El abastecimiento de agua con depósitos para usos domésticos
o lugares de recreo ha sido constante a lo largo de la historia.
Pero fue a principios del siglo XIX cuando las azoteas de Nueva York
empezaron a llenarse de ellos. Su misión era doble, asegurar el suministro de
agua en los edificios de viviendas y
servir para atajar el fuego en caso de
incendio, extendiéndose su presencia a fábricas e instalaciones
ferroviarias.
Azoteas de Nueva York con Water Towers (Fuente: tumblr. mobilimöbel) |
Las nuevas edificaciones realizadas a escala urbana, las Water Tower (“torres de agua”), buscaron transmitir una imagen de sólidas construcciones de piedra y ladrillo con arquitecturas historicistas que reflejaban la importancia que se les concedía en la imagen de la ciudad, pasando a constituir con los años una de sus señas de identidad.
Water Tower. Chicago (W. Boynton arqto. 1896. Fuente: vidaenusa) y Torre de agua en Wroclaw (K. Klimm arqto. 1903. Fuente : LiveJournal) |
El uso de estructuras de hormigón en su construcción propició a comienzos del siglo XX el que éstos manifestasen su verdadero sentido, un voluminoso depósito elevado sostenido por una potente estructura de pilares y vigas.
Water Tower. Newton-le-Willows. Inglaterra (Reed & Waring ing. 1904. Demolida) |
Así lo entendieron arquitectos e ingenieros vinculados a las nuevas corrientes de principios del siglo XX, como los constructivistas rusos que trasladaron el eco de sus postulados a estos nuevos elementos urbanos.
“Torre Blanca”. Ekateringurgo. Rusia (M. Reysher arqto. 1929. Fuente: Urbipedia) y Depósito de agua. San Petersburgo (Y. Chernikhov arqto. 1931. Fuente flickr) |
Las características del propio material, su resistencia y maleabilidad, permitió desarrollar toda una gama de interesantes soluciones estructurales en forma de “seta” o “copa”, reduciendo el tamaño del apoyo sobre el que volaba el depósito de forma cónica y unificando ambos elementos constructivamente.
Water Towers en Roihuvuori. Helsinki (S. Lumme arqto. 1977. Foro: O.V. Mikkelä) y en Church Langley. Inglaterra (1994. Fuente : BWTAS) |
A la par que se produce esta adscripción de la estética de los depósitos elevados de agua a una nueva modernidad en la segunda mitad del siglo XX aparecen singulares propuestas como las de los arquitectos Eladio Dieste (Buenos Aires. 1983) que resuelve su airosa construcción con ladrillo o Álvaro Siza (Aveiro. 1989) que pone de manifiesto plásticamente los diversos elementos que lo constituyen.
Tanque de agua en Salto. Uruguay (E. Dieste arqto. 1983. Fuente Dieste y Montañez SA y Depósito en Campus Aveiro. Portugal (A. Siza arqto. 1989. Foto: F. Guerra) |
En las últimas décadas, si bien la necesidad de disponer de nuevas “torres de agua” se ha reducido considerablemente, los diseños de los arquitectos, entre ellos los españoles, están atentos a otras formas de expresión plástica o a aspectos medioambientales y paisajísticos.
Depósitos de agua en Ribera del Fresno. Badajoz (J. García Rubio arqto. 2008. Fuente: mapio) y en Coria. Cáceres (Mendaro arqtos. 2011) |
Ante la pérdida de uso y el paso al olvido y posterior destrucción de la mayoría de ellos, algunos han sido objeto de obras con las que se pretenden darles otra vida sociocultural o residencial, de intervenciones artísticas, a veces con resultados discutibles, o simplemente reutilizarlas como referentes en el paisaje y magníficos puntos de observación o como testimonio de los horrores de la guerra.
Propuesta para Concurso “Water Tower: nuevas perspectivas”. Israel (I. Finkelman y O. Bilik arqtos. 2010) y Antiguo depósito de agua. Memorial de guerra en Vukovar. Croacia (2017) |
En cualquier caso si bien estos gigantes de hormigón cumplieron su papel, pueden perfectamente seguir acompañando la transformación de la ciudad con su silenciosa presencia, dando testimonio del pasado.
Para
ello basta con poco más que la sensibilidad de gestores y técnicos
municipales.
Antiguo Depósito de agua del ferrocarril. Logroño (Abandonado.Foto: G. Santolaya) |