan Travel) |
Y si quieres “bañarte” en las singulares piscinas que muchas ciudades han creado en sus ríos o mares y no leíste el artículo “Hoy piscina” publicado hace tres años no tienes más que entrar en
https://laciudadvisitada.blogspot.com/2018/07/hoy-piscina.html
Piscina pública. Sichuan. China (2016. Foto: Reuters) |
Una refrescante visión de la jugada.
ResponderEliminarHola Maite S. Ya sé que tú eres más de playa. En las próximas semanas nos pasearemos por alguna de ellas.
ResponderEliminarNosotros también tuvimos nuestras primeras y particulares piscinas públicas en "la playa", del Ebro.
ResponderEliminarSalvando las distancias,cumplían una
función similar.
AA
Qué razón tienes Unknown AA y no eres el único que me lo ha recordado. Mis disculpas por el olvido. El problema es que el Ebro no es un río canalizado y con cada crecida por lluvias o deshielos quedaban destrozadas.
EliminarBastante más que refrescante. De nuevo gracias, José Miguel.
ResponderEliminarJavier
Hola Javier, gracias a tí. Durante este mes "Laciudad visitada" será literalmente veraniega.
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