lunes, 8 de octubre de 2018

Santificar el lugar ________________________________________________________

¿Qué sociedad, generalmente poco tolerante, se resiste a celebrar su triunfo sin construir su testimonio sobre las ruinas de los vencidos?

En ciertos casos,esta celebración consiste en superponer “el signo” vencedor sobre lo derrotado, sin llegar a sustituir uno por otro.

Nuestra cultura conserva magníficos ejemplos de quienes lo hicieron inteligentemente, manteniendo en determinados edificios referencias de las concepciones políticas o religiosas precedentes, a lo que contribuyó sin duda la estructura tipológica y calidad de la arquitectura “vencida” para absorber la nueva situación. Es el caso por ejemplo de la Mezquita de Córdoba, tan bien explicado por Rafael Moneo en La vida de los edificios (ed. Acantilado. 2017)

Vista aérea de la Mezquita-Catedral de Córdoba

En 1.683, el arquitecto Carlo Fontana (1.634-1.714) presenta una propuesta para erigir un templo en el Coliseo de Roma como forma de santificar el lugar y recordar a los ”mártires” de la cristiandad.

El proyecto pasó al olvido, pero en 1.750 fue definitivamente rechazado por la negativa incidencia que supondría la construcción de un edificio “moderno” sobre los restos antiguos.

Afortunadamente se conservan los dibujos realizados por C. Fontana, contenidos en el último volumen que escribió sobre el Coliseo (L'anfiteatro Flavio descritto e delineato dal cavaliere Carlo Fontana, La Haya, 1725). Con motivo de la exposición Il Colosseo. Un´icona (Roma, 2.017) se realizó una maqueta de la propuesta, lo que nos permite acercarnos a lo que pudo ser.
Planta y Alzado de la propuesta de templo en el Coliseo. Roma (C. Fontana. 1683, publicado en 1725)
El arquitecto introducía en planta un círculo (el nuevo templo) tangente a uno de los extremos de la elipse (Coliseo), según su eje longitudinal.  De esta forma asumía la matriz generadora de la figura del Coliseo, construida en base a fragmentos circulares, facilitando la continuidad de geometrías.

Continuidad reforzada, en los dibujos, con un pórtico que pasaba por delante del graderío y se enlazaba con el del templo, creando un recorrido procesional.

Maqueta de la propuesta de C. Fontana (exposición Il Colosseo. Un´icona. Roma. 2017)
Pero  por encima, dicho literalmente, de esa continuidad el significado de la nueva construcción debía sobresalir. La Ecclesia Triunphans  había ganado a los falsos dioses.

El cuerpo de la iglesia crecía por encima del porche y se cubría con una cúpula. A ambos lados, dos torres campanario de planta cuadrada enmarcaban  a aquella. Quizás estas últimas fuesen los elementos más ajenos a la composición general, tan ensamblada con la construcción preexistente. 

Detalle de la maqueta. (exposición Il Colosseo. Un´icona. Roma. 2017)
El conjunto se completaba con la construcción de un pequeño monumento  conmemorativo sobre el citado eje de longitudinal del Coliseo.

Una solución interesante, sobre la que Francesco Prosperetti , comisario de la citada exposición, precisaba “... Realmente la forma del Coliseo, la arquitectura del Coliseo es más fuerte que su propia función, función que durante milenios ha cambiado tantas veces …”, pero la propuesta  “… de Carlo Fontana hubiese transformado para siempre el sentido de la arena del Coliseo en una dimensión estrictamente cristiana.”

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