El desarrollo de una nueva tecnología y tratamiento del
hierro a finales del siglo XVIII y primera mitad del XIX supuso una revolución
en la construcción de edificios, consecuencia directa de la Revolución Industrial.
Si bien los primeros edificios en los que se empleó la
estructura metálica fueron de carácter industrial (fábricas y puentes), las indudables
ventajas que tal material tenía respecto a las estructuras de madera y ladrillo
provocaron la rápida difusión de este sistema constructivo con ejemplos tan
notables como la Bibliothèque de Sainte Geneviève en París (H. Labrouste, 1843-1850), el Crystal Pallace (J. Paxton, 1851), o la Saint Pancras Station de Londres (W. H. Barlow, 1862) entre otros muchos.
Igualmente
a partir de 1850, y principalmente en EE. UU. se populariza la técnica del cast-iron en la construcción de
edificios de viviendas, con un sistema
basado en la modulación y fabricación industrial de sus componentes.
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Bibliothèque de Sainte Geneviève. París (H. Labrouste, 1843-1850) Foto: M. Nguyen |
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Crystal Pallace. Londres (J. Paxton, 1851) |
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Saint Pancras Station. Londres (W. H. Barlow, 1862) Foto: Chapman Taylor |
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Haughwout Building. Nueva York. (J. P. Gaynor, 1857). Foto: E. Rolle |
Pero
su formalización arquitectónica oscilaba constantemente entre los que hicieron
de la solución estructural su imagen, los menos, y los que desarrollaban sus fachadas siguiendo cánones academicistas o historicistas.
Esta
dicotomía, así como todas sus posibles situaciones intermedias siguió dándose a
lo largo del siglo XX.
Mies van der Rohe hizo de la
estructura metálica la gran protagonista de la mayoría de sus edificios. El proceso constructivo del S. R. Crown Hall IIT (Chicago. 1950-56), adelanta una idea de su
configuración final y en la Neue Nationalgalerie (Berlín. 1965-68) la fluencia
entre el espacio interior y el exterior se basa en la presencia contínua de la
estructura del techo.
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S. R. Crown Hall IIT en construcción. Chicago (L. Mies van der Rohe. 1950-56). Fuente: arquitectura+acero |
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S. R. Crown Hall IIT. Chicago (L. Mies van der Rohe. 1950-56). Fuente: IIT Chicago |
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Neue Nationalgalerie. Berlín. (L. Mies van der Rohe. 1965-68). Fuente: mimoa
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Bien diferente es el planteamiento, por ejemplo, de
Frank O. Gehry cuyas obras parten de una singular configuración formal en la
que la estructura es poco más que una imprescindible exigencia constructiva
totalmente subsidiaria. El Museo Guggenheim (Bilbao. 1992-97) mostró durante su construcción la intrincada estructura metálica
que sería posteriormente trasdosada con diversas capas de revestimientos para
conseguir las formas por él proyectadas.
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Museo Guggenheim en construcción. Bilbao. ( F. O. Gehry, 1992-97). Fuente: Plataforma Arquitectura |
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Museo Guggenheim. Bilbao. ( F. O. Gehry, 1992-97). Fuente: very bilbao |
En cualquier caso, de unos y otros, de los que
responden más nítidamente a su estructura, o de aquellos más interesados por una
imagen ajena a la misma, se puede decir con toda razón que son edificios con “nervios
de acero”.
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