lunes, 25 de octubre de 2021

El agua que no falte. Depósitos elevados

 

El abastecimiento de agua con depósitos para usos domésticos o lugares de recreo ha sido constante a lo largo de la historia. 

Pero fue a principios del siglo XIX cuando las azoteas de Nueva York empezaron a llenarse de ellos. Su misión era doble, asegurar el suministro de agua en los edificios de  viviendas y servir para atajar el fuego en caso de  incendio, extendiéndose su presencia a fábricas e instalaciones ferroviarias.

Azoteas de Nueva York con Water Towers (Fuente: tumblr. mobilimöbel)

Las nuevas edificaciones realizadas a escala urbana, las Water Tower (“torres de agua”), buscaron transmitir una imagen de sólidas construcciones de piedra y ladrillo con arquitecturas historicistas que reflejaban  la importancia que se les concedía en la imagen de la ciudad, pasando a constituir con los años una de sus señas de identidad.

Water Tower. Chicago (W. Boynton arqto. 1896. Fuente: vidaenusa) y Torre de agua en Wroclaw (K. Klimm arqto. 1903. Fuente : LiveJournal)

El uso de estructuras de hormigón en su construcción propició a comienzos del siglo XX  el que éstos manifestasen su verdadero sentido, un voluminoso depósito elevado sostenido por una potente estructura de pilares y vigas.

Water Tower. Newton-le-Willows. Inglaterra (Reed & Waring ing. 1904. Demolida)

Así lo entendieron arquitectos e ingenieros vinculados a las nuevas corrientes de principios del siglo XX, como los constructivistas rusos que trasladaron el eco de sus postulados a estos nuevos elementos urbanos.

“Torre Blanca”. Ekateringurgo. Rusia (M. Reysher arqto. 1929. Fuente: Urbipedia) y Depósito de agua. San Petersburgo (Y. Chernikhov arqto. 1931. Fuente flickr)

Las características del propio material, su resistencia y maleabilidad, permitió desarrollar toda una gama de interesantes soluciones estructurales en forma de “seta” o “copa”, reduciendo el tamaño del apoyo sobre el que volaba el depósito de forma cónica y unificando ambos elementos constructivamente.      

Water Towers en Roihuvuori. Helsinki (S. Lumme arqto. 1977. Foro: O.V. Mikkelä) y en Church Langley. Inglaterra (1994. Fuente : BWTAS)

A la par que se produce esta adscripción de la estética de los depósitos elevados de agua a una nueva modernidad en la segunda mitad del siglo XX aparecen singulares propuestas como las de los arquitectos Eladio Dieste (Buenos Aires. 1983) que resuelve su airosa construcción con  ladrillo o Álvaro Siza (Aveiro. 1989) que pone de manifiesto plásticamente los diversos elementos que lo constituyen.

Tanque de agua en Salto. Uruguay (E. Dieste arqto. 1983. Fuente Dieste y Montañez SA y Depósito en Campus Aveiro. Portugal (A. Siza arqto. 1989. Foto: F. Guerra)

En las últimas décadas, si bien la necesidad de disponer de nuevas “torres de agua” se ha reducido considerablemente, los diseños de los arquitectos, entre ellos los españoles, están atentos a otras formas de expresión plástica o a aspectos medioambientales y paisajísticos.

Depósitos de agua en Ribera del Fresno. Badajoz (J. García Rubio arqto. 2008. Fuente: mapio) y en Coria. Cáceres (Mendaro arqtos. 2011)

Ante la pérdida de uso y el paso al olvido y posterior destrucción de la mayoría de ellos, algunos han sido objeto de obras con las que se pretenden darles otra vida sociocultural o residencial, de intervenciones artísticas, a veces con resultados discutibles, o simplemente reutilizarlas como referentes en el paisaje y magníficos puntos de observación o como testimonio de los horrores de la guerra.                                          

Depósito de agua del Canal de Isabel II (Sala Exposiciones) Madrid (D. M. Montalvo ing. 1911. Reforma: J. Alau y A. Loperena. 1986. Fuente: Wikipedia) y Water Tower en Sint Jansklooster. Holanda (Zecc Architecten. 2014. Foto: S. Poelstra)

 Propuesta para Concurso “Water Tower: nuevas perspectivas”. Israel (I. Finkelman y O. Bilik arqtos. 2010) y Antiguo depósito de agua. Memorial de guerra en Vukovar. Croacia (2017)

En cualquier caso si bien estos gigantes de hormigón cumplieron su  papel, pueden perfectamente seguir acompañando la transformación de la ciudad con su silenciosa presencia, dando testimonio del pasado.

Para ello basta con poco más que la sensibilidad de gestores y técnicos municipales.

Antiguo Depósito de agua del ferrocarril. Logroño (Abandonado.Foto: G. Santolaya)


6 comentarios:

  1. Hermosas y vistosas construcciones q tuvieron como nos muestras con interesante muestra nuestro arqutecto ilustrado , un papel muy importante. Venecia tb los conserva aunqueno.poseen la belleza de los elegidos. Muy cerca de mi habitat en Logroño, espero tengan tb una rehabiliracion en el entorno semiabandonado del sector Piqueras-Cascajos, pendiente del soterramiento del tren y union de este escenario inacabado con la zona de Los Lirios, en la q se da preferencia a rotondas confusas, intentando q los peatones, convivan con los escasos ciclistas y sus nuevos paseos personalizados, conlos modernos monopatines y sus peligrosos conductores y numerosoa coches sin apenas espacio para pasar andando desde la calle Lobete a la calle Quevedo. ¿ Cuando se logrará una convivencia en armonia con el.pasado?

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  2. Tengo todo el reportaje fotografico de la construccion del deposito de agua de Salamanca. La pena es que lo derribaron hace unos años. Todo un lujo tanto por la obra como por la persona que fotografio elproceso. Escribi a Salamanca y a diversas asociaciones culturales y, como suele ocurrir en estos casos, ni saben ni contestan.Nos acostumbraremos a seguir hablando en pasado...

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  3. Gracias Unknown. Seguro que lo de Salamanca es un documento magnífico que cualquier institución con dos dedos de frente y de sensibilidad estaría encantado en difundir.
    Seguiremos hablando del pasado, y del presente, para tratar de construir el futuro.

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  4. Hacer de la necesidad virtud es ha sido y será una constante en el ser humano y una oportunidad para el que hacer del artista. Mientras exista la necesidad está tendrá su expresión formal en el medio que habitamos y la ciudad se seguirá enriqueciendo. A veces la tecnología parece que resuelve las necesidades ocultando su expresión formal pero el artista haciendo gala de aquel principio creó el museo de arte moderno Beaubourg de París por ejemplo. Todo un símbolo en la ciudad. La actitud creativa y sensible es lo único que nos salva de nuestro conflicto con la naturaleza.

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